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Juan Rafael Fuentes: “En esta vida parar a lamentarte no te lleva a nada”

Juan Rafael Fuentes | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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La sonrisa no la pierde. Es difícil recordar una imagen en que su semblante sea serio. Quizá las fotografías tras un gol en contra o después de una derrota. Pero lo suyo es mostrar la mejor de las caras. Con ella espera ante la puerta de entrada al campo donde ahora una escuela lleva su nombre -su apellido en realidad-. Es de fútbol, por supuesto. ¿De qué si no con su trayectoria? Ahora este escenario y la enseñanza de pequeños es una de sus dedicaciones. Porque lo de competir, por desgracia, terminó para él. Por culpa de una grave lesión, Fuentes acaba de decir adiós al deporte profesional con sólo 30 años cumplidos apenas unos días antes de este encuentro. Sin embargo, el cordobés continúa con su buen sentido del humor y, todavía más, con su deseo de no parar quieto, como suele decirse.

Su historia es la de un chaval de La Fuensanta que un día, a base de trabajo, alcanza la élite. Porque Juan Rafael Fuentes Hernández (Córdoba, 1990) tiene su secreto en el esfuerzo y la constancia. También en la humildad, que demuestra con la raigambre que mantiene por el barrio en que creció y aún vive. Es ahí donde edificó el Complejo Deportivo Cervantes, integrado al colegio homónimo, y donde desarrolla su actividad la Escuela de Fútbol Fuentes. Los niños de la misma son su ocupación ahora, pero no la única. La otra es la representación de jugadores, un mundo en el que se adentra de la mano de Quique De Lucas. Quien antes pisó el césped fue después su agente más estimado y en la actualidad un amigo.

El cambio de oficio lo encara con ilusión, al igual que con entereza asumió que tenía que abandonar el fútbol en plena madurez pero muy joven. Una grave lesión conllevó un año y medio de padecimiento para él, que se rompió la meseta tibial en un instante realmente especial. Más que nada porque el comienzo del fin -en su carrera deportiva- se produjo en su debut con el Nottingham Forest, equipo inglés que en su palmarés cuenta con dos títulos de Copa de Europa. Hasta él llegó tras empezar en el escenario en que habla para CORDÓPOLIS, el mismo en que jugó con el Maristas antes de dar el salto al Córdoba… y de escalar a Primera. Pero su mala fortuna no le detuvo pues, como bien dice, “en esta vida parar a lamentarte no te lleva a nada”.

PREGUNTA. Cumpliste 30 años con las botas recién colgadas. Debe ser difícil tener que decir adiós siendo tan joven.

RESPUESTA. Ha sido una situación difícil. Debo decir también que he pasado momentos duros. Para cualquier futbolista, que en una edad tan temprana tenga que decir adiós al fútbol... La verdad es que ha sido complicado. He pasado un año y medio bastante duro. Pero creo que al final la vida sigue y hay que asumirla tal y como venga. Nadie quiere retirarse tan pronto del fútbol pero, por otro lado, creo que tengo que darle gracias al fútbol porque me ha dado bastantes años de mucha alegría.

P. Hablas de un año y medio muy duro. Pero durante ese tiempo no has dejado de insistir. Por persistencia que no haya quedado.

R. La verdad es que no. Ahí están los fisios, que me han ayudado. En este caso ha sido José Roca y también los preparadores, que han sido Eu Gavilán y Javi Poveda. Ellos saben que mi sacrificio ha sido continuo. Todas las mañanas me iba a entrenar, ponía todo de mi parte. Pero también es verdad que al final el resultado al que hemos intentado llegar entre todos lo hemos evaluado y no me daba para seguir practicando el fútbol a nivel profesional.

P. Has hablado de sacrificio pero, en el apartado emocional, ¿cómo se sobrelleva una situación como la que has vivido?

R. Te tienes que armar de valor. Yo soy una persona que cuando se me cruza algo en la cabeza hasta que no lo consigo no paro. Y creo que al final tuve que decir basta y simplemente intentar cambiar el chip. Sobre todo quería seguir relacionado al mundo del fútbol, porque la verdad es que ha sido mi vida y no me quería separar de él. Pero ya a nivel de práctica lo asumí, que ya no podía seguir y a tirar para adelante. Creo que tengo una edad muy temprana, como ya digo. Soy joven, tengo 30 años recién cumplidos, y me queda muchísima vida por delante.

"El fútbol ha sido mi vida y no me quería separar de él"

P. ¿Qué es eso que te hace cambiar el chip y un día decir “es tontería que briegues”?

R. Era sobre todo el sufrimiento del dolor. Llegaban algunos días que la verdad es que tenía molestias, tenía dolores a nivel muscular. Cuando no se me cargaba el cuádriceps se me cargaba el isquio, cuando no me dolía la cadera...  Cuando me levantaba por la mañana, a lo mejor de una sesión bastante fuerte, tenía molestias en lo que es la fractura. Creo que entre los fisios, el recuperador, los médicos y yo al final hemos optado por eso.

