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De las Cuevas: “Vengo con la misma ilusión que si jugara en Europa”

Miguel de las Cuevas posa en la Ciudad Deportiva | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Fue el último en sumarse a un proyecto marcado por las dificultades. Con él se cerró el mercado de fichajes para un Córdoba cuyo objetivo es evitar el sufrimiento de la pasada campaña. Para ello quiso contar, y lo consiguió después de no poco esfuerzo, a Miguel de las Cuevas (Alicante, 1986). Adquirió de golpe experiencia para un equipo joven y calidad en el centro del campo. Pero también sacrificio por parte de un jugador que asume desde el primer momento la responsabilidad de contribuir a la conjunción del conjunto blanquiverde.

A sus 32 años, De las Cuevas aterriza en El Arcángel con las mismas ganas de aquel joven que debutó en Champions de la mano del Atlético de Madrid. “Vengo con la misma ilusión que si jugara en Europa”, asegura. Fue después de superar una lesión que le tuvo al borde de la retirada. Un contratiempo que superó a base de constancia y que olvidó con una trayectoria que le llevó a jugar con el Sporting y el Osasuna en dos amplias etapas. Las adversidades del Córdoba no le asustan, no pueden hacerlo para quien incluso debió pasar por quirófano con motivo de una anomalía cardíaca -hace tres años, cuando jugaba en Italia-. Quizá se sienta identificado con el lema de su nuevo club. Sólo para valientes.

PREGUNTA. De jugar en Europa, hace ya unos años, a luchar por la supervivencia en Segunda. ¿Cómo asume el reto en Córdoba?

RESPUESTA. Con ganas, con ilusión. Siempre que empieza un nuevo año y te vas a otro equipo, otra ciudad, tienes otros objetivos, otros retos. Vengo con la misma ilusión que si jugara en Europa. Mi pasión es el fútbol, yo disfruto entrenando. Cuando te vas haciendo más mayor disfrutas aún más, cuando eres más joven aún no te das cuenta de esas cosas y estás un poco más en otro mundo. Pero es verdad que cuando te vas haciendo más mayor y coges más experiencia le vas dando mucho valor al día a día, a los entrenamientos, a estar en un vestuario con compañeros. La verdad es que tenía ganas. Vengo con muchas ganas de ayudar al Córdoba.

P. En su presentación afirmó que ésta era su primera opción cuando la conoció, aun a pesar de los problemas del club. ¿Qué le atrajo para tomar esa decisión?

R. Me atraía la historia del club, el campo, la ciudad, la afición… Yo estuve un año jugando en Italia y veías que había ambiente de fútbol pero había campos a los que no iba tanta gente o en los que cabían siete u ocho mil personas. Con la experiencia que había vivido, quería un campo como El Arcángel, lleno cuando las cosas van bien y cuando van mal. Eso es muy importante. Me gustaba este reto de intentar aportar para que el equipo no pase apuros, para que se salve, y me llamó Alfredo, que lo conocía de mi etapa en Gijón, y me dijo la posibilidad. Me dijo que iba a estar complicado por el tema de LaLiga, pero que intentara esperar. Tenía cosas para irme al extranjero, pero no me quería ir de España. Tengo dos niños y de Córdoba me han hablado fenomenal para que ellos se aclimaten bien. Era mi objetivo número uno, esperar hasta esta opción. Como era jugador libre, después del mercado también podía entrar en alguna operación, pero quería llegar a Córdoba cuanto antes. Y al final se hizo el último día...

P. ¿Y cómo ha sido esa espera? Porque supongo que en algún momento le generó incertidumbre.

R. Tenía un poco la ventaja, o el inconveniente, de que como era jugador libre podía firmar en cualquier momento, siempre que hubiera fichas libres. Había veces que Alfredo (García Amado) me comentaba que se podía hacer esa semana, luego me llamaba y me decía que aún no se podía, que LaLiga ponía problemas. Tenía que hacerme fuerte mentalmente y seguir entrenando por mi cuenta para estar físicamente bien, preparado y con opciones. Alfredo me dijo también que iba a hacer todo lo posible, me dio su palabra de que se podía hacer. Luego hablé con Sandoval, que también me dio un empujón importante para que estuviera aquí, y la verdad es que todo se dio bien.

P. El Córdoba ha tenido problemas con los fichajes, no ha podido inscribir a algunos de sus jugadores, ha vivido un cambio de entrenador ya en pretemporada… ¿Qué se ha encontrado cuando ha llegado? ¿Cómo afronta un panorama así un jugador?

R. Me he encontrado un vestuario en el que, la verdad, desde que he llegado no hemos hablado nada del pasado. Todos los problemas que ha habido no se comentan en el vestuario. Es verdad que semanas antes había jugadores a los que no dejaban inscribir y estaban trabajando aquí y eso… Entrenar con un compañero que no puede jugar sí que merma un poco al vestuario, por la incertidumbre. Pero ahora no hemos hablado nada más. Vamos a pensar sólo en el Alcorcón, en ganar, y ya estamos en igualdad de condiciones con los demás. Con una pretemporada un poco atípica, eso es cierto, pero a la larga, si ganas, eso creo que nos va a dar más fuerza, más unión con la afición, que está con nosotros. Si estamos nosotros y damos la cara, esto va a ser un simple bache que hay que pasar y que nos hará más fuertes.

