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Y al noveno año, cayó

El cordobés Rafael Muñoz, tras batir el récord mundial en Málaga en 2009.

Paco Merino

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Era cuestión de tiempo. De reloj. El único récord mundial de un nadador español en piscina de 50 metros estaba en poder -desde abril de 2009- de un cordobés, Rafa Muñoz, que se retiró de la competición en 2016 dejando un legado formidable. El Centro Acuático de Málaga fue el escenario de una hazaña: Muñoz estableció un crono de 22.43 en los 50 mariposa. Superaba los 22.96 del sudafricano Roland Schoeman. Era el Open de Primavera, dentro de los Campeonatos de España. El joven cordobés, una perla surgida del club Navial, tocaba el cielo. Desde entonces, nadie pudo rebasar esa línea. Hasta el domingo pasado. El ucraniano Andrii Govorov logró en el Meeting de Roma una nueva plusmarca, 22.27, y se coloca en la cima de un ranking que durante casi una década ha tenido acento cordobés.

“Mantener este récord nueve años son muchos para un récord, y más si contamos las veces que se ha intentado batir… Tenía que ocurrir un día y finalmente ha ocurrido ahora”, ha declarado Rafa Muñoz, quien después de cerrar su etapa como competidor colaboró con la Federación Española de Natación realizando clinics y compartiendo sus experiencias, tanto humanas como deportivas, con las jóvenes generaciones de este deporte. Actualmente reside en Barcelona y trabaja en una multinacional de material deportivo.

El cordobés dibujó una carrera peculiar, con picos y bajadas, glorias y contradicciones. “Soy un ser humano, no una máquina”, llegó a decir en su época de mayor esplendor en resultados. Entre sus logros destacan dos oros europeos (Budapest 2010 y Debrecen 2012), otro en piscina corta (Chartres 2012), dos bronces en el Campeonato del Mundo de Roma o la participación en los Juegos Olímpicos de Pekín. Además, también coexisten numerosas batallas compartiendo piscina y podio con nadadores de la talla del estadounidense Michael Phelps o del serbio Minorad Čavić.

“Quién se lo diría a aquel niño que no quería nadar porque se le enganchaban los pelos en aquel gorro de goma. Quién se lo diría a aquel niño que la liaba en los vestuarios y se saltaba metros, se cruzaba y no hacía caso. Quién diría que aquel niño que no quiso nadar por primera vez en la Fuensanta en una piscina de 50 metros, hoy iba a estar aquí. Pues ese niño soy yo. Un chaval normal y corriente, que salió de este club, que poco a poco fue creciendo en la natación y que llegó incluso a tocar el cielo”, dijo emocionado Muñoz en un homenaje que su club, el Navial, le tributó en 2017, meses después de que anunciara su adiós a las piscinas. Ahí dejó su marca para siempre.

Rafa Muñoz forma parte del selecto grupo de cuatro nadadores españoles que han sido plusmarquistas mundiales en piscina larga. Junto al cordobés figuran Martín López Zubero -dos veces el de 200 espalda-, Nina Zhivanevskaya -el de 50 espalda- y Aschwin Wildeboer -100 espalda-. En la actualidad, los únicos récords del mundo que España tiene vigentes son en piscina corta y todos ellos llevan la firma de Mireia Belmonte: 400, 800 y 1500 libre, 200 mariposa y 400 estilos.

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