P. Entre el momento de la lesión y el anuncio de retirada, ¿cuál ha sido el peor momento de este último año y medio?

R. El peor momento que pasé, sinceramente, y siempre cuando hablo con cualquier persona se lo digo, fue el momento en el que estuve no sé si seis o siete días ingresado en el hospital de Inglaterra porque los dolores eran bastante grandes. Luego, también la recuperación los primeros días en casa porque ya te quitan la vía. Los calmantes suelen ser más fuertes en el hospital y luego cuando lo quieres sustituir por pastillas, que es lo que me mandaron en este caso, ni aun así. Ni con pastillas se me pasaba el dolor. Las noches se me hacían eternas. La verdad es que pasé un calvario.

P. ¿Se puede decir que ha sido la peor experiencia de tu vida?

R. La verdad es que sí. Porque yo soy una persona que no me me he lesionado mucho. Sobre todo no llegaba a tener muchos problemas musculares, gracias a Dios, y no me lesionaba mucho. Pero para que veas. Anteriormente tuve simplemente una operación en una parte de la cara, que me partí un hueso en un salto, que apenas fue nada, y luego también una limpieza que me hicieron en una rodilla, que fue también poca cosa. Hasta el momento no había tenido ninguna lesión grave.

P. Vamos a variar para animarnos un poco. Has hablado antes de que el fútbol te ha aportado mucho para lo que viene en adelante. Hay vida después del fútbol...

R. Sí, está claro que hay vida. Yo lo pienso así y así lo veo. Soy una persona superoptimista, que piensa que en esta vida pararte a lamentar no te lleva a nada. No, porque al final son días de tu vida que estás perdiendo. Al final todos vamos a acabar en el mismo sitio, así que creo que hay que aprovecharlo lo máximo posible.

"Antes te regalaban una pelota y eras el más feliz del mundo"

P. Además, por tus nuevas ocupaciones, va a ser una forma de vivir el fútbol de otro modo.

R. Sí, está claro. Monté esta escuelita (Escuela de Fútbol Fuentes) hace tres años dentro del complejo deportivo (Cervantes) y la verdad que estoy supercontento. Los chicos se lo pasan genial y para mí que ellos se lo pasen genial es mi felicidad. Y por otra parte, Quique (De Lucas) me planteó un proyecto en su día, que la verdad es que tengo que decir que le debo muchísimo, porque desde el momento en que lo conocí me está ayudando en todo. Me ha apoyado en todas las facetas futbolísticas y también en las personales. Yo también creo que eso en un agente es bastante importante, que no sólo sea para el fútbol cuando te va bien sino que debe de ser también que te acompañe en los momentos difíciles, ya sea futbolística o personalmente. Que también un futbolista es persona y también durante su vida tiene bajones. Le debo muchísimo porque me ha apoyado todos los días, desde que me conoció, a un nivel extraordinario.

P. La escuela la has montado, Juan, no sé si en el punto exacto, pero sí donde tú empezaste. ¿Es una vuelta a los orígenes, no?

R. Sí, sí. Es este mismo campo. La única diferencia es que sólo había antiguamente un campo de fútbol a lo largo y eran tres campos de fútbol 7 transversales. Entonces siempre jugábamos nosotros al fútbol 7. Aquí fue donde yo empecé con mis compañeros de cole.

P. Pero de césped entonces...

R. No, de césped no. Antiguamente te caías y te hacías bastante más daño. Bastante más que ahora vamos, porque antiguamente aquí había tierra y como te cayeses te hacías polvo.

P. Antes de continuar con otros asuntos, me he quedado con lo que hablabas de los agentes. Qué difícil se hace el fútbol cuando uno está creciendo y tiene que lidiar con los representantes y sus intereses.

R. Sí. Bueno, yo creo que al final el mundo de la representación es un tanto complejo. Creo que cada uno tiene su forma de trabajar y a todas las formas hay que darles su respeto, porque cada uno tiene su manera de ver las cosas. Pero sí es verdad que cuando llegas y empiezas a despuntar... En mi caso, cuando empecé a entrenar con el primer equipo, la pretemporada que me llevaron con el primer equipo con Lucas Alcaraz, es verdad que te llaman. Y es verdad que tú tienes que tener la cabeza fría, intentar escoger a personas o, en este caso, una buena persona que te acompañe durante tu carrera deportiva y que te intente aconsejar lo mejor posible.

P. En este sentido, ¿tú crees que has tenido suerte?

R. Bueno, he tenido de todo. Pero si he cambiado de agente ha sido porque a lo mejor no me sentía cómodo o cualquier cosa. Tampoco tengo malos recuerdos de ninguna persona, que le tenga coraje ni nada. Yo simplemente he cambiado un par de veces hasta que encontré a Quique (De Lucas), que ha sido el que me ha acompañado durante casi toda mi etapa en Primera.

"Un agente debe acompañarte también en los momentos difíciles"

P. Volvamos al hilo de la conversación. Hemos hablado de la retirada y de la lesión que la provoca, que se produjo en un día muy especial. Debutabas con el Nottingham Forest y la pierna te hizo crack. ¿Qué sentiste aquel día?

