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El puente de Los Nogales, una obra única que daba servicio a Medina Azahara y que está desapareciendo

Estado actual del puente de Los Nogales.

Alfonso Alba

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Hace un siglo, el puente de Los Nogales presentaba un estado de conservación excelente. Se trataba de una obra única, aún en servicio, construida como vía para abastecer y comunicar a Medina Azahara con la ciudad de Córdoba y con otros caminos que conectaban a la ciudad palatina con el resto de Al Andalus. Hay imágenes del puente, único califal de sus dimensiones y con tres ojos, de los años treinta. Esas imágenes en comparación con las de hoy en día demuestran un progresivo abandono que amenaza, incluso, con su desaparición.

El puente de Los Nogales está considerado como una obra única de la ingeniería andalusí y se localiza a apenas cuatro kilómetros de Medina Azahara. Pero precisamente por su ubicación ha sido pasto del expolio. Tanto, que en el año 1997 la Guardia Civil llegó a detener a tres canteros que estaban literalmente desmontándolo para usar su mampostería y reutilizarla en varios chalets del entorno. El caso fue tan sonado que saltó a la prensa nacional.

Tras los diferentes expolios, la Universidad de Córdoba y el conjunto monumental de Medina Azahara hicieron un trabajo de campo y documentación para evitar su deterioro. El catedrático Alberto León y Ana Zamorano publicaron sus resultados, que son públicos, y en los que ya destacaban las principales amenazas que sufría esta obra única de la ingeniería hidráulica andalusí.

Actualmente, varias denuncias ciudadanas han lamentado que, lejos de conservarse, el puente sigue deteriorándose a pasos agigantados y que incluso a estas alturas es complicado observar la estructura que tanto maravilló a los visitantes de la antigua ciudad palatina. Un ejemplo: el puente tenía una anchura de ocho metros principalmente por el enorme trasiego de tropas que soportaba.

A día de hoy, la construcción de una presa de hormigón aguas abajo del arroyo para el regadío (algo que ya advirtieron León y Zamorano) ha provocado una sedimentación cada vez mayor que ha colmatado el puente. Los sedimentos han ido creciendo y creciendo hasta prácticamente tapar por completo los ya maltrechos tres ojos del puente. Eso, unido a la maleza que lo rodea, hace que esta obra, que goza de un grado de protección máximo, sea imposible de ver.

El acceso al puente también es complicado, ya que se localiza en un camino particular y entre varias fincas. La plataforma A Desalambrar lleva años intentando sin éxito su deslinde y protección, y diversos colectivos reclaman su completa restauración como complemento a la interpretación de lo que un día fue Medina Azahara.

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