Uno de los testigos del apuñalamiento en la Feria de Fernán Núñez reconoce al supuesto autor

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha acogido este martes el inicio del juicio contra los dos acusados del triple apuñalamiento que tuvo lugar el 19 de julio de 2014 durante la Feria de Fernán Núñez. El juicio se suspendió el pasado mes de marzo debido a la incomparencia de un testigo que podría ser clave para el esclarecimiento de los hechos. Durante la vista de este martes, el testigo sí ha acudido, señalando a uno de los imputados como el supuesto agresor, quien ha negado que aquel día estuviera en la feria.

Los dos jóvenes - R. M. O y A. S.- están procesados por un delito de homicidio en grado de tentativa y y otro de lesiones por los que la Fiscalía y la acusación particular piden 16 años de prisión para cada uno mientras que la defensa solicita la absolución. Uno de los acusados, R. M. O., ha sostenido que acudió a la feria junto a otros dos chicos, entre los que se encuentran el otro acusado, A. S., y el testigo clave, R. F. J. Según su declaración, durante el transcurso de la noche, R. F. J. le quitó un cordón de oro a otro joven. El robo no fue a más, ha manifestado, ya que le devolvió el objeto a su dueño. Sin embargo, A. S. habría estado bailando “junto con una navaja”, lo que llevó a que un hombre “que se encargaba de recoger vasos” a pedirle que se saliera de la caseta. “Salieron y fue ahí donde se armó todo el follón”, ha declarado este acusado, que ha asegurado que se fue y que A. S. “se quedó dando puñaladas”.

Tras los hechos, A. S. “se montó en el coche lleno de sangre”, jactándose de lo ocurrido y diciendo que “se la he metido entera”. Ha comentado que A. S. “no tuvo nada que ver con la pelea por el cordón de oro, pero la lió de esa manera porque estaba con la drogaera”. A las preguntas de la defensa, R. M. O. ha reconocido que ante la Guardia Civil e Instrucción no declaró “esto” por “miedo a las represalias”.

Por su parte, el segundo acusado -A. S.- ha negado que aquel día estuviera en la feria de Fernán Núñez y ha asegurado que R. M. O. “le echa la culpa a otras personas para no pagar él”, manifestando que su inocencia puede probarse “por el ADN o las cámaras”. No obstante, la declaración de un Guardia Civil ha puesto de manifiesto la imposibilidad de saber nada a través de las cámaras ya que la caseta no disponía de este servicio de videovigilancia y la más cercana se encontraba a unos 100 metros.

Una de las declaraciones clave de la vista era la de R. F. J., testigo que se encontraba en Alemania el pasado mes de marzo y que la noche de los hechos habría estado junto a los dos acusados. Ha asegurado que, tras la pelea, fue a arrancar el coche para irse y fue “cuando vino A. S. lleno de sangre”. “Me habéis hecho venir desde Alemania para volver a decir esto”, se ha quejado el testigo, asegurando que cuando A. S. se sentó en el coche dijo “se la he clavado hasta el fondo”. También ha narrado que aquella noche perdió las llaves y que, días después, su vivienda fue objeto del robo. Al interponer la denuncia ante la Comisaría de la Policía Nacional, afirmó que fue A. S. quien había entrado en la casa. Fue en ese momento cuando Instrucción puso también el foco sobre este acusado ya que el primer detenido fue R. M. O.

A pesar de lo defendido por este, la víctima objeto del robo del cordón de oro, A. C. C., ha negado que el conflicto se resolviera ya que no recuperó el objeto. Ha declarado que forcejeó con dos personas -a las que no ha reconocido- para intentar recuperar el cordón y que al “ir a la puerta de la caseta”, a su amigo -la víctima J. G.- “le pegaron un puñetazo y le hirieron con un arma blanca”. A su vez, ha manifestado que una de las personas que hacía de portero -la también víctima M. M.- recibió un puñetazo cuando intentó mediar en la pelea.

Una de las víctimas apuñaladas, S. T., ha declarado que sobre las 4:00 salió de la caseta y que cuando intentó entrar, vio una pelea a las puertas de la discoteca “en la que volaban las sillas”. Ella y su amiga se echaron a un lado y auxiliaron a uno de los heridos -J. G.- ya que ella es médica y su amiga, enfermera. Cuando más tarde S. T. quiso sentarse en una silla, vio la sangre que le salía por la espalda aunque no notó “el pinchazo”. Por su parte, J. G. ha declarado que se encontraba con su novia en el interior de la caseta, un poco alejado del lugar en el que los acusados habrían sustraído la cadena de oro a su amigo. Ha recordado que tras acudir a ver qué estaba ocurriendo, recibió “un puñetazo y una puñalada en el glúteo”. Aunque no ha podido reconocer a los autores de los hechos sí ha asegurado que “no fueron la misma persona porque el cuchillazo en el glúteo fue por detrás”.

Miguel M., la tercera víctima del apuñalamiento, ha declarado que aunque no estaba contratado como personal de seguridad “ni portero”, se acercó hasta la caseta para ayudar a “recoger vasos y a vigilar para que no se produjera ningún conflicto”. Ha afirmado que dado que el conflicto por el cordón no se resolvió, “sacó de la caseta a uno de los agresores”. Ya fuera, uno de los acusados le apuñaló tanto a él como a J. G., aunque en la vista no ha precisado quién. Sobre esta cuestión, el abogado de la acusación particular le ha recordado que en anteriores declaraciones ha asegurado que fue R. M. O., versión que ha corroborado un agente de la Guardia Civil ya que “sin ningún género de dudas” lo reconoció como autor de los apuñalamientos. Este mismo agente ya alertó de las múltiples “contradicciones” que había entre los testigos.

Por su parte, uno de los cuatro propietarios de la caseta ha declarado que aunque dos amigos suyos le advirtieron que “había llegado gente de Las Palmeras”, no puso especial atención en ellos “ya que no estaban haciendo nada”. Sobre los hechos ha asegurado que no vio ningún herido y a las preguntas sobre las medidas de seguridad de la caseta -ya que, por ejemplo, no se controló el aforo, ha apuntado que “se ajustaron a lo que estipulaba el Ayuntamiento de Fernán Núñez”.

El juicio continuará este miércoles con las periciales y las conclusiones definitivas de las partes.