R. En el momento de la lesión yo no me doy cuenta de lo que tengo. Como bien se sabe, me caigo y sé que me pasa algo porque noto un crujido dentro de mi cuerpo, pero yo pensaba sinceramente que sería un ligamento cruzado o sería... Como nunca había tenido otra lesión de este tipo pues no sabía qué podría ser. Pero sí es verdad que tengo la mala suerte de que llevo allí, desde que firmé, un par de meses... Pues quieras que no, ya venía también de un parón porque había salido del Osasuna de una manera no muy buena y me costó trabajo reengancharme... cuando Aitor Karanka, que es otra de las personas que también ha estado cerca de mí allí, que me apoyó en todo momento y también le tengo que dar las gracias... Es verdad que tengo mala suerte, porque es un partido en el que debuto, en el que lo estaba haciendo bien, la primera parte estaba jugando bastante bien. Creo que podría haber seguido jugando, no sé cuántos partidos pero creo que hubiese tenido algún tipo de continuidad. Lo recuerdo ahora, que ya sé el alcance de mi lesión, como un día bastante malo, muy desagradable.

P. Y cuando te dicen, “te has roto la tibia”, aunque no fuera eso exactamente, ¿qué se te pasa por la cabeza?

R. Yo me acuerdo de haber entrado en el sitio donde te hacen las radiografías y siempre te dejan en la camilla dentro y ellos se salen para hacer la foto. Y yo veía como que lo médicos miraban al monitor como con espasmos, como diciendo “qué ha pasado”. Yo al principio, no sabía nada. Me dijeron te has fracturado la meseta tibial. En ese momento, los médicos le intentaron restar un poco de importancia, pero posteriormente me enteré de que era una lesión muy compleja. Es muy difícil romperse un hueso tan fuerte.

P. Todo el proceso del que hemos hablado, entiendo que te ha ayudado también a afrontar la vida. ¿Ha habido algo de aprendizaje?

R. Sí, está claro. Esta etapa no la había vivido. Yo he tenido muchos compañeros que han vivido cruzados, han vivido lesiones de larga duración, pero está claro que cuando la vives tú te das cuenta de lo que tienes. Te das cuenta de lo que se sufre, de lo que tienes que pasar el día a día, de todos los obstáculos que tienes que afrontar cuando te viene un tipo de lesión, ya sea más grave o menos grave. En mi caso, sí es verdad que ha sido una lesión bastante grave. He tenido la mala suerte de que no he podido volver, pero también, por otra parte, valoras muchas cosas. Yo creo que valoras otros aspectos de la vida. Valoras el cariño, tu familia siempre cerca tuya, tus amistades, quién está ahí contigo. Al final, como he dicho antes, creo que la vida sigue y tienes que afrontarla porque quedarse días pensativo, días malos, de bajón, ¿de qué te sirve? Es un día que no va a volver a pasar en tu vida.

P. Cambiemos de tema. Volvamos a tus días en este campo de tierra. ¿Qué recuerdos tienes de tus primeros días en el fútbol?

R. La verdad es que hay momentos que recuerdo bien. Yo empecé aquí (Colegio Cervantes) jugando en el pabellón, porque antiguamente los prebenjamines jugaban a fútbol sala, y tengo buenos momentos. Sobre todo, buenas vivencias con amigos con los que incluso a día de hoy comparto amistad. Creo que eso es bonito, pero es verdad que de este colegio y de este club, Maristas, han salido buenos jugadores. Muchos nos íbamos al Séneca, al Córdoba... Lo típico cuando eres pequeño. Pero sobre todo, de la etapa de aquí, recuerdo buenos momentos, porque teníamos un buen equipo y algunos años se hicieron cosas buenas.

"Se debería de apostar un poco más por la cantera"

P. Aquella era la época en que se jugaba en la calle o en la plaza. ¿Eso se está perdiendo?

R. Creo que sí. Antiguamente llegaba tu cumpleaños por ejemplo o llegaban los Reyes y te regalaban una pelota y eras el más feliz del mundo. Parece que hoy en día eres el más feliz del mundo si te regalan una tablet, un móvil o una consola. Creo que eso se está perdiendo en el mundo de la calle y da pena porque es verdad que uno cuando sale... Yo, por ejemplo, cuando salía con mis amigos nos juntábamos 20 personas. Jugábamos diez contra diez en la plaza de La Magdalena cuando el suelo era de piedras, que el balón no iba ni raso, y nos lo pasábamos pipa. No necesitábamos otra cosa. Parece que hoy en día eso se está perdiendo, porque yo precisamente vivo en la misma casa donde me crié y ahora no... Sí, de vez en cuando ves a algún chavalito jugando a la pelota, pero no como antiguamente.

P. ¿Eso lo notáis cuando, por ejemplo, vienen vuestros chicos a entrenar o jugar? ¿Se nota la esencia de lo que se suele llamar fútbol callejero?

R. Se nota mucho, sobre todo cuando son chiquitos y empiezan de nuevas, el que ha vivido un poco más en la calle. Se le nota, nada más que en la conducción del balón, en lo espabiladillo que está, en la forma de desenvolverse en el campo. La verdad es que sí se nota.

