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¿Es el himno de España una 'nuba' andalusí?

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Alfonso Alba

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Denle al play. ¿A qué les suena? No, no es una versión del himno de España. Se trata de una nuba del repertorio andalusí actual marroquí, la introducción (tawshiya) de al-Ishtihlal. ¿Casualidad? ¿O no? Esta semana ha circulado por las redes sociales un vídeo de La Plataforma en el que directamente se vincula a esta nuba andalusí con el himno de España. Sobre el papel, y atendiendo a las semejanzas estructurales como la melodía, el ritmo y el tono, parece que no hay duda y que estaríamos ante la misma pieza. Pero, ¿cómo es eso posible?

Hace más de una década, un blog cultural de la ciudad llamado La Calleja de las Flores ya abundaba sobre un asunto asombroso, que ya ha sido acreditado por varios musicólogos como Chapi Pineda. Pero, ¿cómo es posible? El himno de España está basado en una marcha compuesta en el año 1761 para el regimiento de Granaderos. Lo hizo el músico Manuel Espinosa de los Monteros, que formaba parte de la corte del rey ilustrado Carlos III. La nuba que tanto se le parece es mucho más antigua. Fue compuesta en el siglo XII por el filósofo y músico Ibn Bayya (Avempace), que fue condiscípulo de Averroes. El músico tetuaní Amin Chaachoo en su libro La música andalusí (Almuzara) señala que se conserva un libro, El placer de escuchar, del escritor argelino del siglo XIII al-Tifashi, en el que así lo indica.

¿Pero cómo llega al siglo XVIII una composición musical del XII? ¿Cómo Espinosa de los Monteros pudo escuchar esa nuba andalusí, que refleja que la huella de Al Andalus llega hasta el propio himno de España? Hay muchas claves, que se hunden directamente en la historia musical de Al Andalus y de cómo sus notas han ido pasando de generación en generación, superando incluso los grandes cambios sociales que vivió la Península Ibérica.

La música andalusí hispanoárabe o arábigoandaluza se concreta ya así en el siglo XII en esa estructura llamada nuba, que tiene la forma de suite. La nuba consiste en varios movimientos basados en un mismo modo sobre el que se suceden las variaciones, adelantándose así en varios siglos a las formaciones instrumentales europeas que sólo lo conseguirán a partir del siglo XVI. Con el tiempo se fueron sumando otras nubas que conformarían el corpus musical de Al Andalus.

Al-Tifashi proporciona una clave fundamental en la historia de la composición que habría dado lugar al himno de España. Según este escritor argelino, Ibn Bayya fundió en la nuba al-Istihlal “el canto de los cristianos y la música del Mashreq (Oriente Medio) y creó un estilo que sólo existe en Al Andalus”. Así se entiende que la música andalusí se base en una estructura musical occidental que ensambla estructuralmente con las músicas de corte cristianas del Renacimiento como puso en su momento de relieve Eduardo Paniagua alternando piezas de las dos tradiciones en sus discos. El milagro de la música andalusí es el milagro del propio Al Andalus, esa conjunción entre oriente y occidente que produjo una civilización que sigue asombrando a los estudiosos.

Las nubas eran música culta que se tocaba principalmente en las cortes de los reinos taifas pero algunos trozos se acabaron convirtiendo en música popular. Con la conquista de Sevilla, Córdoba y finalmente Granada el corpus principal se desbarata y se va trasladando, muy fragmentado, al norte de África donde dará lugar a las distintas modalidades de Libia, Túnez, Argelia y sobre todo a la de Marruecos, donde en el siglo XVIII sería reorganizado por el sheij Hayek y que aún hoy se conserva perfectamente. Pero los trozos fragmentados se quedaron en la Península como músicas populares de los moriscos y, por el propio roce de la convivencia, del pueblo cristiano viejo.

Las hipótesis, por tanto, llevan a concluir que esos temas populares inspirados en la música andalusí llegaron hasta prácticamente el siglo XIX. Algunas veces se trataba de músicas adaptadas al folklore castellano y otras en la memoria de muchos moriscos que sí que lograron sobrevivir a la expulsión y masacre, viviendo camuflados en la Península, tal y como ha demostrado en un estudio reciente el profesor Enrique Soria. Por eso, es bastante probable que Manuel Espinosa de los Monteros escuchara una versión de esa nuba original, y que le inspirase para crear lo que después sería el himno de España.

Espinosa de los Monteros buscaba un himno marcial para el Regimiento de Granaderos. Habría logrado sin problema alguno esa adaptación, ya que estas nubas son en el fondo músicas de corte occidental.

Esta teoría, bastante probable, es uno de los principales argumentos que llaman a la concordia y, sobre todo, que quieren abrazar la historia de España con la de Al Andalus. La propia Junta Islámica así lo plantea, recordando las raíces musulmanas y cristianas en las que se funde y hunde la propia historia de España, como demostraría que el propio himno del país proviene, en el fondo de una nuba andalusí.

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