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“Sus' queremos”

Robe, el cantante de Extremoduro, en plena actuación. | TONI BLANCO

Alfonso Alba

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Extremoduro llena el Fontanar en uno de los conciertos más esperados del año para los fans de siempre y también para los que llegan a la banda por vez primera

“Gracias por volver. Gracias por venir. Gracias a los que volvéis y gracias a los que habéis venido por primera vez. Sus queremos”. Un amigo me dijo un día que Robe Iniesta tiene más carisma que el diablo. A esta afirmación podrían contestar con rápidas inclinaciones de cabeza los miles de cordobeses que anoche llenaron el Fontanar en el segundo concierto de la nueva gira de Extremoduro, Para todos los públicos.

Para los que volvían, Extremoduro sabe a muchas cosas: a litrona, a perol, a himno gamberro cantado a capella con la ayuda de algún psicotrópico después del instituto. Para los que fueron por primera vez, quizás a una de esas bandas míticas de las que tanto han escuchado hablar y que una vez en el escenario tiene ya mucha más elaboración que ese primer rock transgresivo tan fresco que nos mandaba a todos a tomar por culo. Quizás. O quizás no. Como ha escrito el crítico de la Rolling Stone, Extremoduro más que una banda ya es un estado de ánimo.

Pero Extremoduro (por culpa de lo que le rodea) está perdiendo la esencia de banda transgresiva con esas letras (que sigue cantando, ojo, y que son las más coreadas) que si se escribieran en Twitter hoy día supondría que la Guardia Civil se plantaría en tu casa para detenerte. Decimos lo que le rodea porque si hay algo que se guarda con celo es precisamente lo que pasa de puertas para adentro. Las entradas costaban 30 euros en taquilla, un precio que con la que sigue cayendo no es asequible para cualquier bolsillo (Robe, anda que no se han quedado fans fuera). Encima, la seguridad trataba, muy trabajosamente, de tapar cualquier hueco de entre la vegetación que rodea el Fontanar para evitar que los curiosos pudieran ver algo gratis, a pesar de que muchos de los huecos estaban, precisamente, detrás del escenario. Tampoco es que la organización estuviera fina en la gestión de la multitud, que generó grandes colas y momentos de tensión en la entrada.

Organización aparte, el concierto fue muy digno y tuvo sorpresas, que la banda pide que no se revelen de cara al resto de actuaciones previstas en su gira por la Península (esta noche están en Cáceres, plaza fuerte para el Robe). Extremoduro sigue teniendo temas que son himnos para una generación (Sucede, Jesuscristo García, Puta...), pero también tiene canciones que demuestran que el grupo ha evolucionado, que se centra más en los detalles y que, al contrario que muchas bandas de rock de esas que lo petaban en los 90, son músicos. Por eso, y por muchas cosas más, nosotros también sus queremos.

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