P. Del Maristas das el salto al club de tu vida, si no me corriges: el Córdoba. ¿Cómo fue aquel proceso?

R. El salto lo doy en alevín de segundo año, que fue cuando empecé allí. Aquí en Maristas tenía un entrenador que era mi tío, que es otra de las personas que siempre guardaré en mi memoria en mi etapa futbolística porque creo que ha sido una persona que me ha sabido dar los valores y me ha enseñado a tener siempre los pies en el suelo, que es muy importante. En el sentido de que cuando entras en el mundo del fútbol, aunque seas pequeño no porque seas ya profesional... cuando eres pequeño y te dicen, “mira, te quiere el Córdoba”. Pues tú ya te crees y no eres nadie, eres simplemente el mismo niño, que cambia de jugar aquí en Maristas a jugar en el Córdoba. Me fui en alevín de segundo año y no me acuerdo exactamente quién me llamó o si mi tío habló con alguien. Fui allí, entrené y allí me quedé.

P. ¿Qué rememoras de tu paso por la cantera del Córdoba? ¿Soñabas con llegar al primer equipo cuando llegaste?

R. Pues la verdad es que no, ni recién llegado ni en años posteriores. Porque mi caso creo que es un poco complejo. Yo nunca... Cuando era juvenil sí me subieron al División de Honor, de segundo año, pero en mi etapa de alevines, infantiles, cadetes nunca he destacado. Era una persona que sí, Fuentes ahí, siempre cumple, pero yo me acuerdo de compañeros de mi edad que siendo infantiles de primer año ya jugaban con los de segundo. Me acuerdo compañeros míos del Córdoba que todos los martes, cuando eran las selecciones, iban a entrenar con la selección. Yo jamás fui a una selección cordobesa, que es algo que muchas veces, cuando hablo con algún padre de algún niño, se lo digo. Muchas veces nos creemos que porque nos llame la selección cordobesa, porque vayamos, ya éste vale más que el que no va. Pues no. Al final yo estaba en el Córdoba y del Córdoba sólo podían ir cuatro a la selección y yo no era de los que más despuntaba o no era de los que el entrenador veía que en ese puesto podría ser importante para cubrir con un jugador del Córdoba sino que a lo mejor el lateral lo ponemos con uno de otro equipito y del Córdoba cogemos al delantero, el pivote y el banda, o el portero. Nunca he destacado en las categorías inferiores, porque nunca me han subido de categoría ni nada. Pero sí es verdad que recuerdo la etapa con mucha ilusión. He hecho muy buenos amigos en mi etapa del fútbol de cantera, además de jugar partidos muy importantes: sectores, Copa... partidos muy bonitos. Tengo muy buen recuerdo.

"Llegué al Español y estaba Capdevila; yo pensaba que no iba a jugar"

P. Te voy a nombrar algunos, estos ya de tu etapa en el filial: Fernández, Pedro (Pérez Conde), Pascual, Toni Seoane e incluso Manu Leal, que ahora está con el fútbol sala. Transcurridos los años, ¿qué diferente es el fútbol para cada uno, no?

R. La verdad es que sí, porque cada uno de los que me has dicho... Fernández sí es verdad que más o menos fue a la par que yo porque salió del Córdoba seis meses antes que yo, que se fue al Zaragoza, y yo me fui luego, en verano, al Español. Pedro Conde es muy amigo mío, tengo muy buena amistad con él porque de hecho ahora está trabajando con Quique (De Lucas). Manu Leal, que la verdad es que es otro gran amigo mío, con el que me veo casi a diario porque nos juntamos mucho con él y con su hermano (David Leal). Toni (Seoane), que también está jugando. Pero sí es verdad que cada uno toma sus riendas. Cada uno tira para su lado. Todos intentamos llegar, pero es verdad que unos tuvimos la suerte de llegar y otros, a lo mejor, se quedaron por el camino. Pero vamos, que con todos guardo muy buena amistad.

P. De ahí es verdad que habéis estado en Primera tres: Fernández, tú y Manu Leal a su modo.

R. Sí, sí. Fernández, como ya digo, se fue seis meses antes a Zaragoza, y Manu (Leal) está viviendo una etapa maravillosa. Yo creo que también debemos estar todos orgullosos de tener un equipo de fútbol sala en Primera División. Y la verdad es que yo le deseo lo mejor, como siempre se lo he deseado, tanto a Manu como David, a su hermano, que también estuvo en la cantera del Córdoba. Les deseo lo mejor porque son muy buenos amigos míos.

P. Hablando de cantera y antes de meternos en cosas de mayores. ¿En vuestra época sentíais que estaba descuidada por parte del club como parece que sucede ahora?