P. En lo deportivo, llega con el equipo con un solo punto, diez goles en contra y como colista. Más presión todavía…

R. Presión no, porque si una cosa tengo es experiencia. La Segunda es muy larga. Sí es verdad que hay que ganar ya, sobre todo por el nivel de confianza del equipo, pero es súper largo esto. Ganas el domingo e igual te metes en mitad de tabla. Creo que es un dato, pero hay muchos equipos que están como nosotros, algunos importantes como el Osasuna. Equipos que han tenido mucho presupuesto están también con un punto. Nosotros lo que tenemos que hacer es no mirar puntos e ir partido a partido. Ganar, ganar, ganar. La mentalidad del Córdoba es que, cuando salga al campo, hay que ganar.

P. Hablaba de experiencia y lo cierto es que tiene una trayectoria que necesita poca descripción, lo que puede convertirle en el fichaje de más relumbrón. ¿Lo percibe así? ¿Genera más responsabilidad?

R. Es una cosa que no me paro a pensar. No me preocupa. Da igual que tenga 17 años que 32, lo que importa es que tú estés bien en el terreno de juego y que la gente vea que te esfuerzas, que te pueden salir las cosas mejor o peor pero que lo das todo. Yo voy a prometer eso y luego internamente voy a ayudar mucho al vestuario, que es joven. Entre los veteranos tenemos que ayudar también para que el chaval que no ha vivido estas experiencias no se vaya del grupo, que tire hasta el final. Eso también es un trabajo que hay que hacer dentro. Pero no tengo ningún problema. He estado en muchos equipos con mucha presión, en Gijón, el Osasuna, el Atlético de Madrid… Al final el futbolista está acostumbrado a eso.

P. A colación de sus palabras: muchas veces se considera que un futbolista cuando supera los 30 años está de vuelta, como suele decirse. ¿Quizá es un poco injusto el tópico, no?

R. Muy injusto. Lo que cuenta es el terreno de juego. Hoy (por el miércoles) el míster nos decía que él siempre va a poner al jugador que mejor esté, da igual que tenga 17, 32 o 50 años. El físico te lo dan los partidos también, y la confianza. Hay jugadores que a lo mejor no están bien físicamente pero están mejor de cabeza. En Italia es al contrario, respetaban más a un jugador de 32, 33, 34 años que a un chaval joven. Hoy en día te cuidas mucho más la alimentación, te entrenas más, te preparas mejor que hace 20 o 30 años, que sí es verdad que físicamente se estaba peor que ahora.

P. Hablamos de problemas y usted sabe bien de ello. Hasta una operación cardíaca ha vivido. ¿Puede ser el peor trance que ha atravesado?

R. No. No ha sido el peor, porque gracias a esa operación me detectaron un problema de corazón y me lo han solucionado. Le tengo que dar las gracias al fútbol porque me hicieron esos reconocimientos y ya lo tengo solucionado. Mi madre siempre me lo dice: gracias al fútbol te han visto ese problema que a lo mejor a un trabajador normal o a cualquier otra persona no se lo hubieran visto. Te asustas, pero es una cosa súper sencilla y al final, cuando te ves en esa situación… Todos los médicos me dijeron que no iba a tener problemas por el fútbol, pero internamente lo piensas, que si te podía afectar o si en algún momento tenías que dejar el fútbol. Eso te da muchas más ganas de entrenar en el día a día, de jugar. Cuando tienes esos problemas te das cuenta de lo que es el fútbol. Creo que me ha venido bien.

P. Además tuvo una lesión muy grave al fichar por el Atlético de Madrid, pero después pudo continuar con su carrera. Por compararlo con la situación del Córdoba, está claro que de todo se sale…

R. Está claro. Igual ese golpe fue más duro que el del corazón, porque estaba empezando, en el Atlético de Madrid, en Primera, con una plantilla con Fernando Torres, Kun Agüero, gente de primerísimo nivel… Hice una buena pretemporada, iba a jugar el primer partido, que tenía de entrenador a Javier Aguirre y me dijo que iba a jugar, y una semana antes, con una entrada, me rompí la pierna. Me operaron tres veces. Tenía 18 años, me acababa de comprar una casa y no sabía si podía pagarla, porque muchos médicos me dijeron que tenía que dejar el fútbol, otros que me iba a costar volver. Ése sí fue mi peor momento. Pero, como dices, con ganas, con trabajo, con sacrificio, siempre con la mente positiva, te sale todo. Al final no me puedo quejar de mi carrera y estoy súper contento.

