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De patios en el Alcázar Viejo (IV): San Basilio, 20

Casa-patio de San Basilio, 20, en la ruta del Alcázar Viejo | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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Tradición es una palabra cuyo significado parece no entenderse en demasía. En la era de la globalización y la modernidad mal entendida (como idea excluyente), el concepto se pierde. Con él la propia realidad de un pueblo, de una ciudad, que se adapta a los nuevos tiempos aun sin olvidar el legado que recibiera. Ocurre esto último allende las murallas, en el Alcázar Viejo, donde reside buena parte de la historia y la memoria de Córdoba gracias a su Festival de Patios. Sucede, sobre todo, gracias a quienes cuidan de los recintos floridos que por estas fechas visitan miles de personas con motivo del Mayo Festivo -guía-. Ejemplo es el número 20 de San Basilio, calle en que el ruido se transforma en silencio dentro de espacios que albergan el sentimiento de sus dueños o inquilinos. En este punto lo son Juan Jiménez y su pareja, Isabel Martínez, dos jóvenes que permiten pensar en un futuro real del certamen.

Las colas serpentean sobre el empedrado de la calle, casi al principio de la que está un inmueble de aspecto reciente pero longevo. En este caso no existen datos claros sobre el origen de la casa, que muy probablemente date como en el resto del barrio del siglo XV o XVI. El edificio está muy renovado, pero guarda la esencia del patio cordobés, que se encargaron de defender y postergar sus anteriores propietarios: la tía abuela y el tío de Juan Jiménez. Su pareja, Isabel Martínez, muestra orgullosa el trabajo en las plantas del hogar familiar, que además es taller artesanal. En este lugar se realiza filigrana cordobesa auténtica, sin moldes, otra tradición que parece escapar de entre los dedos de los años. Este espacio participa en el Festival, en la ruta del Alcázar Viejo y dentro de la modalidad de Arquitectura Moderna, desde 2003. Instante en que una nueva generación, la actual y más joven, relevó a sus predecesores. Ésta cree firmemente en el aspecto inmaterial de la fiesta. “Esto lo puedes exportar perfectamente, pero al cordobés y lo que se vive aquí, no”, afirma Martínez.

PREGUNTA. ¿Qué significa el patio para usted?

RESPUESTA. Para nosotros (por su pareja también), el patio es pasión. Llevamos presentándonos desde 2003. Hemos estado abriendo ininterrumpidamente aunque ha habido años en los que no hemos participado en el Concurso por los horarios. La verdad es que nosotros lo llevamos muy adentro. Creemos mucho en todo el tema inmaterial, de la familia…

P. ¿Por qué decide participar en el Festival?

R. El primer año que se participó, que fue 2003, fue cuando yo empecé con Juan (su pareja). Entonces, como que me lo encontré hecho. Ellos decidieron participar y no sé por qué, pero ya es algo… Era de la tía abuela, de su tío, que ya no están ninguno de los dos. Estábamos siempre aquí los dos, su tía abuela y su tío. Era como una costumbre, algo que no podía faltar. Por ejemplo, su tía abuela estaba ya muy mayor, vivía en la segunda planta y sólo bajaba para ver el patio. Para ponerse en la mesa con su plato, como debe ser, y ver a la gente pasar. Y eso que estaba sorda y no se enteraba de lo que le decían. Al final, quedó por eso, por su tío y por su tía.

P. ¿Qué opinión le merece el Festival de Patios hoy por hoy?

R. Yo llevaba un tiempo un poco desencantada por esto de que se cobre por entrar… Bueno, que ya no es del todo inmaterial. Había llegado un momento en que ya estaba un poco decepcionada, pero me da la sensación de que la gente está cambiando el modo de verlo. Tengo esa sensación y estoy contenta en ese aspecto. No sé si es precisamente porque los medios están haciendo mucho hincapié en la parte inmaterial y creo que la gente lo está empezando a entender más. Mira, ese brocal de pozo es mudéjar, está rajado de arriba abajo porque una turista se sentó en él. Cuando pasan esas cosas es porque la gente no sabe a lo que viene. La gente viene aquí, a un decorado, a por un souvenir, a hacerse fotos con las flores y lo demás no interesa. Para nosotros es muy duro que eso pase, ya no en sí por el brocal sino porque la gente no entiende lo que está pasando aquí, lo importante que esto es para nosotros. El limonero no creció ayer, la gardenia tiene seis años y sé perfectamente el día que la compré. Es todo, te duele. Sin embargo, últimamente tengo la sensación de que ya se tiene más cuidado. Tengo muy buen rollo en ese sentido.

P. ¿Qué considera necesario mejorar?

R. Es necesario mejorar a nivel de las instituciones, que dejen muy claro qué significa que estás pagando por un patio, qué significa que un patio es de entrada libre… Que las instituciones le den valor a lo que realmente tiene valor. Si desde las instituciones se educa mejor al visitante, al turista, creo que esto puede cambiar mucho. Y creo que desde los medios de comunicación se está empezando a hacer ese cambio.

P. ¿Qué futuro cree que aguarda al Festival de Patios?

R. Depende de eso que te decía. Nosotros, llegó un momento que decíamos: hace falta el Mickey Mouse de las plantas. Lo digo de verdad. Desde el momento en que un apartamento turístico es un patio cordobés, en ese momento, es un souvenir. Ya podemos hacer el Mickey Mouse de las plantas y… esto lo puedes exportar perfectamente. Esto te lo llevas a Tokio y a donde quieras, porque una pared pintada de blanco y llena de macetas, eso lo puedes hacer en cualquier sitio. Pero al cordobés no te lo puedes llevar. Lo puedes exportar, pero lo que aquí se vive, no. La chica (controladora) nos dice por ejemplo: “Es que han entrado a los otros patios, de media, 300 personas más que en éste”. Nosotros, a la gente que entra aquí, nos paramos a hablar con ellos y echan el rato que tengan que echar. Nosotros estamos muertos, pero tenemos esa idea de que la gente se vaya con un patio cordobés, no un patio en Córdoba. Mientras seamos capaces de mantener la esencia de lo que realmente esto nos hace diferentes, bien. Pero como no seamos de mantener esa esencia y lo queramos convertir en un negocio… Ese negocio te lo puedes llevar dónde quieras y además, por ejemplo, en Málaga o en Cantabria las plantas se cuidan infinitamente mejor, que tenemos tanto calor en verano. Si es cuestión de plantas, no tenemos las de ganar.

P. ¿Cuál es su recomendación para disfrutar de los patios?

R. Entender lo que están haciendo. Que entiendan dónde están.

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