R. La verdad es que de cuando era tan pequeño no recuerdo muy bien. Yo sé que había jugadores, que yo jugaba con ellos, que siendo cadetes o infantiles se los llevaban fuera de Córdoba. Yo me acuerdo de, por ejemplo, Curro, que se fue al Español. Me acuerdo de Chiqui, que se fue al Atlético de Madrid; de Ángel Castellano, que también salió. Ya no me acuerdo de si la tenían descuidada o no, a lo mejor fue gente que vino con dinero y tal y ya no sé si percibió dinero el Córdoba o no. Pero sí que creo que se debería de apostar un poquito más por la cantera, porque yo creo y de hecho se ve... Yo voy a los campos de fútbol, tengo amistades, y tengo amigos míos que juegan en Segunda B, en Segunda A, y a lo mejor no han estado en el Córdoba. Es algo que deberíamos de planteárnoslo: invertir un poquito más en la cantera porque yo creo que de la cantera cordobesista salen buenos jugadores.

P. Ahora sí vamos a cosas de mayores. Llega el 2 de septiembre de 2009 y el Córdoba juega en el Benito Villamarín. En el once está un tal Fuentes, un chaval de 19 años, de aquí de La Fuensanta. ¿Te suena eso?

R. Sí, sí, sí. Aún recuerdo que... Eso nunca se va a olvidar. Cuando me da la oportunidad Lucas Alcaraz, me acuerdo perfectamente de que en la concentración estaba supernervioso y de que estaba con Pascual en la habitación. De hecho, Pascual también debuta en ese partido. Y fue una... no sé cómo describírtelo. Yo creo que fue una ilusión terrible. Encima pudimos ganar, en el estadio del Betis, un equipazo; yo cubrí a Odonkor, un internacional alemán... La verdad es que fue un cúmulo de sensaciones positivas que jamás olvidaré.

"Paco Jémez fue el que me hizo evolucionar"

P. No sé si sabes situarte en el momento en que te dicen “oye, prepárate que viajas” y luego, “oye, prepárate que juegas”...

R. Fue durante durante la semana. Lucas (Alcaraz) habló conmigo, me dijo que iba a ir convocado y que iba a jugar. Creo que durante la semana ya me enteré de que iba a jugar y la verdad es que al principio, como cualquier persona, tuve un poco de nervios, porque acostumbrado a jugar en Tercera, en campos que apenas hay público, y meterte en un campo de las características del Benito Villamarín, que es un campazo... La verdad es que estaba supercontento, superorgulloso y superagradecido.

P. Y después de eso, 127 partidos oficiales con el Córdoba. No sé si sabes que fuiste el primero después de Javi Flores, y ya habían pasado cuatro años, que consiguió asentarse desde la cantera. ¿Qué supuso ese salto al primer equipo y a Segunda directamente?

R. Fue un salto que no me lo esperaba. Soy sincero. No me lo esperaba porque me acuerdo de que me avisaron para ir a la pretemporada ese año. También había otro fichaje que habían hecho para el lateral. Estaba ahí, no sé si te acuerdas, Morcillo, que fue el chico que trajeron para el lateral. Después, mes y medio más tarde, no sé lo que pasa, a Morcillo lo rescinden y me dice Lucas (Alcaraz) que que me va a subir arriba, que voy a entrenar con el primer equipo y que los partidos que no pueda ir con el primer equipo porque no vaya convocado voy a jugar con el filial. Pues recuerdo que con el filial ese año creo que jugué un partido. A raíz del partido de Copa del Rey con el Betis, después me puso en Murcia y después ya cogí una dinámica que entré en dinámica de grupo. Cogí confianza, porque también el entrenador me la dio de ponerme cada domingo, y me lo creí, me lo creí... y al final todos esos partidos que has dicho.

P. Fueron 127, que no son pocos con 22 años con que te fuiste del Córdoba. En todo ese tiempo ha habido momentos complicados, otros muy bonitos. ¿Con cuál te quedas?

R. ¿Pero positivo o negativo?

P. Con lo que tú quieras contarme.

R. Bueno, con mi debut, como ya hemos estado hablando, y después ese año fue bastante bueno. Sobre todo a nivel personal, porque pude disputar bastantes partidos. Al año siguiente también, que fue con Lucas (Alcaraz), que también hicimos un año en el que, digamos que fue un año de cinco... Porque no me acuerdo ahora mismo cómo quedamos en la clasificación, pero creo que nos quedamos a mitad de tabla o un poco más abajo. No me acuerdo. Luego llegó Paco Jémez, que es otro entrenador que me ha marcado porque pienso que me exprimió al máximo, dejándome las ideas muy claras desde primera hora. Es un entrenador que en ese momento, cuando me cogió, me dijo: “Fuentes, yo quiero esto, yo necesito esto y tú me tienes que dar esto y lo que necesito, si no, no podrás jugar”. Me habló tan claro que lo asimilé e intenté dar lo máximo que podía en ese momento. La verdad es que apostó bastantes partidos para mí. Hicimos un año terriblemente bueno en el que creo que disfrutamos muchísimo, porque hacíamos muy buen fútbol, hacíamos... No sé, era una convivencia, un vestuario superbueno, éramos todos a una. Ese año lo recuerdo con mucha satisfacción porque también tengo muchísimos amigos con los que a día de hoy mantengo la relación y pudimos hacer play off. Qué pena que no pudimos ascender. También, la verdad es que era un año en el que todavía en Segunda se necesitaban... No sé, hicimos 71 puntos y ¡quedamos sextos! Al año siguiente creo que eso era ya ascenso directo, pero bueno, la verdad es que bien. Y luego el último año, que fue también un año más normal en el que la primera etapa estuve con Berges y luego con Esnáider, en el que también estuve bien, a buen nivel, y tuve la oportunidad de poder jugar después en Primera. Creo que gracias al Córdoba tuve esa oportunidad, porque si en el Córdoba no hubiese rendido bien o no me hubiesen puesto a jugar partidos, creo que al final no hubiese llegado.

