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La lucha contra el racismo en tiempos de pandemia

Varios usuarios, antes de entrar en Córdoba Acoge | ÁLEX GALLEGOS

Ana Rocío Sánchez

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Desde que empezara a aumentar la presencia de extranjeros inmigrantes en Córdoba en los años noventa, la asociación Córdoba Acoge ha estado apoyando a cada una de estas personas sin importar su procedencia, el color de su piel, o el por qué huían de su casa. Desde la solicitud de nacionalidad española hasta clases de refuerzo del castellano pasando por la búsqueda de empleo o alojamiento; todo ello incluyen los diversos programas que propone la entidad cordobesa a sus usuarios.

Con una historia de casi 30 años ayudando a todos aquellos que deciden buscar una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, Córdoba Acoge se divide en varias áreas para garantizar el bienestar de estas personas. Se compone de un área social de atención a los servicios sociales básicos (como los trámites de documentación); área jurídica, laboral, vivienda, alojamiento, sensibilización, y voluntariado. Además, disponen de un área orientada a la mujer.

Cada uno de estos apartados conlleva servicios esenciales para integrar a los extranjeros en nuestra sociedad afrontando las complicaciones que se presenten, tales como la búsqueda de una vivienda, la escolarización o la atención sanitaria. Destaca, entre muchos otros programas, el de Protección Internacional. Este servicio funciona como respaldo a las personas que vienen a España huyendo de guerras y sus terribles consecuencias. Los protegidos son acogidos en un centro y apoyados psicológicamente por el personal de la asociación. Sin embargo, el equipo de Córdoba Acoge solo cuenta con una psicóloga para atender a todos los usuarios. Por este motivo, el resto de trabajadores del área social son los encargados de proporcionar atención psicológica a estas personas, según cuenta la responsable del departamento de Comunicación, Lucía Pérez.

Destaca también la población inmigrante procedente de países donde las condiciones de vida no son óptimas o la pobreza es tal que necesitan huir de su país buscando el bienestar. “Llegan sobre todo de América Latina, Rumanía, o los países con mayor nivel de delincuencia o pobreza de África, como Marruecos o Uganda” comenta Lucía Pérez. Los datos de inmigración y procedencia se han mantenido estables a pesar de la pandemia, sin destacar incidentes por contagio o contacto con enfermos.

A todos ellos se les proporcionan las mismas oportunidades: atención para los trámites de la documentación; ayuda en la búsqueda de alojamiento; clases de castellano y preparación para el examen de obtención de la nacionalidad española; escolarización; atención en los servicios sociales básicos; garantía de una vivienda digna; derecho a los ingresos mínimos o las ayudas de desempleo; e inclusión en la ciudadanía.

¿Cómo se sostiene económicamente la asociación?

El 95% de los ingresos que capta Córdoba Acoge provienen de la financiación pública que las entidades tanto locales como autonómicas destinan a la inmigración. La Junta de Andalucía es el principal valedor, así como el Ministerio a nivel nacional, el Ayuntamiento de Córdoba o socios que apoyan personalmente la causa, como el caso de fundaciones de los bancos públicos. Sin embargo, “el mayor defecto que tenemos es la falta de capacidad para captar fondos propios” resalta la responsable de comunicación. A esta preocupación se le suma la existencia de “un discurso racista en política sobre el que tenemos que concienciar y sensibilizar a la población”.

Aun así, el cambio en el gobierno andaluz y provincial no ha alterado la financiación de estas entidades. Córdoba Acoge sigue contando con las mismas ayudas, pero lamenta la falta de fondos propios como reserva ante un caso de emergencia en la entidad. “La irrupción de formaciones políticas que callan el racismo presente en la ciudadanía española preocupa mucho a asociaciones como la nuestra” afirma Pérez, quien considera que “la política no defiende a la inmigración”.

El presidente de la fundación, Enrique Garcés, también declara que “el racismo influye mucho a la hora de captar fondos de financiación propios, y por ello es importante generar campañas de sensibilización. A día de hoy, se hace un uso prácticamente económico de la población migrante”. Existe así otro motivo que genera malestar por la falta de recursos propios, y es que aprobar presupuestos dependa de partidos políticos aparentemente descontentos con la convivencia entre extranjeros y locales; sobre todo, en momentos de crisis como la actual que atravesamos, ya que “cualquier crisis afecta a la inmigración y el discurso racista” sobre todo entre la ciudadanía, confirma Pérez.

¿Existe entonces racismo que influye en la opinión pública?

La realidad es que es la desinformación la culpable de ese rechazo a la población inmigrante. “No existen pagas por ser inmigrante, no existe una tarjeta que dé prioridad a los inmigrantes antes que a un español”, expresa Lucía Pérez. Eso pone el punto de mira en las redes sociales, que son las principales difusoras de estos mensajes. “Tenemos así la responsabilidad de generar campañas que conciencien de que todos tenemos derecho a participar en esta sociedad y que la multiculturalidad es más beneficiosa que contraproducente”, resalta Enrique Garcés.

“Tenemos talleres en los colegios e institutos, incluso contamos con los testimonios directos de nuestros usuarios. Aún así, no es suficiente si no tenemos un sistema educativo que impulse la inclusión de todas las culturas en las aulas”, define Garcés. “Tal vez sea por el miedo a lo desconocido lo que impide que convivamos todos juntos sin prejuicios sociales, como todo el mundo siente en algún momento”, apunta Pérez. “Muchas veces se trata de un miedo bidireccional, como si nosotros llegáramos nuevos a otro país y pudiéramos sentir el mismo rechazo independientemente de nuestro lugar de procedencia”, continúa. “Por ello es importante que se reestructure el currículum educativo y se trabaje la inclusión de los inmigrantes no solo en el ámbito escolar sino en la vida cotidiana en general”, finaliza.

En definitiva, es necesario generar una sociedad donde los estereotipos y prejuicios no tengan cabida. Impulsar un espacio de convivencia donde todos podamos convivir sin sentir rechazo por ser quienes somos o cómo somos. “Una sociedad donde se gestionen las diferencias sociales incluyendo los rasgos de cada uno, donde no haya que promover la inclusión porque no hay desigualdad de derechos entre unos y otros. Y es importante hacerlo tanto en casa, como en el exterior”, concluye Garcés. “Es importante que no conozcamos los unos a los otros, que seamos conscientes de que existe mucha variedad de puntos de vista en medios de comunicación y política, y que esos prejuicios se rompen conversando con la gente”, termina diciendo Lucía Pérez.

De este modo, Córdoba Acoge propone campañas para visibilizar su mensaje tanto en la calle como en redes sociales. Es el caso de su nueva campaña, 'Dale la vuelta', que propone darle una vuelta a tu forma de pensar y enredarte en el mundo de la convivencia. Según su página web, “Córdoba Acoge conecta a las personas que migran con la sociedad de acogida. Es un hilo que produce cambios continuos y que no para de dar vueltas, tejiendo una sociedad más justa y acogedora. Dale una vuelta y enrédate con Córdoba Acoge”.

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