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Tecnología Punta

María Isabel Martínez

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A menudo, los padres/madres pecamos de ingenuos. Y lo hacemos porque pensamos que nuestros bebés no son otra cosa que bolitas de carne y pelos con un par de ojitos, todo risueños y babosones, absolutamente angelicales….. ¡¡¡Nada más lejos de la realidad!!!  ¡¡¡Cuán equivocados estamos!!!

Los bebés son obras de ingeniería genética avanzada. Están equipados con tecnología de precisión - absolutamente vanguardista- y son capaces de poner a prueba al más experimentado de los  ingenieros/as en crianza. Parecen inocentes criaturitas, pero tienen un sofisticado y maquiavélico software que está programado para actuar correctamente según las distintas situaciones, y tienen un procesador de recepción de estímulos desencadenantes, completamente infalible y absolutamente oportuno.

Los bebés vienen equipados de serie con un kit de prestaciones técnicas, a modo de un “todo incluido”, que a menudo sorprende a los padres porque éstos ni siquiera sospechaban que lo traían  de fábrica,  es decir, que viene integrado congénitamente desde el mismo momento en que son cigotos.

De esta equipación de serie, me llaman especialmente la atención los dos tipos de Sensores de Movimiento que traen integrados (S.S.M.M.).

  Uno de ellos es el Sensor de Altura (S.A.), que se activa siempre en las mismas condiciones, aunque puede hacerlo en diferentes contextos. Bebé plácidamente dormido en brazos de mamá o papá tras un largo rato de intentonas fallidas. Llevas tanto rato de pie que tienes las lumbares en modo no puedo más y necesitas sentarte. Damos un plazo de una media hora con el bebé dormido -al igual que tus brazos-  e intuyes que ha pasado el período de peligro y que Morfeo tiene al niño suficientemente ocupado como para decidir que puedes intentar sentarte. Empiezas a bajar a pulso, tirando de cuádriceps y muuuuuy lentamente.... todo parece ir bien…. sigue sin inmutarse…sigues bajando.... lento, muy lento.... tus glúteos comienzan a tomar contacto con el asiento… y justo en ese momento ¡¡¡salta el sensor!!! El niño se despierta bruscamente como un poseso, con los ojos abiertos como platos, desorientado y con cara de querer preguntarte…¿Pero qué haces, pringao? ¿Por qué te sientas? Y automáticamente vuelves a subir como un resorte a la posición erecta y la criaturita acto seguido  vuelve a cerrar sus ojitos y sigue durmiendo plácidamente….. pues nada….a aguantar un ratito más…. Además son infalibles porque lo intentas una y otra vez y no consigues despistar al sensor.

El segundo de los sensores es el Detector de Ausencia de Movimiento (D.A.M.) Si coges al bebé para dormirlo, ¿no pretenderás hacerlo sin moverte, no?¡¡¡ insensato!!! Los bebés sólo se duermen si los mueves repetitivamente hacia adelante y hacia atrás, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez….…..y una vez dormidos…¡¡ni se te ocurra parar de moverte!!…porque ya sabes que si lo haces ¡¡¡se activará el otro sensor!!! Es curioso, porque este sensor sí lo tenemos asumido los padres más o menos. ¡Que levante la mano quien no se haya sorprendido a sí mismo moviendo el carrito del niño sin estar el niño dentro!

Otro mecanismo muy perfeccionado es  el Sistema Integrado de Chantaje Emocional (S.I.C.E.) Los bebés suelen hacer cosillas como ponerse morados de tanto llorar  -que parece que les va a dar una congestión y se les va a parar el corazón de tanto grito- y eso provoca en ti una fuerza sobrenatural y una reacción incontrolada que te hace dejar cualquier cosa que estés haciendo para llegar -todo pálido del susto- en milésimas de segundo para coger al niño en brazos y levantarlo del capazo rápidamente … ¿a ver qué le pasa?…¡que no es normal ese llanto, por Dios! En ese momento,  el bebé te dedica la mejor de sus sonrisas y un “papapapa” entre hipidos, que te desarma para el resto del día…. infalible también. Hay otra modalidad de S.I.C.E. que salta en lugar de con llantos y gritos,  con toses y ruiditos parecidos a intentonas de autoatragantamiento, y que desencadena en los padres la misma reacción… y por supuesto en los bebés.