"Soy cordobés y cordobesista hasta la muerte"

P. Precisamente en relación a tu salida. Aquí se habló mucho de que te ibas gratis y demás historias. ¿Te habría gustado salir de otra manera o quizá aclararle a alguien que no despreciaste al Córdoba?

R. Vamos, no desprecié al Córdoba ni jamás lo despreciaría. Porque es el club que me ha dado la oportunidad de poder formarme como futbolista y de poder lograr lo que he logrado en mi vida, de poder haber llegado a la élite. Pero sí es verdad que cuando me voy del Córdoba fue una situación en la cual a mí me llegaron las ofertas antes de que el Córdoba a mí me planteara la renovación. Y también es verdad que un futbolista tiene que aprovechar los trenes que pasan en su vida. A mí me pasó el tren de Primera y no me quedaba más remedio que cogerlo, porque yo no sabía si iba a tener otra oportunidad de poder jugar en Primera.

P. Llegas al Español, como decimos, y es la oportunidad de cumplir un sueño.

R. Sí, la verdad es que sí. Fue un sueño total porque yo llegué al Español y estaba Joan Capdevila, el cual a día de hoy es también muy amigo mío, y yo pensaba que no iba a jugar. Yo decía: “Madre mía de mi vida, me ha firmado el Español, aquí está Capdevila, campeón del mundo, campeón de Europa, yo no tengo... aquí como mucho algún partidito de Copa”. Yo decía, que lleguemos lejos en Copa, que por lo menos pueda jugar la Copa mucho tiempo. Pero es verdad que no, que al final no fue así. Al final llegué allí con la maleta, como siempre digo, cargada de ilusión y de trabajo. Empecé a trabajar a las órdenes de Javier Aguirre, que es otro entrenador al que también le agradezco porque apostó bastante por mí y me dio muchísima confianza. Desde el primer día me integré bien en el grupo, fui uno más y a base de constancia y trabajo empecé a jugar. Empecé a jugar un partido y otro partido, que al final jugué casi toda la Liga.

P. Me hablas de muchos entrenadores: de Karanka, de Paco Jémez, ahora me hablas de Javier Aguirre. Me hablas de que todos te han ido marcando. ¿Pero si te tuvieras que quedar con un entrenador de todos los que has tenido?

R. Es bastante complicado, porque la verdad es que con todos, debo decir, nunca he tenido ningún problema. Porque al final ya sabemos cómo somos los futbolistas, que si me pone es el más bueno del mundo y si no, no. En mi caso no, porque en mi caso había años que jugaba más, había años que jugaba menos, pero para mí todos los entrenadores que he tenido me han tratado superbien, tanto ellos a mí como yo a ellos. Pero sí es verdad que si me tuviese que quedar con uno, me quedaría con Paco Jémez, porque creo que fue el que realmente me hizo evolucionar. Digamos que me dio un cambio. Me hizo sacar cosas que yo no pensaba que en el campo sería capaz de hacer. Me quedaría con él.

P. Lógicamente el trabajo de los jugadores está ahí. Pero, ¿quizá fue Paco (Jémez) el que consiguió con una varita que esa temporada el Córdoba hiciera lo que hizo?

R. A nivel personal pienso que sí, porque ya te digo que a nivel personal a mí me hizo evolucionar. Él llegó con las ideas muy claras, él dijo “yo quiero esto y ustedes me tenéis que dar esto”. Yo a lo mejor no tenía tanta confianza con el balón en los pies y decía: “No, no, que el balón se tiene que sacar jugado”. “Hoy hemos salido bien, oye hemos salido bien”. Oye, pues al final coges una confianza, leche, que vas aprendiendo y asimilando en tu nivel de juego. Al final salió bien, el balón llegaba a línea de fondo, ponía centros buenos, sabías cuándo tenías que recortar... No sé, a mí la verdad es que me dio un vuelco en mi fútbol en el campo.

"La vida sigue y hay que asumirla tal y como viene"

P. De vuelta al Español, con este equipo te tocó enfrentarte al Córdoba en Primera. ¿Sentiste envidia cuando lo viste ascender? No sé si más como envidia sana o alegría.

