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Borja García y el amargor de un gol sin celebración

Borja corre con el balón después de marcar | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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Con “cierta tristeza” vivió su reestreno goleador con el Córdoba el madrileño, que tiene claro que “la salvación pasa por hacerse fuertes en El Arcángel”

Cuando el balón tocó las redes de la portería que defendía Sergio Rico la grada se convirtió en una fiesta. No quedaba mucho tiempo por delante, apenas ocho minutos, pero sí el suficiente para cambiar el signo de un partido que se encontraba muy cuesta arriba. Algo más de dos años después de su último tanto con la elástica blanquiverde, volvió a sentir lo que significa marcar con esa camiseta en El Arcángel. Consiguió una vez más que el estadio entrara en incontenible celebración. Pero él no se detuvo en festejar nada, pues en ese momento sólo cabía confirmar la reacción. Cogió el balón tan pronto como pudo y corrió hacia el centro del campo. Lo mismo hicieron los demás jugadores califales. Y cuando había lugar a la esperanza, gracias a ese gol, llegó la sentencia del Sevilla. El reestreno como goleador en el coliseo ribereño fue amargo para Borja García, que tras el choque confesó sentir “cierta tristeza” cuando logró batir la meta rival y más si cabe cuando Velasco Carballo decretó el final del duelo.

Porque “lo importante de marcar es tener situaciones positivas”. Eso no sucedió ante el Sevilla. No se repitió la alegría que sí vivieron tanto el madrileño como el equipo y la afición cuando se destapó como un hombre de olfato anotador. Todo era diferente a aquella temporada 2011-12, que cerró con 15 dianas en competición liguera y con dos en Copa. Pero no sólo cambió el valor de su gol, sino también la situación. El atacante volvió a estrenar titularidad en El Arcángel, aunque en esta ocasión lo hizo en Primera. Las exigencias son mayores en esta campaña, en la que por el momento Borja García parece ganar una plaza en el once, en el que repitió después de salir de inicio ya en Almería, un escenario que, por cierto, conocía a la perfección y en que también sabía lo que era celebrar un tanto con la elástica blanquiverde. Tampoco entonces sirvió de nada que mandara el esférico al fondo de las mallas de la portería contraria, pues el conjunto entrenado por Paco Jémez cedió por 2-1.

A pesar del sabor agridulce que le dejó el encuentro ante el Sevilla, el jugador obtuvo una conclusión positiva de su reestreno goleador con el Córdoba: “Meter gol es la mejor manera de coger sensaciones y confianza”. Dos cuestiones importantes cuando le toca encarar el difícil reto de explotar sus cualidades en la máxima categoría, más si cabe cuando el pasado curso no gozó de regularidad competitiva. El madrileño tenía una lectura clara de la derrota. Ésa no era otra que la necesidad de progreso de todo el equipo para alcanzar el objetivo de la permanencia. “Tenemos que mejorar todos. Seguro que poco a poco se irá viendo al equipo más armado”, indicó. También apuntó una de las claves para conseguir que el cuadro califal mantenga su lugar en la elite: “La salvación pasa por hacernos fuertes en nuestro campo y en dos partidos sólo llevamos un punto”. El signo de los partidos en El Arcángel debe comenzar a ser otro desde el próximo encuentro que en su terreno de juego se dispute (el domingo ante el Espanyol). Que cambie para celebrar de verdad cada gol y para caminar en firme, como hiciera el conjunto blanquiverde con los tantos de Borja García hace tres campañas.

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