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El verdadero Córdoba

Narváez celebra un gol | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Hecho. Que venga el siguiente. Y que venga pronto. Acabemos esto. Terminémoslo bien. “Sí se puede”, cantan en El Arcángel. No es alegría, es otra cosa. Tampoco la satisfacción del deber cumplido. La sensación puede asemejarse más al alivio que supone abonar el primer plazo de una deuda y alimentar la razonable convicción de poder hacer frente al resto del pago. Con esfuerzo, claro que sí. Como todo en la vida. Y más en la vida de un Córdoba que con su final de temporada está rindiendo un homenaje a su propia esencia. Este es el verdadero Córdoba. El que cuelga el cartel de “localidades agotadas” para un partido ante un filial, colista de la clasificación, un viernes por la noche. El que recurre ante Apelación la tarjeta de su máximo goleador, Sergi Guardiola, para poder rescatarle apenas unas horas antes del partido y darle camiseta de titular. El que celebra que seis meses después está a punto de escapar del ataúd fútbolístico que forman los cuatro últimos puestos de Segunda División.

Sandoval metió mano a fondo en la defensa por pura necesidad. Sin el lesionado Quintanilla ni el sancionado Aythami -los dos centrales que mayor rédito han dado al equipo en lo que va de curso-, el técnico de Humanes compuso un dúo formado por Jesús Valentín y Josema, que había disputado sus últimos minutos de competición en noviembre del año pasado. Con Caro y Galán en los flancos, el Córdoba atornilló su sistema de contención con Edu Ramos y Álex Vallejo de mediocentros. De ahí para arriba, lo mejor del arsenal. Si se peleó en los despachos por el indulto a Guardiola era para que saliera. Para la creación estaban el inquieto Jovanovic y Reyes, un futbolista legendario y seguramente un ejemplo para los chavales de rojo que saltaron a El Arcángel para encontrarse a su ídolo como enemigo. El fútbol tiene estas cosas. El colombiano Narváez, hambriento de protagonismo, completaba el escuadrón de ataque de un equipo que envolvió en aires de fiesta un cita cargada de dramatismo. Lo dicho: puro Córdoba.

Por más consignas y charlas que se den, por más que uno sepa que estas cosas pueden pasar... estas cosas acaban pasando. Claro que hubo nervios, agarrotamiento, ansias por hacer lo que se esperaba y hacerlo rápido. Los desajustes defensivos y las pérdidas de balón cordobesistas provocaron que el Sevilla acumulara algunas llegadas al área de Pawel, que tuvo que intervenir. No era acoso, ni mucho menos, pero en las actuales circunstancias cualquier merodeo por el área propia produce un ramalazo de pánico tanto en el verde como en la grada. El Córdoba dio su primer testimonio en ataque en una acción de Sergi Guardiola, que se revolvió entre dos defensas para pegar un latigazo raso que Soriano envió a córner. No estaban cómodos los de Sandoval, que sufrían especialmente por el costado de Javi Galán.

En medio de un ambiente áspero, con los jugadores protestándolo todo y el árbitro algo desquiciado, llegó un periodo determinante. Todo se desatascó en poco más de tres minutos. Con todo el graderío desgañitándose en una protesta unánime contra el colegiado,  Juanjo Narváez agarró un balón dentro del área y firmó una acción que provocó la mutación en el estadio: del enojo al júbilo. El colombiano la tocó con suavidad para ponerla lejos del alcance de Soriano y poner un 1-0 que no duró apenas nada. El punta cedido por el Betis completó un doblete tras poner el mejor final a una contra llevada por Jovanovic, en pleno desbarajuste del Sevilla. El estadio cantaba, excitado. A Luis Tevenet, técnico hispalense, se le quedó un panorama horrible. Al duro marcador en contra se unió la expulsión de Yan Eteki, que vio la segunda por una acción sobre Sergi Guardiola. El camerunés, nerviosísimo, se marchó haciendo aspavientos. Vallejo, en la última jugada de la primera parte, pudo hacer el tercero con un disparo que enganchó después de un córner botado por un Reyes cuyos envíos son siempre un tesoro. Entre vítores se marchó el equipo a la caseta.

El escenario se le pudo poner diáfano al Córdoba a los 56 minutos, cuando el cántabro López Toca pitó penalti tras una entrada a Sergi Guardiola. El jumlllano agarró la pelota con determinación, pero acabó armando un disparo muy deficiente que despejó con los pies Juan Soriano. El silencio repentino y el murmullo posterior en el graderío denotaban que aún faltaba trabajo por hacer. Nadie se fiaba de nadie. Y razones se pueden encontrar sin escarbar demasiado. Tevenet hizo dos cambios rápidos: sacó a Pozo y Genaro en un intento de cambiar la dinámica de un pleito que discurría por cauces pastosos, con un Córdoba dispuesto a administrar sus rentas con parsimonia y dejando hipotecada al talento de sus jugadores de ataque la opción de la sentencia.

El Sevilla Atlético le echó cara al asunto y se plantó varias veces en el área blanquiverde, aunque de manera tibia. Pawel resolvía la cuestión y aquí paz y después gloria. Uh sector del público llegó a mostrar su ánimo con silbidos que sonaban más a miedo que a reprobación. Los jóvenes cachorros de Nervión lanzaban sus zarpazos en inferioridad, conscientes de que se les iba la vida. El Córdoba asumió su perfil más contemplativo, entendiendo que ya había hecho lo que tenía que hacer y que seguramente se merecía un poco de suerte para no pasar los últimos minutos con los agobios de siempre. La tuvo en los pies de Guardiola, que dio sentido a los esfuerzos del club por conseguir salvarle de la sanción en Apelación. El punta firmó el 3-0 con un trallazo imparable y se redimió por el penalti fallado antes. La vida sigue para el Córdoba más auténtico y verdadero, el que encuentra el placer huyendo del dolor.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 3: Pawel Kieszek, Caro, Jesús Valentín, Josema, Javi Galán, Edu Ramos, Vallejo (Quim Araujo, 58'), Jovanovic, Reyes (Aguado, 74'), Narváez (Eneko, 64') y Sergi Guardiola.

SEVILLA ATLÉTICO, 0: Juan Soriano, David Carmona, Berrocal (Genaro, 61'), Konyk, Álex Muñoz (Curro, 68'), Yan Eteki, Mena, Cantalapiedra, Aburjania, Lara (Pozo, 58') y Miguel Martín.

ÁRBITRO: López Toca (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Vallejo, Javi Galán, Caro y Reyes y a los visitantes Álex Muñoz, Berrocal y Yan Eteki, que fue expulsado por doble amonestación en el minuto 39.

GOLES: 1-0 (35'). Juanjo Narváez. 2-0 (36') Juanjo Narváez.

3-0 (86') Sergi Guardiola.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de La Liga 1|2|3 disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 17.357 espectadores.

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