P. Hablemos de algo más positivo. Un gol suyo le dio al Sporting el tercer triunfo de su historia en el Bernabéu. ¿Puede ser su recuerdo más grato?

R. Yo creo que sí. Tengo dos momentos. Mi debut en Champions League, para mí eso fue… Escuchar el himno de la Champions fue un momento especial. Y luego ese gol. No sólo por el gol, sino por ganar allí, 0-1. Prácticamente hicimos la permanencia con el Sporting en ese partido. También porque estaba Manolo Preciado de entrenador, que desgraciadamente ya no está con nosotros y sabíamos que le hacía mucha ilusión ganarle al Madrid. Y fue… Lo recuerdo con mucha nostalgia y para mí fue un momento súper especial.

P. Hablaba de Manolo Preciado. Ha conocido a muchos entrenadores, entre ellos Sandoval. ¿Qué tiene para confiar en él en momentos críticos?

R. Al míster lo conocemos de sobra en el fútbol. Creo que es una persona que va de frente, que dice las cosas como las piensa, que no se anda con rodeos y que tiene una clara idea de juego. Creo que sabe sacar el máximo al jugador, siempre lo tiene concentrado, metido en el partido, y eso hace mucho para la confianza del grupo. Creo que es uno de sus puntos fuertes, que siempre mete mucha intensidad. Siempre está con el equipo y es un tío que siempre va de frente.

P. Sobre su fichaje, ¿qué espera de su etapa en el Córdoba? ¿Mira sólo el presente o piensa que es posible echar raíces?

R. He firmado un año… Mi objetivo es estar aquí el máximo tiempo posible, porque a mí me gusta, en los sitios en los que he estado, estar tiempo. Eso significa que haces las cosas bien y es mi objetivo. Es verdad que miro el presente, ganar al Alcorcón, es en lo único en lo que pienso ahora mismo. Y en hacer una buena temporada para que el equipo no sufra, lograr los 50 puntos cuanto antes y a partir de ahí ya pensar en el año que viene.

P. ¿Qué le va a ofrecer Miguel de las Cuevas al Córdoba? ¿Cuál es su carta de presentación?

R. Tampoco me gusta mucho hablar en primera persona. Es lo bonito del fútbol, que cada cual tenga una opinión de uno. Pero como digo, sobre todo ganas, ilusión. Vengo a ayudar a la gente joven, a aportar experiencia. Mi forma de jugar es bastante conocida: dar pausa al equipo, venir a coger el balón, intentar filtrar los pases a la gente de arriba, que el balón le llegue en mejores condiciones, intentar hacer mejor al compañero. Es lo que siempre he intentado hacer y lo que más me gusta.

P. En cuanto al objetivo, tiene experiencia, como la hay en Córdoba, en permanencias complejas. ¿Cuál es la mejor fórmula para lograrlo?

R. Para mí, lo mejor es competir cada partido. Competir, salir cada partido sabiendo que puedes ganar. En Segunda hay tanta igualdad que el primero puede ganar contra el último y al revés. Y tener esa idea de que podemos ganar siempre. Creo que eso es fundamental. Hacernos súper fuertes en casa también, con la ayuda de nuestra gente, que siempre es un plus. La principal fórmula es competir, que no nos vayamos en ningún momento del partido e intentar sacar los máximos puntos.

P. ¿Puede ser éste, por las circunstancias, el reto más complicado de su trayectoria?

R. No. Es que yo no lo veo como un reto complicado. He venido aquí sin mirar el pasado, sólo el presente. No pienso en lo que ha pasado hace dos o tres meses, o lo del año pasado. Sólo mirar hacia adelante. Estamos a un punto y queda un montón de jornadas y tenemos plantilla suficiente para estar en la mejor posición.

P. Todavía no la conoce en primera persona, por decirlo de algún modo, pero ¿qué le transmitiría a la que ya es tu nueva afición?

R. He hablado con los compañeros y me han dicho que con nosotros están a muerte, que a pesar de las dificultades siempre dan la cara. Hay un montón de socios, que eso lo dice todo. Que nos sigan animando, que este equipo va a dar la cara, va a dejarse el alma cada partido para intentar que la afición esté orgullosa de sus jugadores. Que no tengan en cuenta estos partidos en los que el equipo no ha estado a su mejor nivel. A partir de ahora intentaremos revertir la situación.

P. Supongo que conocerá el himno a capela. Viene de otros estadios vibrantes como el Calderón, El Molinón o El Sadar. ¿Qué le sugiere ese momento en El Arcángel?

R. Es especial. He jugado varias veces aquí de visitante y cuando saltas al campo y la afición se pone a cantar el himno, el rival dice: ostras, esto es diferente. Y eso al jugador de aquí en casa, yo lo viviré, si Dios quiere, el domingo, tendrá que darle una motivación y unas ganas extra. Es espectacular.

P. Habla del domingo. Supongo que deseará saltar ya al verde…

R. Sí, cuando el míster lo crea oportuno, yo estoy listo. Cuando vea que lo necesite, voy a dar la cara por él.

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