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Alfonso Cabello: “Soy un currante que está cumpliendo sus sueños”

Alfonso Cabello, ciclista paralímpico | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Si no hay velódromos, entrena en polígonos. O en la carretera. O donde haga falta. Cuando aún tenía 17 años, su padre le acompañaba y limpiaba los restos del botellón que sembraban el velódromo de Posadas -uno de los mayores monumentos al disparate en los tiempos del derroche- para que después pudiera entrenar. El chasquido de los cristales rotos se podía sentir al paso de la bicicleta. Poco tiempo después sorprendía al mundo convirtiéndose en campeón en los Juegos de Londres 2012. Alfonso Cabello (La Rambla, 1993) es el hombre que más rápido recorre un kilómetro sobre bicicleta en pista. Oro olímpico en 2012, campeón mundial (2014, 2015 y 2016) y poseedor del récord del mundo de la especialidad (1:01.683, logrado en la localidad mexicana de Aguascalientes), se prepara ahora para el desafío de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro.

“Ahora ya saben todos quién es Alfonso Cabello”, dice sin que suene prepotente. Es humilde y testarudo. Un chico de pueblo con una personalidad construida sobre valores simples y potentes. “Sé dónde estoy y lo que debo hacer. Me entrego y doy todo lo que tengo”, explica. Por cierto, nació con una amputación del brazo izquierdo a la altura del codo. Eso no le ha impedido conseguir el récord nacional, mejorando las marcas de los compañeros que tienen los dos brazos. La bala de La Rambla puede competir con los ciclistas olímpicos. Ya ha escuchado el himno nacional en lo más alto del podio en unos Juegos y en tres Campeonatos del Mundo. Lo suyo roza los límites de lo increíble.

Alfonso Cabello no le da demasiadas vueltas a la cabeza pensando en el porvenir. Para girar ya estan las ruedas de su bicicleta, que lo hacen a una velocidad vertiginosa. Nadie rueda más rápido. Trabaja miles de horas para jugárselo todo en un día que él no elige, a la vista del mundo y en poco más de un minuto. Vive de eso. De esos sesenta y pocos segundos depende que pueda seguir en esta lucha quijotesca, incomprensible para muchos. En su blog personal cuenta que un niño de su pueblo le dijo que no podría atarse los cordones de los zapatos porque sólo tenía un brazo. Aquello hizo saltar un resorte interior. Este joven rambleño es hoy el pistard más demoledor de España y su expediente deportivo registra unos éxitos que justificarían un homenaje perpetuo el día de la retirada. El sólo tiene 22 años.

PREGUNTA. Un cordobés que puede decir que es el mejor del mundo en una especialidad deportiva se encuentra compitiendo con la bandera de Murcia.

RESPUESTA. Actualmente estoy federado en la Murciana de ciclismo porque aquí llevaba cinco años sin ir convocado por la Andaluza para el Campeonato de España. En la Federación Andaluza nunca se habían preocupado por mí, ni me habían llamado siquiera. Nada. Sólo me llamaron para los premios anuales del ciclismo andaluz, a los que lógicamente no asistí porque no estoy de acuerdo en cómo se están haciendo las cosas. Entonces, este año me salió la oportunidad de tener alojamiento en Murcia, empadronarme y federarme allí. Siempre ha sido una comunidad en la que he tenido muy buen trato por parte del presidente de la Federación, que siempre se ha interesado por mí. Incluso me han ayudado otros años en el Campeonato de España a pesar de ir por libre, sin equipo. Decidí hacerme la licencia con ellos porque esa un año especial, un año olímpico. Creo que es lo suficientemente importante como para que una Federación pueda decir que ha tenido un medallista olímpico en unos Juegos. En Andalucía parece que no les interesa. Por eso decidí sacarme la licencia en Murcia. Con la Andaluza, como digo, son cinco años ya sin ir convocado y creo que no quieren saber nada del ciclismo paralímpico ni del ciclismo en pista en general. El trabajo que están haciendo, en mi opinión, deja mucho que desear.

