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Guerra y Ciclo: “Hoy en día la multinacional que manda es Youtube”

El rapero Guerra y el productor Ciclo, antes de su concierto | TONI BLANCO

Juan Velasco

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Una década ha pasado desde que vio la luz 180º, el disco con el que Guerra, punta de lanza del rap cordobés, hacía su debut editorial en el sello de Frank T. 10 largos años en los que el país ha cambiado, la industria musical se ha resquebrajado, y el rap ha dado paso a nuevos subgéneros y artistas que han logrado lo que los grandes raperos de los noventa y los primeros dos mil ansiaban: La comercialidad y la independencia.

Aunque, todo esto, para Guerra y para el productor Ciclo, es sólo un marco temporal y geográfico. Una mancha de tinta en el cuaderno del primero y un bombo descompasado en el estudio del segundo. Como luego remarcará Ciclo, él y Guerra son parte de esa generación del rap español que creció a la sombra de los grandes nombres que les precedieron y que, por motivos coyunturales, no conectaron con los nuevos públicos, más interesados en corrientes y temáticas que ha capitalizado en España el trap.

Pero ahora, 10 años más viejos y más sabios, Guerra y Ciclo han sacado uno de los mejores discos de la escena rap andaluza, Loto y Papiro (Ruanda Records, 2017), y todo un toque de atención para los nuevos y para los viejos raperos: Ni estaban muertos, ni estaban de parranda. Estaban metidos en el estudio confeccionando un discurso que, en lo musical, bebe del Jazz y la música negra, y en la parte lírica, traza una realidad distinta, madura y realista, alejada de los lugares comunes de unos y otros.

El pasado viernes, además, presentaron todo esto en Córdoba, la ciudad que los vio nacer, y que necesita de artistas independientes como ellos si quiere tener voz propia.

PREGUNTA. Bueno, buenísima manera de arrancar una gira, el hacerlo en la ciudad que es vuestra, ¿no?

Guerra. Buenas sensaciones, sobre todo por empezar aquí después de 4 o 5 años sin aparecer, y también por hacerlo tan bien acompañado por Dheformer. Es un buen sitio para ver cómo andamos de forma.

Ciclo. También hace poco estuvimos tocando el Marula, en Madrid, el 26 de marzo, con una banda de jazz, que adaptaron los temas instrumentales y Guerrita estuvo rapeando con ellos.

P. ¿Y cómo fue eso?

C. Pues fue increíble

G. Y fue improvisado al momento. Le habíamos pasado los temas un día antes, y, la verdad, desde el primer segundo sonaron increíbles.

P. ¿Se conocían el disco?

C. Se lo pasó Arturo unos días antes, pero como eran músicos de jazz, para ellos no fue nada difícil adaptar las instrumentales.

P. Las instrumentales del disco tienen un poso bastante jazzero, así que tiene todo el sentido.

C. Por eso te digo. Y, de hecho, el teclista nos dijo que le molaba mucho el rollo y nos dijo que quería adaptar en un futuro algún proyecto con Dheformer -a quien también le produce el disco- y con Guerra allí en Madrid con banda. Se quedó abierto un proyecto guay.

P. ¿Lo de rap con banda se lleva mucho?

C. Yo creo que si no se hace más es por una cuestión de presupuesto.

G. No es lo mismo pagar a un Dj que a 5 o 6 músicos.

C. Yo creo que, sino hubiera ese problema, habría muchos grupos con banda.

G. Hace unos años había un poquito de tendencia, de peña tirando con banda.

P. Hombre, yo uno de los conciertos más potentes que he visto en mi vida es a The Roots con banda. Me quitó todas las tonterías sobre el Hip Hop que pudiera albergar.

G. Hombre, ver a Questlove ahí marcado…

P. Para un productor, ver la música trasladada con banda debe ser un putazo.

C. Yo flipé. Lo que ocurre es que tenía que estar en el escenario marcando los Beats al principio y luego ellos se quedaban tocando. Y me dio una bajona que te cagas porque tampoco estaba aportando mucho en el escenario y yo quería verlo desde fuera.

G. Claro, estaba detrás, y desde primera hora le metían, y Ciclo se quedaba ahí...

P. El público rapero, no se si muchas veces le ocurre lo que me ocurría a mí, de tener asumido al rap a un tipo de concierto concreto, mientras que este tipo de propuestas con banda creo que llegarían a más gente.

G. Yo creo que, para abrir a un público más adulto, sí es mucho más atractivo que haya músicos en el escenario. Especialmente para gente que está fuera del rap y tiene preconcebidos unos clichés que ya de por sí le pueden perder un poco. Pero vamos, cuando viene uno gordo de EE. UU. ya son gente que suele venir con banda. Kendrick Lamar, por ejemplo. En España, Kase O hizo la gira con banda para Jazz Magnetism, pero mira ahora, está haciendo el estándar de concierto de corista, Dj y él.

