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Canciones para el poeta que se desdobla

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Marta Jiménez

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El poeta Eduardo García siempre tuvo nostalgia de su otra vida. La que no vivió y podría haber vivido en su Brasil natal si no hubiese acabado pegado a la piel de Córdoba, la ciudad que lo vio morir con solo cincuenta años. Lo reflejó en un poema llamado Ese túnel de puertas que se cierran, donde escribió: Se deslizan las horas en Bahía/ y podrías, sin duda, confirmar/ que eres feliz allí. Ambos mundos, el real y el soñado por el poeta que se bifurcaba en su poesía, se funden ahora en un disco-libro de poemas musicados por Javi Nervio y Luis Medina que tendrá su gran noche el sábado 17 de febrero en un concierto sobre las tablas del Teatro Góngora.

El cuidado disco-libro Dudú, tal y como llamaban a Eduardo de niño en Brasil, dedicado a la voz de quien fue Premio Nacional de la Crítica en 2009 con su poemario La vida nueva, se llena de canciones y de poemas y de fotos. Imágenes de los músicos durante la construcción de este proyecto y fotos de Brasil tomadas por el propio Eduardo en sus viajes. Un objeto construido junto a los amigos del poeta, asociados en Casa en el árbol, que para Rafaela Valenzuela, su compañera de vida, tanto disco-libro como el concierto del próximo sábado reflejan “la arcadia” del poeta. Algo que la lleva a imaginar a Eduardo caminando “por las radiantes calles de Bahía”.

Javi Nervio, que compartió con García guitarreos y canciones en los 90, y Luis Medina protagonizaron el homenaje que el festival Cosmopoética le tributó al poeta -Los amigos de Eduardo- poco después de su fallecimiento en 2016. Tanto Medina como Nervio adaptaron poemas en aquella ocasión y de ahí surgió la idea de avanzar hacia lo que ha acabado siendo Dudú. “Cuando los escuché tuve la sensación de que eso no se podía quedar de esa manera y de ahí nació este proyecto”, explica Valenzuela.

“Recuerdo hablar con Eduardo sobre esto”, cuenta Luis Medina echando la vista atrás. “Pero al final en su día no acabé de componer esas canciones. Han llegado ahora. Es muy emocionante. Sentir que me identifico tanto con sus textos y reconocerme musicalmente al mismo tiempo”. En el Góngora el próximo sábado 17 se podrán escuchar por vez primera algunas canciones inéditas escritas por Eduardo en los 90 -como Oración profana o Mujer de celuloide- en su versión más desnuda, acústica, mientras que ya en formato más complejo, con cinco músicos sobre el escenario, se podrán oír los temas que componen  este trabajo y objeto de “delicatessen”.

Para Javi Nervio este es “todo un desafío de los que le gustaban a Eduardo”. El deseo es el de propagar su poesía con música, ante un público cercano. “Será intenso y ameno, no exento de riesgos”, confiesa el músico, “pero sobre todo será un honor cantar ante el respetable en el Teatro Góngora de nuestra ciudad y un privilegio compartir los versos de nuestro amigo que tanto nos inspiran”.

En Dudú aparecen por tanto dos estilos musicales muy distintos, “pero que se complementan”, según Valenzuela. Javi Nervio aporta ese toque suyo muy personal que tanto casa con la poesía de Eduardo más contestataria y canalla, callejera, mientras que el mayor clasicismo del cantautor Luis Medina se funde bien con ese Eduardo íntimo, a menudo nostálgico de la infancia y a menudo también celebratorio o amoroso.

El propio Medina explica que se ha hecho un esfuerzo para que estilos tan diferentes acaben encontrando su contrapunto. “Musicar’ poemas no es fácil, porque se debe conseguir que el poema gane con el cambio”, explica. Considera no obstante que en Dudú han logrado ser fieles a la poesía de Eduardo al tiempo que el estilo de los dos músicos queda claramente plasmado en su propio contraste.

Para quienes están detrás, este proyecto es más que un disco y más que un libro: Se trata de la arcadia de un poeta.

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