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Por ahí se sale

Los jugadores cordobesistas festejan el gol de Alfaro | LOF

Paco Merino

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Objetivo conseguido. O eso dicen. Los jugadores hicieron piña sobre el césped de Vallecas festejando una liberación. El Córdoba seguirá siendo de Segunda División después de resolver un partido extraño, en el que arrancó sesteando y terminó dominando. Necesitó que le dieran una bofetada para entender dónde estaba y qué es lo que tenía que hacer. Encajó un gol y logró reaccionar y remontar. Ganó su único partido lejos de El Arcángel en toda la segunda vuelta y eso le sirvió para apañar muchas cuentas. Deja atrás la amenaza del descenso y amasa argumentos para dar a entender que todo pudo y debió ser mejor. Ahora empieza la hora de los charlatanes.

A Carrión le pareció que estaba bien repetir el once y lo hizo. No le fue mal en las jornadas anteriores y tampoco era cuestión de experimentar nada más. Míchel entendió que tenía que ser consecuente con lo que dijo en las vísperas -“tenemos que hacer nuestro mejor partido”- y puso a lo mejor que tenía. El Rayo no se jugaba nada. O sí. A veces no se sabe si resulta más estimulante la presión de la clasificación o la del orgullo cuando uno ya no tiene nada que hacer porque -digámoslo con todas sus letras- ha fracasado en su objetivo. Vallecas impone aunque no esté lleno. Y el Rayo, que con Míchel al frente ha ido hacia arriba -no lo suficiente-, quería terminar dejando una buena foto para el final. Había más tensión ambiental de la que se podía esperar en un partido en el que los dos equipos, cansados y frustrados, pugnaban por terminar con cierto decoro un curso que no fue como soñaban.

Kieszek empezó pronto el recital. Al minuto y medio se lanzó para despejar un remate picado y venenoso de Manucho. El polaco está siendo el mejor de la temporada. Del Córdoba de Florin Andone al Córdoba de Pawel Kieszek. Esa mutación explica muchas cosas en este aciago campeonato. El portero es un fenómeno, pero no un santo. No pudo evitar que Raúl Baena le batiera en el minuto 4 con un disparo raso. El malagueño fue el primero en aprovechar una salida floja del Córdoba, que comparecíó en Vallecas con un aire indolente. Impropio de lo que se jugaba. Un trallazo lejano de Embarba asistió de nuevo a Pawel a los seis minutos. Los rayistas pasaban por encima de un Córdoba que, simplemente, estaba allí.

Sin capacidad para combinar, desbordados por la presión de los locales, los blanquiverdes aguantaban como podían sin que se les notara nervio ni inspiración. Extraña manera de demostrar al adversario “lo que nos jugamos”, según instaba Carrión a los suyos en los días anteriores al  choque. Pero todo varió en una acción aislada, en la primera llegada. Fue letal. Federico Piovaccari maniobró en el área tras porfiar por un balón que se perdía y lanzó un centro al que llegó Javi Galán adelantándose a su marcador. El finalizador asiste al facilitador. Al revés de lo habitual, pero daba lo mismo. El extremo pacense agrandó su figura con un gol que rescató al Córdoba del marasmo inicial. Los de Carrión se metieron más en el partido, se sintieron más fuertes, pero el Rayo seguía llegando fácil. Lass tuvo una clara, pero más lo fue la que tuvo Javi Galán, que remató al larguero una asistencia dentro del área de Piovaccari. El Córdoba empezaba a apretar a un Rayo que se las prometía felices después del gol y que después entró en un estado de nerviosismo general.

Tras un tibio intercambio de golpes, el Córdoba se fue al vestuario siendo equipo de Segunda División. Los resultados en otros estadios eran alentadores pero, principalmente, los de Carrión tenían agarrado el puntito necesario para poder decir que la salvación corrió de su cuenta y no fue por favores ajenos.

Después de un arreón rayista en el arranque, el Córdoba golpeó duro. Una internada de Antoñito por su banda finalizó con un servicio que Alfaro remató de modo certero. Antes de que los defensas se le echaran encima, armó un disparo con el exterior con la derecha y sorprendió a Gazzaniga. El de La Palma del Condado está despachando un final de campeonato pleno de inspiración goleadora. Tres minutos después pudo matar el Córdoba el partido, pero Rodri Ríos remató fuera cuando estaba a dos metros de la portería tras recibir, completamente solo, un centro de Javi Galán.

Míchel buscó un revulsivo con la retirada de Trashorras y la entrada de Javi Guerra, pero el Córdoba por entonces estaba ya bien atornillado, jugando con el aplomo y el alivio que representaba el tener la salvación hecha. En el último cuarto de hora, Luso y Juli salieron para ayudar a certificar esa victoria que dio un último baño de lustre a una temporada decepcionante. Para poner el colofón no faltó el paradón de Kieszek para salvar el resultado. El primer y único triunfo fuera de El Arcángel en toda la segunda vuelta le sirvió al Córdoba para salvar la categoría matemáticamente, romper una estadística nefasta y alcanzar la mejor posición desde hace meses. Un maquillaje final para esconder lo feo.

FICHA TÉCNICA

RAYO VALLECANO, 1: Gazzaniga, Galán, Amaya, Dorado, Álex Moreno, Trashorras (Javi Guerra, 70'), Baena, Beltrán (Jordi Gómez, 58'), Embarba, Lass (Cristaldo, 58') y Manucho.

CÓRDOBA, 2: Pawel Kieszek, Antoñito, Caro, Deivid, Bíttolo, Edu Ramos, Alfaro (Juli, 85'), Javi Lara (Luso, 75') , Sergio Aguza, Javi Galán y Piovaccari (Rodri, 58') .

ÁRBITRO: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a Amaya y Baena por los locales y a Piovaccari y Antoñito por el Córdoba.

GOLES: 1-0 (4') Raul Baena. 1-1 (10') Javi Galán. 1-2 (56') Alfaro.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 41 del campeonato nacional de Liga 1|2|3, disputado en el Estadio de Vallecas ante 8.280 espectadores.

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