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En Puerta Nueva, la senda del mañana

Procesión de Nuestro Padre Jesús de la Salud | TONI BLANCO

Rafael Ávalos

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Recién iniciado está el relato. Apenas tiene escritas la historia sus primeras páginas. Muchas otras han de completar la narración. Tantas como la que redactara el Jueves de Pasión, tal y como hiciera sólo un año y un puñado de días antes. Al igual que otros colectivos de la ciudad, como la pro hermandad de la Bondad que el pasado sábado viviera un especial estreno en las calles de La Fuensanta, la agrupación parroquial de la Salud tienta al futuro. Lo hace con ímpetu, con la energía del joven que lo es por sus sueños y no por la edad. Porque de muy distintas son quienes dan forma a los grupos que avanzan en el camino para ser nuevas cofradías. Ejemplo es la corporación que radica en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Puerta Nueva, que otra vez obsequiara con una noche brillante en vísperas de Semana Santa.

En Puerta Nueva está abierta, como en La Fuensanta o en La Merced -con la Quinta Angustia-, la senda del mañana. Es la que sigue de tiempo atrás y por la que continuó en esta ocasión la agrupación parroquial de la Salud. Ésta tiene establecida su hoja de ruta, en la que este 2019 aparecía como si fuera una primera vez. No era así, pues el colectivo ya recuperó el pasado año la jornada del Jueves de Pasión para los cofrades de Córdoba. Pero al tiempo sí lo fue, ya que completó su estación con Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Divina Misericordia y no con el Santísimo Cristo de la Vera Cruz como en 2018. De ahí que la cita resultara especial para la corporación, que en su desfile mostró el paso firme en su camino con un cortejo más que nutrido.

Con la batalla entre el sol y la luna, con la noche al acecho, eran muchos los que ante la parroquia de Nuestra Señora del Carmen aguardaban. A las nueve menos cuarto estaba fijado el comienzo de la procesión y a tal hora, segundos arriba o abajo, tuvo su inicio. Fue bastantes minutos después cuando Nuestro Padre Jesús de la Salud cruzó por vez primera el dintel de su templo. Bueno, por vez primera para salir, pues en junio ya lo traspasó en su traslado desde La Trinidad. La imagen que talló Manuel Luque Bonillo lució precisamente el atuendo que en aquella significativa cita. Tras él ponía su siempre grato sonido la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención. Con calma pero con viveza prosiguió su trayecto el Señor, que se adentró por la calle Alfonso XII.

Novedosa era también una circunstancia dentro del desfile procesional de la comitiva. Ésta fue la entrada a la Basílica Menor de San Pedro, a la que accedió Nuestro Padre Jesús de la Salud ya con la noche caída. En el interior del templo fernandino realizó su estación de penitencia la agrupación parroquial de Puerta Nueva, que en su tránsito por la ciudad estuvo acompañada por centenares de personas. Después, el trazado varió en relación al definido en 2018. En esta ocasión, el cortejo recorrió Gutiérrez de los Ríos para aparecer después en la plaza de San Andrés. Fue de esta forma cómo se aproximó a otros puntos de una Córdoba que ya vislumbraba la Semana Santa.

Por fortuna para la agrupación parroquial de la Salud, la incertidumbre meteorológica de anteriores días no existió este Jueves de Pasión. Una jornada que se prolongó de tal modo que alcanzó hasta la madrugada del Viernes de Dolores. Superada de largo la medianoche fue cuando el Señor concluyó su camino por las calles de la ciudad. En su trayecto combatió estrecheces mayores o menores como las de Escultor Juan de Mesa o Muñices, rincones que también permitieron lograr estampas para el recuerdo. En Puerta Nueva se abrió, en efecto, la senda del mañana.

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