P. El disco habla desde la regeneración. ¿Por qué?

G. Tiene toques porque verdaderamente no es que hubiera dejado el rap ni mucho menos, seguía escribiendo, pero a nivel personal, cuando cada vez escuchas música nueva y valoras ciertos detalles que hace la gente que te atrae y ves que no llegas a un mínimo que sea digno de publicarse, pues estaba un poco atascado. Entonces hubo unos años en los que no me veía muy fresco. Y cuando empecé a juntarme con Ciclo en el estudio, que los dos coincidimos en Málaga, pues me fui llevando ritmos y, cuando tenía dos o tres temas, pensamos en hacer un proyecto más serio y más largo. Ese renacimiento es más porque, gracias a su música, he vuelto a la partida. Él siempre ha estado. Él no ha parado. Yo sí.

P. En tu caso, Ciclo, ¿también hay regeneración? Es un disco con un sonido muy particular, muy Lo Fi.

C. Sí, tira por ahí. Pero no de lleno. Simplemente intento adaptar cosillas que veo de por ahí, y me lo llevo a mi terrero. Yo sampleo bastante. Gran parte es sampleo.

P. ¿Eres de los que está todo el día en el estudio?

C. Tengo un curro que me permite tiempo para mí. Soy técnico de sonido, Freelance. Y tengo mis temporadas que trabajo mucho y temporadas que no trabajo nada. Y eso me viene hasta bien, porque los meses que trabajo me desintoxico de la música.

P. ¿La dedicación en el mundo del Rap en España es una quimera?

G. Yo nunca me la he planteado sinceramente. Hoy en día, más que hace 10 o 15 años, hay grupos que pueden vivir, y el rap y el trap está llegando a ese lugar al que los raperos de los 90 siempre querían llegar. Está claro que, en los últimos 7 u 8 años, el rap ha pegado un ascenso y hay gente que está viviendo muy bien. Unos poquitos. A mí a nivel personal es algo que no me planteo.

C. Yo intento compaginar curro normal con música, que a veces da picos. Pero prefiero mantener las dos cosas porque sino creo que es muy insano. Dedicarte nada más que a la música 100 por 100… Después entra la otra pregunta, que es ¿hasta cuándo? Porque la música es muy efímera,y te pegas años buenos pero a lo mejor artistas que hoy están arriba, dentro de 7 años están arruinados y no llenan salas ni van a verlos. En el rap ocurre mucho el tema generacional, más que en otras músicas.

G. Ha habido un cambio generacional en los últimos años que se ha notado muchísimo.

P. Os lo voy a preguntar luego, pero antes de eso, por cerrar esta parte, ¿os veis escribiendo y haciendo ritmos toda vuestra vida?

G. Yo lo veo. Lo que no se es si lo compartiré y con quién lo compartiré. Tengo todavía ese chip en la cabeza de que cuando me viene algo apuntarlo. El día que se me vaya será porque tengo muchas otras cosas. Pero ahora mismo me veo apuntando mis cositas y hay muchas cosas que en estos años no he publicado pero ahí quedan, ahí están.

C. Yo sí me veo en activo.

P. Vosotros surgís en una época de transición, 2008, 2009, 2010, en la que el Rap llega a las listas de ventas, y ahora estamos en una época completamente distinta, en la que ha surgido una nueva moda que es la del Trap, y que ha llegado donde no llego el rap. ¿Qué os parece a vosotros, que sois un enganche entre una generación y otra?

C. Yo tengo mi teoría. Hemos crecido bajo la sombra de la generación anterior, la clásica, de Tote, SFDK… Y tampoco nos ha llegado ese momento de llegar a las nuevas generaciones. Nos hemos quedado entre medias de una generación y otra. Aunque a mí todo lo que está pasando me parece bien. Al fin y al cabo, yo siempre digo que ahora en España hay más nivel que antes, y eso es bueno.

G. Yo considero que la gente que venía de los 90 o los 2000, teníamos una serie de prejuicios y clichés sobre lo que era puro, real y auténtico y lo que no lo era, que esta generación de chavales nueva no ha tenido, porque se ha criado escuchando también otro tipo de música. Que el trap lleva muchos años en Atlanta y en EE. UU., pero han tenido una mente más abierta. Nosotros estábamos un poco más comedidos con el tema de estribillos, ciertas entonaciones, ciertas producciones que podían salirse de los patrones clásicos, y estos chavales han mamado otra música y los veo con la mente más abierta. Dentro de eso, hay gente que hace buena música y transmite y otros que no me transmiten nada.