R. Sinceramente, yo lo catalogaría como alegría. Yo que soy cordobesista de toda la vida, desde que tengo diez años, me voy del Córdoba a Primera, porque es verdad que me voy a una liga mejor... pero a ese año que me voy sube el Córdoba, pues sí es verdad que a uno le habría gustado subir con el equipo de su ciudad. Pero por la otra parte, muchísima alegría de que el equipo de tu ciudad esté en Primera. Porque eso abarca no sólo que el equipo esté en Primera sino por lo que es para la ciudadanía. Al final no es lo mismo para la prensa cuando un club está en Primera. No es lo mismo la gente que viene a los hoteles cuando está en Primera. Yo creo que es un bien para todos, para toda la ciudad.

P. Tres años en Barcelona (Español) y vas al Osasuna, donde tienes menos continuidad. Sin embargo, te marchas hablando de un club señor.

R.  Sí, la verdad es que mi etapa en el Osasuna me sorprendió muchísimo. Cuando decido ir allí yo pensaba que era frío, aquí acostumbrado al calor: lo voy a pasar fatal, no me voy a adaptar... Pero la verdad, tengo que decir que, desde la primera persona a la última que me crucé en Pamplona, el trato ha sido excepcional. Los valores que tiene ese club son magníficos. El apoyo de la afición es otro, que fue un año supercomplicado... Bueno, no tendría palabras para describirlo, porque fue todo, todo, todo el año apoyándonos desde el primer minuto hasta el último. El recuerdo que tengo de Pamplona es muy bueno.

P. Y de todo lo que hemos hablado de fútbol a primer nivel, ¿qué ha sido lo que más te a aportado emocionalmente?

R. Emocionalmente, imagínate. Cuando veía el fútbol de pequeño en la tele, lo que uno quiere es que eso se haga realidad: “Ojalá jugase yo ahí”. Al final he tenido la oportunidad de jugar partidos en Primera, en todos los campos de España... Es que esa sensación... La gente cuando me lo pregunta, porque siempre te lo suelen preguntar, “¿qué tal cuándo juegas con el Barça o con el Madrid?”. Yo siempre digo que eso hay que vivirlo, que es muy difícil explicar qué se siente. Eso es como el que hace otro tipo de cosas, como el que hace paracaidismo. Hasta que no te montas ahí y estás a 500 metros de altitud no sabes lo que es. Pues es lo mismo. Creo que son sensaciones superbuenas, pero que hay que vivirlas para saber lo que es.

P. Un chaval de La Fuensanta que juega contra Messi, por ejemplo. ¿Cómo se lleva la primera vez que sucede?

R. Las sensaciones que tienes cuando pisas un terreno de juego por primera vez sobre todo, porque es verdad que yo en el Camp Nou y el Bernabéu he jugado bastantes veces, sientes al principio muchos nervios. Dices: “Madre mía, Messi, Dios mío, que está aquí”. Hemos visto a un jugador que es uno de los mejores del mundo, pero es que lo son. Porque cuando estás en el campo, lo que tú ves un segundo tarde ellos lo ven dos segundos antes. Ésa es la diferencia que hay entre unos jugadores y otros.

"Estés en Primera, Segunda o Regional tienes que ser siempre el mismo"

P. Luego te surge la opción de ir a todo un histórico campeón de Europa como el Nottingham Forest. ¿Cómo surge esta posibilidad?

R. La verdad es que es una opción compleja. Yo salgo del Osasuna, como ya digo, de una manera en la que el equipo baja a Segunda y el club tampoco quería mantener muchos salarios. Se dan diferentes cosas que me hacen plantearme que quería jugar fuera. Tenía la idea de que quería salir fuera y entonces Quique (De Lucas) me lleva al Nottingham Forest. Por supuesto, en nada que recibo la oferta del Nottingham Forest digo que sí, sin pensármelo. Me fui a Londres a pasar las pruebas médicas y la verdad es que al principio me costó un poco la adaptación: tema de idioma, tema de una liga diferente... Me costó un poco la adaptación pero luego, cuando me adapté, pasé también unos meses fenomenales.

P. Y cómo es eso de vivir en Inglaterra para un cordobés, porque la diferencia es...

R. La diferencia es abismal. Al principio, cuando me fui allí, decía: “Madre mía, yo para ver el sol aquí lo voy a tener que pintar en la pared”. Porque es todo diferente. Hace mucho frío, incluso nieve a veces, la dinámica de grupo y los entrenamientos son diferentes... Allí entrabas a entrenar a las nueve de la mañana, que tenías que desayunar todos juntos, y después comer todos juntos, y gimnasio todos los días. Es una dinámica diferente, pero también es bonita. Siempre, a mí me llamaba la atención, decidí irme allí y cuando ya llevaba un mes o mes y medio me adapté sin problema.

P. ¿Pensaste volver al Córdoba? Porque propuesta sí tuviste.

R. La verdad es que estuvieron hablando conmigo en esos meses de tránsito. Ellos me decían que económicamente no tenían mucho dinero y tal. Yo al tener las dos decisiones con la de Inglaterra, que me llamaba mucho la atención, y la diferencia que había entre lo que era un equipo y otro, me llamó más la atención tirar para Inglaterra.

P. Eso fue durante la etapa de Jesús León...

R. Fue el año que vino Reyes en la etapa de invierno. Según me comentaron a mí en esa época es que había muy poco dinero. Ahí ya difiero. Porque a lo mejor había muy poco dinero para algunos pero mucho para otros. Pienso yo. Pero al final son tránsitos de la vida en los que tienes que decidir y yo en ese momento decidí eso.

