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'El artista callejero' ya tiene nombre(s)

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Manuel J. Albert

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Antonio Blázquez y Cristian Tena rotularon calles con nombres alternativos

Por fin te encontré fue la primera calle, hace unos tres años. San Fernando acababa de ser rebautizada. Allí vivían Antonio Blázquez y Cristian Tena, dos artistas y amigos que una noche decidieron poner en marcha su personal ofensiva callejera. Armados de papel y cola rotularon 50 calles con nombres y frases salidas de su imaginación y usando para ello una grafía idéntica a la de los azulejos en blanco y negro que indican el callejero del casco antiguo.

Por fin les hemos encontrado. Radio Córdoba les ha entrevistado. Y es que, hasta hoy, el anonimato formaba parte del juego. Acciones nocturnas, clandestinas y muy inteligentes. usando como soportes muros vacíos o paredes de casas abandonadas. “Es cierto que todo surgió como un juego, pero nos dimos cuenta de que era algo mucho más potente. Entonces ampliamos nuestra idea”, recuerda Blázquez. Los dos colegas fueron seleccionando las calles apropiadas, recorriendo en bicicleta media Córdoba.

Documentaron, fotografiaron y escogieron los nombres más adecuados. “Algunas calles tenían la elección clara, como A contracorriente, en la Ribera, o Por aquí podemos atrochar, en una de las callejuelas de la zona. Pero como el proyecto creció tanto, al final muchos nombres se escogieron de manera aleatoria”, continúa el artistas.

Las acciones eras nocturnas, pero como a los mejores delincuentes, a la pareja de creadores les gustaba volver al lugar del crimen para palpar el sentir de la gente, fotografiar las calles con el trabajo ya terminado y darse cuenta de las reacciones de los vecinos. El paseo ya era casi innecesario porque sus intervenciones ya estaban en la prensa y media Córdoba hablaba de ellas.

¿Por qué salir ahora? El Arsenal tiene la culpa. Bueno, en concreto el propio Blázquez, que va a impartir un curso de arte urbano y ha usado una de las obras del callejero pirata para la promoción. “Desde hace un mes más o menos ya no lo ocultábamos. La gente nos preguntaba si éramos nosotros y les decíamos que sí. El delito ya ha prescrito”, señala riéndose Blázquez.

“Queremos orientar a la gente sobre lo que se está haciendo hoy en día. El grupo de alumnos que tenemos es muy heterogéneo, desde arquitectos a diseñadores. me gustaría que creasen vínculos y que además de presentar proyectos personales elaborasen una iniciativa conjunta para poder intervenir. Algo que no tiene que ser, por supuesto, clandestino”, termina Blázquez.

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