También vienen equipados de serie con Detectores de Ascensores (D.D.A.A.), tanto en Modo Ascenso (D.A.M.A.), como en  Modo Descenso (D.A.M.D.), curioso. Controlan perfectamente si el ascensor sube o baja. No me preguntéis por qué, no tengo ni idea... pero fijaos: Bebé que está llorando como un energúmeno reclamando su ración de luz natural a la que lo tenemos acostumbradito desde el mismo día en que salió del útero de su madre. Bebé que te hace salir a la calle con la pinza del pelo, la ropa  a remanguillé y con un ojo pintado y el otro no…además de dejarte la mitad de las cosas atrás porque eso no es un niño…¡¡¡eso es una fiera corrupia!!! Y es montar a la criaturita en el ascensor y se vuelve mansito como un corderito feliz…. pero claro…ya no puedes volver para pintarte el otro ojo, porque en este caso el sensor te beneficia y el angelito se ha callado…optas por tirar de gafas de sol, si no las dejaste atrás, claro.

A la vuelta, el bebé se ha quedado dormido y ya, cuando estás jartita de dar vueltas calle arriba y calle abajo, sin rumbo fijo y absorta en tus pensamientos y en las colecciones de temporada de todas las tiendas -que te las conoces de memoria- decides que  ya es hora de volver. Justo es meter al niño en el ascensor de nuevo y ¡¡bingo!! saltan dos sensores a la vez, el de Ausencia de Movimiento y el Detector de Ascensores en Modo Ascenso (probablemente estén relacionados entre sí)  y el niño abre los ojos -inyectados en sangre- y arranca de nuevo a llorar como diciendo… ¡¡¡¡A casa noooooo ¡¡¡¡….Pero vamos a ver…¿Cómo sabe este niño que ahora vamos para arriba?...pues lo sabe creedme, lo sabe. Ya os digo, viene de serie.

Visión Nocturna (V.N.):  Bebé dormido angelical y profundamente -a ras de coma- en medio del salón, con la luz encendida y con ruidos de tele y de vida en sí misma…sin inmutarse...y tú, con tu natural cargo de conciencia -completamente improcedente, pero real- pensando en la criaturita, optas por apagar la luz para que no se despierte y así puedas ver la peli achuchadita con tu estupendo… o lo que se tercie. Y en un momento de inoportuna responsabilidad maternal, diriges la mirada al bebé para realizar las comprobaciones pertinentes y…..¡¡horror, lo vuelve a hacer…. ha puesto en marcha la visión nocturna!! y te lo encuentras de pie en el parque-cuna, agarradito al filo de éste con los deditos por fuera y la barbilla apoyada en el borde mirándote fijamente y absolutamente ojoplático, con succión sonora de chupete incluida…¡¡¡vamos, que le corta el punto al más pintao!!!

Otro artilugio que traen de serie los angelitos son las Baterías Auto Recargables (B.A.R.) Y acaban contigo, con su padre, con el padrino y con cualquiera que se preste y por mucho que lo intentes, no atiendes a comprender ¿cómo es posible que este niño lleve las horas que lleva sin dormir y esté absolutamente galvanoplástico? ¡¡¡Y tú no te tienes en pie!!! El secreto está en que sus baterías se recargan solas, las tuyas no.

Por último, el Radar Detector de Peligros (R.D.P), ése que se pone en marcha de manera que si hay un solo sitio en toda la casa donde el niño pueda meter su piernecita y quedar atrapado sin escapatoria alguna…. allí va el niño a meter la piernecita, o la cabecita, o el dedito, o lo que sea posible meter. Detectan cajones, puertas, enchufes…tienen integrada una base de datos que reconoce las situaciones peligrosas con tal precisión, que ríete tú de los sistemas de seguridad infantil homologados.

Y como buena tecnología punta, están sujetos a un continuo reciclaje, por lo que las nuevas generaciones de bebés  es posible que vengan mejor equipadas que las precedentes…..con lo cual, si estáis pensando en engendrar un bebé....

¡¡mucho ojito!! …estad atentos a las prestaciones integradas.... ¡¡que se las saben todas!! 

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