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¿Y si la vanguardia del flamenco en 2020 tiene su epicentro en Córdoba?

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Juan Velasco

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Cuando el productor Fernando Vacas conoció al músico americano Howe Gelb, le regaló un disco de Lole y Manuel. Tampoco es que la música de Lole y Manuel fuera entonces algo irrastreable en EE.UU. -al fin y al cabo, sus acordes y su impronta ya habían sonado en la banda sonora de Kill Bill Vol. 2-, pero es posible que fuera en ese justo momento cuando el músico cordobés puso el primer ladrillo de un muro de sonido aparentemente improvisado, pero que ha acabado convertido en una fórmula sonora infalible para oídos inquietos.

Resulta difícil, si no imposible, hablar de vanguardia flamenca y rock sin retroceder más incluso en el tiempo. Hasta los años del Omega de Morente y Lagartija Nick, por ejemplo. Pero lo cierto es que, a diferencia del disco gestado en Granada, que recibió críticas furibundas y no recibió reconocimiento alguno en el momento de su edición, el sonido iconoclasta flamenco que se ha producido Córdoba desde 2010 hasta la actualidad ha sido prolijo y de asimilación mucho más sencilla. Aunque, por otro lado, nunca se ha convertido en un fenómeno y rara vez, más allá de algunos periodistas locales, se ha hablado con propiedad del peso que ha tenido Córdoba como epicentro del sonido flamenco vanguardista actual.

Y ello a pesar de que la fórmula que ha convertido en un fenómeno mundial la mezcla de flamenco, distorsión eléctrica, improvisación jazzística y ritmos afroamericanos y electrónicos ya se había probado sin ningún tipo de limitación en la ciudad durante los últimos diez años. Desde el Alegrías (2010) de Howe Gelb, Fernando Vacas y su Band of Gypsies; a los primeros discos de Fuel Fandango (Fuel Fandango y Trece Lunas, de 2011 y 2013, respectivamente); pasando por el Gipsy Evolution (2014) de Lin Cortés; o el Colores de La Negra (2016).

Todo ese mestizaje de raíces y cables que igual valía para la escucha horizontal que para la pista de baile ya estaba ahí, con la Plaza de la Corredera como kilómetro 0, antes de la explosión de todos los fenómenos posmoflamencos recientes que han acabado derivando en cuestiones francamente prescindibles como la apropiación cultural.

En cualquier caso, todos estos proyectos surgidos en Córdoba durante la última década no fueron comercialmente demasiado rentables, aunque hayan acabado convertidos en trabajos referenciales y en pasos importantes en las carreras de sus protagonistas. Fernando Vacas, Lin Cortés y Nita reclamaron su espacio en el panorama musical prácticamente al unísono, y curiosamente los tres llegan a este año 2020 con nuevos trabajos debajo del brazo y con muchos más ojos -y expectativas- puestos en ellos.

De los tres, Fuel Fandango serán los primeros en disparar. Origen, el cuarto disco de Nita y Ale Acosta, verá la luz el 24 de enero, apenas unos días antes de que lo presenten en directo el 1 y el 2 de febrero en Madrid. Este trabajo, del que ya han dejado escuchar varias canciones, puede que sea el más ambicioso estilísticamente de una banda que, sin lugar a dudas, ha sido pionera a la hora de mezclar dos mundos aparentemente enfrentados como el flamenco y la electrónica de club, y en llevar esta propuesta por todo el mundo.

Alejandro Acosta, productor y 50% del grupo, ya explicó a este periódico que el nuevo disco se ha concebido como un homenaje a la guitarra flamenca -y para ello cuenta con la aparición de maestros como Vicente Amigo, Dani de Morón y Rycardo Moreno-, si bien lo que se ha podido oír hasta ahora mira sin contemplaciones a la pista de baile, con una Nita convertida definitivamente en una poderosísima mezcla entre Martirio y Roisin Murphy.

El viaje inverso, de la pista de baile a la intimidad, lo ha acometido Lin Cortés. El cantante y compositor cordobés ha querido aparcar el sonido eléctrico, urbano y negroide de Indomable (2018) y volver a una fórmula más familiar y flamenca para Gitanerías, un nuevo trabajo que también se estrenará a principios de este año.

Más pendiente de las letras y de su voz, tras una operación de garganta a principios del 2019, el nuevo EP de Cortés supone el salto del músico y de su personal fórmula al mundo de las grandes discográficas, a través de BMG. El Lin, como le conocen en Córdoba, también ha ido cerrando una extensa gira por teatros y salas de menor formato de toda España, que arrancó en diciembre en Madrid y que este jueves hará parada en el Teatro Góngora.

Y el tercero en discordia, el arquitecto -quien sabe si involuntario- del sonido Corredera, también tiene un 2020 plagado de canciones por descubrir, algunas de ellas con la banda que puso a disposición de Howe Gelb hace una década. Lo hará bajo el auspicio de la cervecera Estrella Galicia, que ha confiado al productor nominado al Grammy hasta tres grabaciones inéditas con las que celebrar diez años de SON Estrella Galicia, y que se editarán conjuntamente en una edición limitada de 500 vinilos rojos.

Hasta la fecha, ya se ha podido escuchar el trabajo que unió a la cantaora Rocío Márquez con Florent de Los Planetas en el estudio de Fernando Vacas en Córdoba. Todavía tiene que ver la luz la unión que propició entre Soleá Morente y Howe Gelb en la Iglesia de La Magdalena; y el encuentro entre la Band of Gypsies -formada por Lin Cortés o El Panky- y La Bien Querida. Tres singles que vuelven a difuminar la frontera entre flamenco, rock y electrónica, y que ha conformado un espacio estético al que, en los últimos años, se han ido adhiriendo voces más jóvenes.

Una de ellas, la de María José Llergo. La cantaora y compositora de Pozoblanco se reconoce deudora de todos estos nombres. Especialmente de Nita, desde aquella vez que, en el verano de 2011, escuchó a Fuel Fandango tocar en el Festival Periscopia. Desde aquella revelación hasta el presente, ocho años han pasado.

Su aparición fulgurante, pero serena y pensada, casi parece cerrar un círculo -o un cuadrilátero, en este caso- para esta visión poco ortodoxa de la música tradicional en Córdoba. Y, casualidad o no, ha acabado 2019 junto a Fernando Vacas en los créditos de la banda sonora de la película Adiós y cantando con Lin Cortés en el programa de TVE Un país para escucharlo.

Llergo, uno de los talentos más brutos que han surgido en Córdoba en lo que llevamos de siglo, tiene también su trabajo debut a punto de caramelo. Con miles de oídos puestos en él, Sanación verá la luz a lo largo de los próximos meses en la discográfica Sony y recogerá algunas de las canciones que ya se han podido escuchar de su repertorio, así como otros temas compuestos y escritos por ella, en colaboración con productores tan vanguardistas como el sevillano Lost Twin.

Cuatro nuevos trabajos audaces que pondrán, ahora sí, la lupa de toda la industria musical del país en el sonido gestado en Córdoba, una de las cunas del flamenco, que tiene la oportunidad de reclamar su espacio propio en el arranque de una nueva década.

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