P. En cuanto a las letras, sí que parece que han perdido el componente social y combativo, y parece que las que más llaman la atención van por otros derroteros.

G. Hombre, dentro del rap puede ser. El trap social no es algo que abunde.

C. Yo es que escucho esa música, y no es algo que te incite a hablar de política.

G. De rebelión contra las masas… Sí que es verdad que con el tema y los sucesos que está habiendo con los raperos encarcelados, lo mismo esto hace que la gente gire un poco el cuello y piense que estamos dando pasos atrás y perdiendo libertades. Esta semana ha salido el tema de la cárcel de Barcelona y ha pegado un pelotazo en cuanto a visualización mediática.

C. Y de todos modos, eso lo dicta la juventud. Yo tengo un primo chico que es que lo que escucha es eso en el instituto. Son los referentes de los chavales ahora. Ese sonido, el latineo.

G. Sí, yo he trabajado en aldeas con 400 habitantes, con chavales con 12 o 13 años que te hablaban del Bejo.

C. Y hay chavales rapeando con acento latino. Están totalmente metidos en eso.

G. Ya ves. Y yo, cuando estaba en el instituto, de mi clase era el único que escuchaba rap.

P. Tú en el disco lo dices: Hasta los nenes de mi pueblo quieren ser Pablo Escobar.

G. Mira, eso va por ahí. Precisamente, los chavales de esta aldea que te comento, chavales de 12 años super inocentes decirme plata o plomo, y pensar mira hasta donde ha llegado ya todo este rollo. Y el trap hace eso mismo.

P. Ellos hablan muy libremente de consumo de drogas duras, dinero… Quizá ésa es su manera de rebelión.

G. Sí, bueno. Quizá en nuestra época teníamos otros clichés, cuando éramos supuestamente los reales que íbamos en plan pandillas, y nosotros para ser auténticos teníamos que cumplir con otros esquemas. Ahora los chavales de otra generación tiene los clichés de ser millonario, llegar a ser alguien, la droguita y las tías… Más allá está el que te transmite eso con cierto encanto y habilidad y el que te lo dice de forma pretenciosa.

P. Y mientras tanto, raperos a prisión.

G. Pues a estos extremos hemos llegado. Sacan la vara para intimidar al personal. Si se ponen a medir con la misma vara, está claro que acabaría medio panorama en la cárcel. Todos al talego. Es una manera de intimidar y decir “no os columpiéis”. Aunque yo creo que puede provocar, a nivel social y musical, más unión, que los beneficios que quieran encontrar en ese toque de atención. Pero bueno, ya se verá.

P. ¿Qué papel juegan hoy las redes sociales en el rap?

C. Pues como en cualquier negocio, si un artista no tiene redes sociales y no genera información en las redes durante cierto tiempo, estás muerto.

G. Hoy en día la multinacional que manda es Youtube. Si tienes en youtube no se cuantas visitas o no se cuantos comentarios te van a llamar. Si tienes en las redes no se cuantos seguidores, eso va a repercutir. También es verdad que hay ciertas personas que hacen un tipo de single que generan mucho impacto en redes y luego a la sala no va nadie. Pero, a nivel general, youtube y las redes mandan.

P. Desde que tú sacaste el primer disco hasta ahora, muchas de las discográficas o las divisiones de rap español en las discográficas han ido cayendo.

C. Es que la situación se ha revertido. Ahora son las compañías las que van detrás de los chavales, y los chavales pasan.

P. ¿Y eso da cierta independencia artística?

C. Yo lo veo de puta madre. Eso también hace a todo el mundo más igual. No dependes de una discográfica para llegar a más gente. Tiene sus puntos en contra. Esto genera que mucha gente, para tener más repercusión en sus canales compre escuchas.

G. Y quien hace la ley hace la trampa.

C. Hoy en día, yo pienso que las cosas que están predestinadas a tener repercusión, la tienen. Y cuando un tío tiene repercusión no hace falta que empapele la ciudad para que vayan a verlo. El Bejo vino a Córdoba a tocar, lo anunció en su Facebook tres días antes y llenó la Golden. Yo creo que al final el que tiene que petarlo lo peta, sin necesidad de un exceso de promo. Que eso ayuda, por supuesto.

P. Desde luego las estrategias van cambiando, casi por meses. Eso era impensable hace unos años.

G. Sí. Hay gente que se sabe manejar en las redes y que sabe controlar cuándo y cómo estar en el tintero.

P. Bueno, pues hasta aquí. El único deseo es que no tengan que pasar otros diez años entre disco y disco.

G. Pues intentaremos que no sea así.

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