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Una Personalidad con Carácter

Miguel Ángel Luque

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En 1989 Steven Covey escribió el libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, que en mi humilde opinión revolucionó el enfoque del Liderazgo en las Organizaciones a nivel mundial y que amplió el campo de visión de otras disciplinas como el Coaching, Management y la Autoayuda. Me confieso “Coveyano” convencido y en la medida de mis posibilidades, transmito siempre que puedo las enseñanzas del Profesor como el de forma activa demandaba a todos sus lectores y es una de las razones por las que me dedico al Coaching Empresarial.

Covey maneja dos conceptos “core” en el libro. Por un lado la ética del carácter, que hace referencia a los principios básicos consustanciales a la dimensión humana, constantes, inalterables al tiempo. Cuando las personas logran integrar los mismos en su forma de ser, la principal consecuencia es la experimentación de felicidad y éxito (entendiendo esto último como el significado personal que cada uno le otorgue a esta palabra). ¿Y de qué principios específicamente estamos hablando? alguno seguro que te suena: integridad, responsabilidad, justicia, compasión, coraje, excelencia.. Podemos por tanto consensuar, que esta integración es la puesta en marcha de un liderazgo basado en principios, donde se establece como la estrategia fundamental el comenzar a trabajar dentro de uno mismo para posteriormente trasladarlo fuera. La lógica es potente y relevante: “nadie puede liderar a otros sino es capaz de liderarse a si mismo”.

A continuación me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿es la ética del carácter el principal modelo de interactuación de personas que impera en las Organizaciones? Creo que la respuesta será mayoritariamente NO. No es la ética del carácter el principal marco de referencia, y sí , el segundo concepto que introduce Covey que lo confronta con el anterior, denominado ética de la personalidad. Basado en los atractivos y encantos que se derivan de la modificación de la actitud, conducta y capacidades (talento), podemos ser más efectivos e incluso obtener el reconocimiento social que tanto se persigue en nuestros tiempos (cuan de popular eres). Aunque esa aparente efectividad no es sostenible, auténtica, coherente si no tiene una integración con nuestra identidad y principios. Prefiero los principios a la técnicas, el largo plazo al corto plazo, la integridad a la manipulación.

No quiero que se me malinterprete. No quiero decir con lo anterior, que todo lo que hagamos en nuestra vida nos ha de costar como decía Winston Churchill “sangre, sudor y lágrimas”, es más, cada vez me posiciono más con el axioma empresarial anglosajón “Make it Simple” (hazlo fácil, simple,  sencillo). Mi opinión es que el éxito no conoce atajos y el verdadero paradigma de efectividad humana reside en la ética del carácter, en la integración de principios. ¿Ética de la Personalidad?  SÍ aunque sostenida en los cimientos de la Ética del Carácter.

“”El camino a la grandeza es un proceso de crecimiento secuencial de dentro hacia fuera“ decía Steven Covey fallecido el 16 de julio de 2012. Nos dejó un legado que inspirará y guiará a millones de personas en el futuro. Gracias Profesor. BE TIM.

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