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¿Creer o no creer lo que ves?

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Marta Jiménez

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Los artistas suizos Jojakim Cortis y Adrian Sonderegger han recreado en su estudio imágenes icónicas de la fotografía para recordarnos que no siempre debemos creer lo que vemos. Entre ellas, La sombra de Nosferatu en el clásico del cine mudo de F.W. Murnau; la huella dejada por el primer hombre en la luna; El World Trade Center en llamas o Muerte de un miliciano, la fotografía de Robert Capa tomada en Córdoba y que protagoniza desde hace más 80 años la discusión de si es una imagen falsa o no.

La serie Icons, un proyecto que partió en 2012, mostrada actualmente en la galería de fotografía C/O Berlin en una exposición titulada Double take, recupera fotografías famosas utilizando técnicas precisas de creación de modelos en miniatura que una vez más son capturados por un fotógrafo, junto con todas las herramientas de los artistas, como algodón, arena o focos. Un bricolaje meticuloso y un logro escultórico para los artistas, que plantea constantemente la pregunta: ¿es real o es un sustituto?.

Las tomas logran fascinar y desconcertar al espectador simultáneamente, pero no solo por sus imágenes perfectas y audaces de estas fotografías casi idénticas. Con un toque de humor, Cortis y Sonderegger revelan constantemente el funcionamiento interno de sus ilusiones pictóricas al incluir sus alrededores de estudio en la fotografía final.

“Si no tienes una buena imagen, no has estado lo suficientemente cerca”, solía decir Robert Capa. Preguntado por la veracidad de la famosa imagen, para Sonderegger “Capa no había tomado muchas fotografías de la película y se perdió durante mucho tiempo. Mucha gente ha investigado esto. Por otro lado, no tienes pruebas de que la foto sea falsa”, explicaba el artista a The New York Times.

En cuanto a la técnica utilizada para recrear la foto en su estudio, los artistas revelan que la miniatura está hecha de plastilina horneada para hacerla más dura. “No es perfecta. Somos perfeccionistas, pero, por otro lado, sabemos que es bueno que no sea perfecta”, reconocen. Una misión artística para agudizar nuestros sentidos.

En un momento en que la manipulación fotográfica digital es un hecho, y las fake news también, estas imágenes nos recuerdan que una fotografía no es una representación objetiva de lo que representa. Y tal vez, a veces, ver no debería ser creer. Interesados por la ficción y la realidad, “muchas imágenes son realmente como un símbolo para un cambio de algo”, dijo Sonderegger en el tour de inauguración de la exposición. Un catálogo con el mismo nombre, publicado por Lars Müller Publishers, Zurich (alemán) y Thames & Hudson (inglés), acompaña la exposición.

Muerte de un miliciano es la imagen más simbólica y más difundida de la Guerra Civil española y del fotoperiodismo internacional. Una fotografía estremecedora de la muerte en directo. Robert Capa tomó la instantánea de un miliciano que acababa de ser abatido en un paraje de Espejo (Córdoba) el 5 de septiembre de 1936.

En julio de 1937 la revista Life dedicó un reportaje a España, ilustrado con la célebre foto, que tituló así: Muerte en España. La guerra civil se ha cobrado medio millón de víctimas en un año. El soldado  era uno más, una anécdota convertida en categoría, un símbolo. A día de hoy nadie sabe quién fue aquel miliciano.

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