Con la Andaluza, como digo, son cinco años ya sin ir convocado y creo que no quieren saber nada del ciclismo paralímpico ni del ciclismo en pista en general"

P. ¿Cuál ha sido tu último contacto con la Andaluza?

R. No he tenido nunca ninguna relación con ellos. La única ha sido después del Mundial. Me llamó una señora que se ve que era administrativa en la Federación para decirme que por qué no me había sacado licencia este año. Que si me podían asesorar de alguna manera para que me sacara la licencia con ellos. Que aunque no fuera de competición, que podía sacármela de cicloturismo. O sea, que me llaman para que me saque una licencia de cicloturismo cuando acababa de proclamarme campeón del mundo una semana antes. Cuando me llamaron yo iba en el AVE para un acto con un patrocinador y me quedé sorprendido. Como vieron que no había renovado la licencia, pues por eso me llamaron, porque no tenían ni idea de lo que había hecho, de lo que había conseguido o había dejado de conseguir. Aquí en Andalucía no hay tantos campeones del mundo como para que en la Federación no sepan siquiera quién soy. Desde entonces no sé nada de ellos.

P. ¿Ni siquiera ahora que estás en las vísperas de participar en unos Juegos?

R. Nada. De la Federación Andaluza, absolutamente nada. Todo lo contrario que la Federación Murcia, que me llevaron convocado al Campeonato de España y se hicieron cargo de los gastos, los mecánicos, me pusieron una furgoneta para que me llevaran al velódromo y al hotel... Ni un pero. Como debe ser. Así es como lo hacen todas las federaciones autonómicas, que no estoy pidiendo nada del otro mundo. Si creen que no tengo resultados ni méritos como para que me llamen de mi comunidad para defender mis colores, que son los de Andalucía, pues ya me dirás. Tristemente, me he tenido que ir a Murcia. Es que me tenía que pagar yo de mi bolsillo el ir a un Campeonato de España.

P. ¿Pero esto que me cuentas es común?

R. Esto sólo pasa en Andalucía. No hay otra comunidad que no lleve a sus ciclistas al Campeonato de España de pista. Y encima paralímpicos. A ver. Antes había unas federaciones que eran la de ciclismo de parálisis cerebral, la de ciclismo para discapacitados físicos, la de ciclismo para discapacitados visuales... ¡Eso ya no existe! El ciclismo ha evolucionado y la Real Federación Española de Ciclismo ha absorbido, digámoslo así, a todas las que había de este tipo. El ciclismo paralímpico es competencia de la Federación Andaluza de Ciclismo y no de ninguna federación de discapacitados físicos ni de otro tipo. La Federación Andaluza de Ciclismo debería de asumir un rol que no lleva a cabo. Los ciclistas paralímpicos estamos ahora en tierra de nadie.

P. Vivís en un limbo deportivo.

R. Claro. Sin embargo, cuando vamos a un Campeonato del Mundo o a una Copa de Europa y representamos a España somos ciclistas, sin adjetivos. Es lo que somos. Ciclistas profesionales que nos dedicamos y que vivimos de esto. En la Andaluza no nos tratan como tales.

P. ¿Solución?

R. La verdad es que no lo sé. Bastantes problemas tengo con lo mío como para preocuparme de si la Federación Andaluza me lleva o me deja de llevar. Yo es que ni siquiera he estado en disputa. Ni siquiera les he dicho por qué hacéis esto así. Son cosas que yo considero que están por encima de mí, con lo cual yo simplemente me he limitado a buscar soluciones. Mi solución ha sido venirme a Murcia y estoy muy contento de haberlo hecho. Ojalá pudiera salir a competir representando a Andalucía, pero son ellos los que no quieren llevarme. No es que en Murcia yo esté cobrando un dineral ni nada de eso. Simplemente es que me han llamado y me convocan y sanseacabó. No tengo ni siquiera ninguna beca por estar allí. No voy en busca de dinero. Yo lo que busco es justicia ante algo que considero que se está haciendo mal. Y que si alguien se puede beneficiar de mi nombre, si consigo un buen papel o medalla en los Juegos Olímpicos, pues que sea el que realmente me está ayudando. Y ya está.

Cuando vamos a un Campeonato del Mundo o a una Copa de Europa y representamos a España somos ciclistas, sin adjetivos"

P. ¿Dónde empieza todo esto?

R. Yo empecé nadando en el club de La Rambla, en mi pueblo, y estuve hasta los ocho o nueve años con muy buenos resultados. Pero un día un vecino me prestó una bicicleta y empecé a entrenar. Mi madre me dio a elegir entre una cosa y otra y me quedé con la bici. Empecé a competir con niños sin ningún tipo de discapacidad, en ciclismo escolar. Empecé a tener buenos resultados ya ganar carreras de alevines, cadetes, juveniles... Ahí descubrí el ciclismo paralímpico. Empecé a salir fuera con un equipo de Andalucía con un equipo que se llamaba Andalucía Fundación Mapfre, y empecé a hacer carreras en Bilbao, Suiza, Francia... Dejé el ciclismo convencional de lado y me dediqué al paralímpico. En 2011 decidí dedicarme totalmente a la pista, porque antes lo compaginaba con carretera y mountain bike. Empecé con un entrenador que vio en mí cualidades buenas para la pista y me marqué el reto de ir a las Olimpiadas de Londres en 2012. Y ahí... Bueno, ya sabes. Gané el oro.

