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¿Cómo prevenir la violencia de género 2.0?

Un joven con un teléfono móvil | MADERO CUBERO

Antonio Gutiérrez

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Desde 2014, y en colaboración con el Ayuntamiento, el Colegio de Abogados ha impartido 25 charlas en colegios e institutos para prevenir conductas machistas a través de las nuevas tecnologías y dispositivos móviles

Apenas levantan metro y medio del suelo, pero todos tienen móvil y aseguran que lo usan a diario para acceder a aplicaciones como Whatsapp, Facebook, Twitter e Instagram. Son niños y niñas de 11 años que esta semana recibieron la visita de tres letradas del Colegio de Abogados en la asociación Estrella Azahara, en Las Palmeras, que les ofrecieron una charla enmarcada dentro del convenio con el Ayuntamiento para la prevención de la violencia de género, que también se extiende al ámbito escolar.

Términos como grooming, buylling, sexting o stalking son perfectamente conocidos por los escolares. De hecho alguno ya conoce a un amigo de alguien que lo ha sufrido, de forma física o virtual, en algún centro escolar y hay alguna que otra sonrisa cuando se habla de grupos de whatsapp o de redes sociales en las que alguien se burla de algún compañero. “¿Cuánto tiempo estáis al día en Internet?, preguntan las letradas, que se quedan sorprendidas cuando uno de los menores indica que está en redes sociales hasta bien entrada la noche.

Que conozcan los términos no significa que sepan exactamente cómo evitarlos y esto se aplica a la violencia de género: “¿Tenéis un amigo especial que os indica qué podéis o no llevar puesto u os controla dónde estáis a través de Whatsapp? No lo permitáis porque eso atenta contra vuestra libertad y es control”, indican las abogadas a los chavales, que a pesar de saber muy bien lo que significa violencia de género no acaban de ver la relación con ese juguete con el que pasan horas y horas al cabo del día

“Se piensa que lo que hacemos en las redes sociales está protegido por el anonimato o que nuestros actos gozan de impunidad”, indica Concepción Ortega, responsable de la comisión de Violencia de Género del Colegio de Abogados, que señala que, en los últimos tiempos, estos la relación entre violencia de género y redes sociales “se ha agravado” y que, precisamente, “estas charlas para jóvenes son uno de los servicios que más se están demandando”, indica.

Desde el verano de 2014, y bajo el título La violencia de género no es un juego, se han impartido 25 charlas para más de 700 escolares, la mayor parte de 4º de la ESO, a partir de 14 años. Una edad complicada en la que, como recuerdan las abogadas en la charla, ya se tiene responsabilidad penal y en la que “no existen diferencias de clase”. “Desde la última modificación del Código Penal ya se contemplan específicamente los delitos relacionados con las redes sociales y el uso de las nuevas tecnologías”, señala Marta Fernández, que junto a María Dolores Vigorra y Soraya Espejo son las encargadas de estas jornadas. Fernández reconoce que, tras finalizar alguna de sus charlas, “alguna chica se nos ha acercado para comentarnos alguna duda o darnos a conocer un posible caso de control a través de las redes o el móvil”.

¿Qué se le aconseja a una menor que está sufriendo violencia de género a través del móvil? “Lo primero que hay que decirle es que lo que está viviendo es un delito y que, como decimos en las charlas, estos comportamientos no son propios de una relación basada en la igualdad. Si la está sufriendo, hay que aconsejarle que no destruya pruebas, algo que suele ser habitual por miedo o desconocimiento y que, por supuesto, se lo confíe a sus padres, profesores o a alguien de su confianza y que tiene muchas salidas; la primera de ellas, denunciarlo”.

“Conocen las redes sociales, pero no son conscientes de los peligros que entrañan”, indican la responsable del servicio y la letrada que, por su experiencia, señalan conductas como el envío masivo de whatsapp, el stalking en redes sociales o incluso la geolocalización de las víctimas si ésta no tiene configurados correctamente sus niveles de privacidad. A esto hay que unirle conductas como revisar el móvil, vigilar sus conversaciones, criticar sus publicaciones en Internet o, cuando se rompe la relación, amenazar con el envío a terceros de fotos íntimas que, como señalan la letradas en la charla, “siempre hay que pensárselo dos veces antes de enviar”.

“El objetivo de estas charlas es, precisamente, informar y prevenir a los jóvenes de que este tipo de conductas son sancionables y que si las cometen, no quedan sin sanción porque, en muchas ocasiones, se tiene la creencia de que lo que decimos en las redes sociales o a través del Whatsapp  no tiene repercusión, y más en el casos de adolescentes, que son mucho más impulsivos en sus reacciones ”, señala Concepción Ortega, que indica que “el acoso o la dominación pueden venir a través de las redes sociales o bien ser un complemento para agravar una situación de violencia de género real”.

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