Esto hay que pararlo ya

Decir que al Córdoba le han marcado casi cuatro veces más goles que a Osasuna (6), el líder de la categoría, en las primeras diez jornadas de Liga resulta muy frustrante para quienes se ilusionaron en agosto con ver a su equipo merodear con alguna expectativa razonable los puestos de play off. Lo que resulta intolerable es comprobar cómo los blanquiverdes han encajado ocho goles más que el colista Sevilla Atlético (14) -el único que todavía no ha ganado en el campeonato- y ¡el doble! que el recién ascendido Lorca (11), que marcha en penúltimo lugar. En realidad, no hay nadie que presente un balance defensivo peor que el de los cordobesistas. Veintidós tantos recibidos mantienen al cuadro califal como número uno en el ranking de vulnerabilidad en Segunda. La crisis se cobró la clásica víctima, el técnico Luis Miguel Carrión. Su sustituto, Juan Merino, se ha fijado el reto de reconducir esta horrible estadística y en ello trabaja a puerta cerrada desde el miércoles.

¿Habrá cambios? Debería haberlos. Más allá de nombres, también de otros aspectos que han venido flaqueando desde el inicio liguero. Concentración y actitud deben darse por sentados, aunque ya se ha podido comprobar que la fortaleza mental no es precisamente una de las virtudes de un conjunto que no ha sido capaz de ganar ni uno solo de los partidos en los que empezó recibiendo gol. Ni siquiera empatarlos. De hecho, es el único de Segunda División que no ha terminado con la equis en el algún encuentro. Venció en Liga solo en aquellos en los que mantuvo la portería a cero. Tres veces (Albacete, Tenerife y Alcorcón). En los demás, decepción y frecuentes goleadas.

Exceptuando su golpe en la segunda jornada en el Carlos Belmonte de Albacete (0-3), el Córdoba ha sumado claras derrotas en todas sus salidas. En algunas de ellas, perpetrando encuentros realmente lamentables por la ineficacia y la nula competitividad. Barcelona Atlético (4-0), Granada (3-1), Valladolid (4-1) y Lugo (2-0) jalonan su camino como visitante. Este domingo comparecen en el Carlos Tartiere de Oviedo, donde tendrán su primer test a las órdenes de Juan Merino. El linense abordará el choque con apenas cuatro sesiones de preparación al frente del plantel.

Parece evidente que la prioridad absoluta es frenar la hemorragia en la defensa. Con el Córdoba situado en un tono medio en cuanto a producción goleadora, el verdadero mal lo tiene en la cantidad de tantos que encaja y en la forma en que llegan. Las bofetadas recibidas en los primeros instantes de los partidos -ante el Cádiz y el Nástic en El Arcángel- han sido sonadas. Los agujeros han sido múltiples, tanto en las bandas como en el centro. En todas las zonas hubo ya cambios, aunque sin fruto. El futbolista que más minutos acumula de toda la plantilla es el lateral derecho Fernández, cuya única ausencia -por lesión- la cubrió el polivalente Caro. El defensa diestro que fichó el club este verano, Miguel Loureiro, no ha debutado aún en la Liga. Tampoco lo ha hecho el zurdo Javi Noblejas, saliendo para cubrir la baja forma de Pinillos el miembro del filial Víctor Mena. En el centro de la defensa se ha mantenido Joao Afonso, cayéndose Josema de los planes después de la debacle en el José Zorrilla de Valladolid. Caro y el experimento de Edu Ramos en el último partido ante el Nástic han sido las soluciones practicadas. Detrás es fijo Kieszek, el mejor jugador de la pasada temporada y ahora un portero en la cima del top de los más batidos de Segunda.

Merino tendrá que apretar las tuercas a un Córdoba que ya ha rebajado los humos que le podían quedar y debe poner los pies en la tierra. El técnico linense habló de humildad y retos cercanos. El primero, salir del descenso. Y para eso deben parar como sea una dinámica horrible en la defensa.