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Un ataque de ansiedad del secretario de Juventudes del PSOE evita su declaración como investigado

Ángeles Muñoz, con su hijo, Cristian Menacho a las puertas de los juzgados | MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Cristian Menacho, secretario de las Juventudes Socialistas en Córdoba, estaba citado este martes para declarar como investigado -la antigua figura del imputado- por su vinculación en el caso de mordidas en contratos a desempleados en un programa de inclusión laboral de la Junta. Pero un ataque de ansiedad ha impedido que se sentase delante de la magistrada del Juzgado de Instrucción 8 que está practicando las diligencias previas. El lunes sí que lo hicieron dos de los usuarios de la asociación Jóvenes para el Futuro, que Menacho dirigía y que formaba parte de la fundación Guadalquivir Futuro, que está siendo investigada en el mismo caso.

Menacho no dio excesivas muestras de nerviosismo a la entrada de los juzgados, cuando evitó hablar con la prensa. Una vez en los pasillos, y a los pies de la escalera que lleva a las salas de lo Penal, el joven se derrumbó. Sentado en los escalones no dejó de llorar hasta que su madre, Ángeles Muñoz, que llevaba las riendas de Guadalquivir Futuro, le sacó de allí cogiéndole de un brazo. Fuentes judiciales señalan que, además de la declaración por el caso de las mordidas, a Menacho le esperaba la vista por otro caso penal.

En los pasillos, Muñoz se ha percatado de la presencia de periodistas y se ha dedicado, durante unos instantes, a sacarles fotos con un móvil. El registro de imágenes en los juzgados está prohibido si no se tiene permiso. Al darse cuenta de este hecho, negado por Muñoz, agentes de la Guardia Civil le han instado a borrarlas de la memoria.

Menacho ha salido de los juzgados, acompañado de su madre, entre sollozos. Han cogido un taxi y han ido al médico, según han explicado funcionarios judiciales al abogado de los dos denunciantes. El mismo funcionario le ha comunicado que el investigado se ha comprometido a acudir al juzgado este miércoles para prestar declaración entre las 10:00 y las 12:30.

Este verano los trabajadores de la Fundación Guadalquivir, Jóvenes para el Futuro y también algunos miembros de la Asociación de Vecinos Nuevo Guadalquivir decidieron romper su silencio y comunicar a la Junta lo que consideraban que era un escándalo. Los trabajadores denunciaron ante la Inspección de Trabajo y también ante la Consejería de Empleo que eran obligados a dar parte de su sueldo en concepto de “donativos” que no se sabía muy bien a dónde iban.

Estas tres organizaciones, que recibían importantes cantidades de subvenciones públicas, estaban controladas por Ángeles Muñoz y Cristian Menacho, madre e hijo, dos caras muy conocidas dentro del PSOE de Córdoba. La madre fue en la lista del PSOE a las elecciones municipales de 2011. El hijo sigue siendo a estas horas el secretario general de las Juventudes Socialistas en Córdoba. A su cargo, y a través de estas tres entidades, tenían un importante número de trabajadores (casi todos mujeres) y participaban en distintos talleres sociales, atención a mayores a través de cáterings, limpiadoras…

En junio, un grupo de trabajadoras dijo basta. Una empleada se negó a aportar donativos de su sueldo y fue despedida, según consta en una de las denuncias ante la Inspección de Trabajo a la que ha tenido acceso este periódico. Pero fue dada de baja sin saberlo, según denunció. El resto de denuncias, aunque casi siempre anónimas, llegaron en cascada hasta que se abrió una investigación que acaba de descubrir, siempre según apuntan todos los informes consultados por este medio, que los empleados eran obligados a aportar parte de su sueldo. Algunos apuntan que los “donativos” a este conglomerado llegaban a alcanzar los 500 euros al mes.

La Junta, a través de sus informes, considera probado que al menos desde 2014 se están produciendo estas prácticas. De hecho, ha abierto una información reservada por la denuncia de otro trabajador en la entidad Jóvenes para el futuro, también controlada por Ángeles Muñoz y Cristian Menacho.

La investigación de la Consejería ha descubierto que no solo se aportaban donativos por parte de los trabajadores. También se detectó otra práctica: el cobro de dinero a los asistentes a los talleres que impartía la Fundación Guadalquivir en las clases de apoyo. Según la información, a cada niño se le cobraba un euro por hora de clase, tal y como ha denunciado uno de los antiguos trabajadores de esta entidad.

En sede parlamentaria, el consejero de Empleo, José Sánchez Maldonado, informó que las tres fundaciones han sido sancionadas con un total de 46.251 euros por irregularidades y tendrán, además, que reintegrar un total de 304.905,99 euros de las subvenciones a las que se acogieron. Durante su comparecencia, Sánchez Maldonado ha recordó que la Inspección de Trabajo inició una investigación a raíz de la denuncia de algunos trabajadores contratados en base a ayudas recogidas en el Decreto Ley 2/2015, que incluye ayudas a entidades sin ánimo de lucro para desarrollar proyectos de empleo.

Además, la Dirección General de Políticas Activas de Empleo del SAE también inició un expediente de información reservada para clarificar la ejecución de estas ayudas. Según el informe de la Inspección de Trabajo se considera que los hechos constituyen “una infracción laboral muy grave en materia de empleo”, que lleva aparejada la sanción a las entidades, la pérdida automática de las ayudas y la devolución de las subvenciones recibidas.

Tras toda esta información y lo investigado por la Inspección de Trabajo surge otra pregunta. ¿A dónde fue a parar el dinero de los donativos y el que se cobraba a los niños por las clases de apoyo? Ni la Consejería de Empleo ni la Inspección de Trabajo pueden investigarlo.

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