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'La doble Transición' o la lucha pionera de las mujeres transexuales

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Carmen Reina

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Antonio quiso ser para todos Sara, porque ella era una mujer en un cuerpo que primero fue de hombre, pero nunca quiso renunciar a lo que era. Su historia pertenece a la de aquellas primeras mujeres transexuales de la etapa predemocrática y los primeros años ya en democracia que fueron estigmatizadas y perseguidas, pero que lucharon por su identidad abriendo la puerta social a las personas transexuales y el movimiento LGTBI.

Sara era de Córdoba, de la Judería, y murió a mediados de la década de los 90. Ella misma había contado cómo en su infancia le gustaban las muñecas y la ropa de su hermana, jugar a las casitas y ser la madre. Y cómo en su propia familia no aceptaban su identidad y era objeto de palizas por parte de su padre.

Incluso contaba en una entrevista televisiva cómo fue esa etapa de su vida y cómo más tarde, decidida a no esconderse como mujer, comenzó a dejar atrás para siempre a Antonio y a llamarse Sara, en alusión a la mítica Sara Montiel. Mostraba orgullosa su operación de pecho y contaba con naturalidad su convivencia con las hormonas. “Yo soy travesti”, decía. “Me dedico a blanquear casas y, por la noche, a hacer la carrera”, donde los mismos que la repudiaban socialmente de día buscaban luego sus favores de noche.

La historia de Sara es una de esas historias de mujeres transexuales en España que tuvieron que enfrentarse al cambio de identidad en unos años donde ser como eran estaba perseguido. Es también la historia de otras mujeres como Silvia, Manolita, Miriam, Mar, Soraya, María José, La Petróleo o La Salvaora, ocho mujeres transexuales que compartieron vivencias muy similares a las de Sara y que, aún hoy en plenitud de sus vidas, han contado sus experiencias en La Doble Transición, un libro para asomarse al doble cambio que vivieron en lo personal y en la sociedad, en los años predemocráticos, tras la muerte de Franco y hasta la consolidación de la democracia en España.

El periodista Raúl Solís es el autor de este libro, presentado este jueves en Córdoba y pensado como un conjunto de perfiles de estas ocho mujeres a las que ha entrevistado, para contar sus vidas y para ponerlas como ejemplos vivos de las mujeres transexuales en el verdadero lugar que han protagonizado, también como pioneras de lo que luego se convirtió en el movimiento LGTBI.

Palizas y cárcel

“Todas ellas fueron mujeres expulsadas de sus hogares, recibían palizas incluso de sus familias, sufrieron un apartheid laboral y su única salida fue el mundo del espectáculo o la prostitución”, relata el autor. “Muchas de ellas pisaron la cárcel y todas las comisarías”, pone como ejemplo de la persecución que tuvieron que soportar en años donde existía la Ley de Peligrosidad Social o la Ley de Escándalo Público.

La Doble Transición cuenta cómo estas mujeres encontraban también, pese a las dificultades del momento, las rendijas por las que colarse y aparecer ante la sociedad tal y como eran. Aire fresco que algunas de ellas respiraron como reinas del Carnaval clandestino y protagonizaron esta fiesta cuando estaba prohibida, con episodios donde el sentido del humor, la irreverencia y la alegría sirvieron como “armas de libertad” en sus propias vidas.

Vidas a las que en este libro se quiere rendir homenaje no solo como pioneras de la libertad de las personas transexuales, sino también como precursoras de lo que luego fue el movimiento LGTBI y donde, de alguna manera, “quedaron invisibilizadas por los hombres gays”, dice Solís. “Las mujeres transexuales fueron las que protagonizaron la primera manifestación del movimiento en 1977”, recuerda para colocar en su lugar de la historia a estas mujeres que, como Sara, afrontaron y enfrentaron su identidad pese a los tiempos que corrían. Y que corren.

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