P. Y más allá de esa propuesta, durante todo este período del que hemos hablado, ¿no se te pasó por la cabeza volver en algún momento?

R. Sí se te pasa por la cabeza, no te voy a engañar. Sobre todo a un club que... Es que yo soy cordobesista. Me gusta el fútbol de Córdoba, me gusta el equipo, estoy súper a gusto, es mi casa... Pero también es verdad que tampoco se me ha dado el caso real, excepto esos meses que estuve aquí. Así que nunca he tenido la oportunidad. También es verdad que la carrera se me ha cortado ya. A lo mejor si hubiese seguido, ¿quién sabe?

"Los chicos de mi escuela se lo pasan genial y para mí eso es felicidad"

P. Precisamente, ahora que hablamos del Córdoba, ¿cómo vives desde fuera todo lo que le ocurre al club?

R. Es un poco triste, porque yo creo que... Tampoco entiendo mucho de las estructuras de clubes, pero a mí me da pena muchas veces. Sobre todo por el tema que hemos pasado en la época de Jesús León. Uno sufre porque al final uno es cordobesista, ha pasado muchos años en esa ciudad deportiva, han sido muchos días yendo a entrenar y al final uno ama a su club. Yo por ejemplo soy cordobés y cordobesista hasta la muerte. No sé, en algunos momentos digo “podríamos hacer las cosas un poco mejor”. Porque al final creo que algo hemos hecho mal, eso está claro. Sobre todo tener la esperanza de que esta gente nueva que ha venido le ponga toda la ilusión del mundo porque creo que este club lo merece. Este club se merece y tiene que estar más arriba, y a ver si entre todos lo podemos sacar para adelante.

P. Vayamos un poco hacia atrás. Aunque diste el salto dos temporadas antes tú te asentaste en el primer equipo ya con Carlos González. ¿Qué recuerdo tienes del comienzo de esa etapa?

R. Creo que fue después de la Ley Concursal, que pasamos una Ley Concursal con Salinas, que pasamos bastantes meses sin cobrar porque todavía no estaba la ley ésa de que a los tres meses sin cobrar te quedabas libre... Fue una época en la que empezamos con Paco Jémez y, sobre todo, yo lo que veía es que lo que decían, más o menos, lo cumplían. Al equipo no le faltaba estar al día en sus pagos, la gente era honesta, teníamos los viajes bien... Todo bien. Recuerdo una buena etapa. De ese año no puedo recordar nada malo, porque todo vino rodado.

P. ¿Tú te sentiste apreciado por el club?

R. Yo me sentido muy querido siempre en Córdoba. No a todo el mundo le vas a caer en gracia. Habrá gente que no, que dirá éste es muy malo o éste no sabe darle al balón. Pero en líneas generales es verdad que siempre me he sentido muy querido aquí en mi casa.

P. ¿Crees que en aquel momento se empezó a construir otro Córdoba?

R. Puede ser. Creo que ese año, si no me equivoco, éramos bastantes los chavales de Córdoba que estábamos. Creo que Fede Vico estuvo por esa época, Fernández, Alberto Aguilar, Gaspar, yo... Ya te digo que yo creo que sí, que ahí se le dio como un vuelco a la situación con gente de Córdoba y la verdad es que no nos fue muy mal. Jorge Luque (recuerda)...

"Espero que por fin vengan personas que apuesten de verdad por el Córdoba"

P. Sin embargo, el club está otra vez en el punto de partida. ¿Por qué será que no consigue asentarse a nivel de categoría?

R. Es una pregunta compleja. No sabría decírtelo. No sabría decirte porque yo, como tú, como cualquiera que le preguntes, todos querríamos que el Córdoba siempre tuviese una estabilidad. Pero sí es verdad que tuvimos ese año en Primera, que no nos asentamos. Luego también problemas en Segunda, hemos bajado a Segunda B... Pero como siempre digo yo espero que por fin vengan personas que apuesten de verdad por el club. Yo creo que si entre todos lo tiramos para adelante conseguiremos asentarnos. Eso es al menos a lo que intentamos llegar.

P. Pregunta que casi es petición de apuesta. ¿Estará el Córdoba en Segunda la temporada que viene?

R. Bueno, por mí ojalá. La verdad es que no es fácil. Sabemos que la Segunda B parece fácil pero cada partido es un mundo. Pero yo creo que se están empezando a hacer las cosas bien y creo que podemos conseguir el ascenso.

P. Por cerrar, para que la gente se entere: ¿Por ser futbolista de Primera no se deja de ser un chaval de La Fuensanta?

R. La verdad es que eso siempre lo he tenido muy claro, siempre los pies en el suelo, porque creo que uno nunca debe perder sus valores y su humildad. Creo que al final eso es lo que vales como persona y lo que al final tienes que reflejar en las demás personas: cómo eres tú como persona, ya estés en Primera, en Segunda o en Regional. Que siempre seas el mismo.

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