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De Umbro a Givova: las camisetas del Córdoba en el siglo XXI

Jugadores del Córdoba la pretemporada de 2010 | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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De un tiempo a esta parte uno de los grandes reclamos del verano es el atuendo. Tal y como es ya el fútbol un negocio con diversas ramificaciones, la costumbre es variarlo de una temporada para la siguiente. Atrás queda el tiempo en que la camiseta fuera la seña de identidad, una de ellas, de los distintos clubes. No deja de serlo hoy en día, si bien su duración es corta y no tan duradera como antaño. Por tanto, las entidades se enfrentan después de cada campaña al desafío de elegir nuevo diseño. Y acertar, más que nada, ante sus aficionados. Los del Córdoba aguardan desde el jueves con ligera impaciencia para conocer cuál va a ser la indumentaria del equipo el curso 2020-21. Sí saben desde entonces la marca encargada de vestir al conjunto blanquiverde. Se trata de Givova, firma italiana que promete formatos propios -no de catálogo- e ingresos.

“Desde que se ha hecho público el acuerdo me ha escrito mucha gente para ver cómo serán las camisetas y les van a encantar. Es una marca de primer nivel”, afirmó Javier González Calvo, consejero delegado del Córdoba. Horas después de saberse el nuevo sponsor de la entidad, en principio para los próximos cuatro años, el mandatario quiso destacar una apuesta “para que sean camisetas para la ciudad” y con recuerdo de “la historia del club”. El dirigente se mostró, en definitiva, “orgullo del acuerdo al que se ha podido llegar con Givova”. Un contrato éste que se rubricó tras manejar otras opciones como Adidas, Macron y Kappa. Precisamente dos de estas firmas vistieron al cuadro califal en los últimos años, la primera de ellas esta temporada que acabó de manera anticipada por la pandemia de Covid-19.

Lo cierto es que el Córdoba varió quizá en exceso de sponsor durante el siglo XXI. No en vano, fueron hasta seis las marcas que surtieron de ropa a la entidad hasta ahora. Givova será la séptima… Aunque la centuria arrancó en 2001, la revisión puede llevar al año anterior para tener una perspectiva de los últimos 20. Arrancó este período con una de las firmas más reconocidas en la ciudad. Quizá es así porque la relación entre el club y la misma tuvo su punto de partida más allá de donde alcanza la memoria de los seguidores. El conjunto blanquiverde arrancó la mencionada etapa de la mano de Umbro, cuyos diseños eran sencillos, muy de la época, pero no menos atractivos. Con la empresa inglesa consiguió el equipo, por ejemplo, su histórico ascenso a Segunda A la campaña 1998-99.

Entonces, las camisetas de fútbol tenían cuello y en el caso de Umbro lo había tanto para el Córdoba como para el Manchester United. La progresión del negocio conllevó la variación de indumentarias, que en durante estos años siempre fueron aceptadas en el seno de la afición. Fue después de otro ascenso a la categoría de plata, esta vez el de Huesca en 2007, cuando el vínculo entre el club y la firma inglesa se rompió tras no se sabe casi cuánto tiempo. Aquella temporada 2006-07 el cuadro califal pisaba cada terreno de juego con una camiseta de doble franja verde y blanca, muy similar a otra que tuvo, por ejemplo, el Alavés -pero en azul y blanco-. Con el retorno a Segunda A comenzó otra etapa ciertamente duradera. De hecho fue la segunda más extensa este siglo tras la descrita hasta ahora.

Ya en la categoría de plata, la entidad, bajo la presidencia de Rafael Campanero, optó por la creación de una marca propia. Fue la conocida como CCF, que dejó muy gratas sensaciones -y a estas alturas recuerdos también- entre los aficionados. El Córdoba dio un paso adelante en lo que se refiere al diseño propio, fuera de catálogo. Lo logró sobre todo en atuendos secundarios. Aquella firma 100% blanquiverde funcionó en un primer momento con Patrick y después con Printing Dimension -cuyo sello lo pone con Bemiser-. Probablemente entre las elásticas más llamativas de este período estuvieron la carmesí presentada en 2010 o la cruzada con tonos negro y amarillo. La primera de ellas tuvo además un significado especial: el equipo vestía con el color de la bandera de la ciudad y de esta forma se ofrecía un claro respaldo a la candidatura de la misma a la Capitalidad Cultural Europea 2016 -que ya se sabe en qué terminó-. El cambio de propiedad del cuadro califal tras la compra de Ecco Documática (Carlos González) a Prasa supuso el final de la ropa CCF. Aunque no ocurrió enseguida.

Todavía se mantuvo la marca propia una campaña más allá del traspaso accionarial y el Córdoba disputó su histórico play off a Primera con Paco Jémez en el banquillo con sus camisetas. Por tanto, ésta completó el lustro hasta 2012, cuando Carlos González apostó por una multinacional de relumbrón. Fue la estadounidense Nike, que entregó indumentarias de catálogo. Lo mismo ocurrió normalmente después, por mucho que las elásticas presentaran cambios de diseño. Con la ropa norteamericana consiguió el conjunto blanquiverde otro ascenso inolvidable: el de Primera en Las Palmas el 22 de junio de 2014. Y en el regreso a la élite hubo otra variación de sponsor. Curiosamente en un momento culmen el club prefirió acudir a una empresa casi novata en el sector. Se trata de la italiana Acerbis, hasta ese momento dedicada casi de lleno a producción de material de motociclismo -cascos, petos…-.

Para los aficionados la experiencia fue un fiasco, principalmente por la escasa calidad de las prendas pero también por otras circunstancias. Por ejemplo, que en el borde del cuello hubiera camisetas en que apareciera el nombre del Elche y no del Córdoba. El verano de 2016 deparó un nuevo acuerdo de patrocinio, que terminó por convertirse en el tercero más amplio de las dos últimas décadas. Fue con Kappa, que a pesar del intento de ofrecer material fuera de catálogo no aportó demasiado en este sentido. Sí que permitió un salto en todos los sentidos, que acabó con un paso atrás la campaña 2019-20, la recientemente finalizada, con Adidas. El mayor problema con la empresa alemana fue la escasez de stock, que incluso llevó al Femenino a jugar de naranja en varios encuentros -aun cuando actuaba de local- o a que no existiera idéntica ropa en todas las categorías.

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