P. ¿Te imaginabas que iba a ser así cuando empezaste en esto?

R. Pues no. Sinceramente, no. Yo pensaba que cuando se llega a ser ciclista profesional y a ser campeón del mundo, todo debe ser un poco más fácil.

P. Pues tú has tocado techo, ¿no? Eres campeón del mundo y campeón olímpico. Por encima no hay nada más.

R. A ver, mi currículum está ahí. El que quiera mirarlo, puede entrar en mi página web y verlo, pero no hablo por mí. Yo creo que cualquier deportista, sea paralímpico o no, se merece un trato especial en un año olímpico como es éste. Estamos hablando de que representamos a un país, a España, en la mayor cita del deporte que existe. Deberían apoyarnos muchísimo más. No es una queja solo mía, sino general. No hay ni una sola ayuda a deportistas del Plan ADO o el Plan ADOP. Sea por recortes, por falta de apoyos de la Junta, de patrocinadores... Eso ya no lo sé. Pero vamos, que me parece a mí que por falta de recursos no es. Hay campeonatos de junior, de cadetes, de masters... Y los mejores de Andalucía van convocados a los Campeonatos de España. ¿Por qué en paralímpicos y en pista no lo hacen? ¿Por qué Andalucía reniega de la pista? Andalucía lleva sin llevar a un ciclista de pista no sé ni los años, cuatro o cinco años. ¿Por qué lo hacen? Yo no lo sé.

P. ¿Y no tienes ninguna teoría al respecto?

R. Mi teoría es que ellos no quieren saben nada de ciclismo paralímpico ni de ciclismo en pista. Es algo que lo han pasado por alto y como en realidad la gente que lo practica es poca, pues a esa minoría nos han obviado. Lo que pasa es que como tú sabes, la calidad y la cantidad son cosas distintas. ¿Qué culpa tengo yo de ser el mejor perteneciendo a esa minoría? Que sí, que somos una minoría, pero a mí me deberían de llevar al igual que a otra gente que compite en pista. Y no nos llevan a ningún lado ni quieren saber nada de nosotros.

Yo pensaba que cuando se llega a ser ciclista profesional y a ser campeón del mundo, todo debe ser un poco más fácil"

P. ¿Y no habláis entre vosotros? ¿No os decís nada?

R. No. No hemos hablado porque somos tan pocos y yo tengo tanto follón con lo mío, que... Yo cuando tengo que salir a alguna competición ínternacional, que son las que verdaderamente importan, salgo con la Federación Española de Ciclismo. Para una competición para la que me convoca la Andaluza, que es el Campeonato de España, pues te lo digo de verdad: ni me he querido complicar. He ido, me lo he pagado, he corrido y cuando se me ha dado bien he ganado. Esto me cuesta a mí la pasta.

P. ¿Pero no eres ciclista profesional?

R. Ahí está. Yo tengo una beca del Plan ADOP y también estoy apoyado por diferentes patrocinadores privados, como Liberty Seguros, Inversa... Del dinero que ellos me dan, yo tengo que sufragar toda mi preparación, incluso el ir a los Campeonatos de España.

P. Entiendo que recibes recursos de patrocinadores y tú mismo los gestionas.

R. Efectivamente.

P. Como un club, pero en una sola persona. Eres el presidente, el gerente y el deportista.

R. Sí, así es. En el caso de los Campeonatos de España, debería ser la Federación Andaluza quien lo hiciera, pero no es así. Si fueran veinte competiciones, pues yo no lo haría. Pero como es una vez, pues hago el sacrificio y me lo pago.

P. ¿Y te compensa?

R. Sí. Me compensa porque en realidad estoy haciendo lo que me gusta y estoy viviendo de ello. No me voy a poner rico, está claro, pero me mantengo, ¿sabes?. Hasta ahora estoy consiguiendo mis objetivos pese a que la Federación Andaluza no me apoya. Yo voy revalidando año a año mi beca del Comité Paralímpico, porque gracias a Dios un deportista paralímpico puede vivir con la beca ADOP. Y mientras me mantenga en la brecha voy a seguir haciendo lo que me gusta.

P. ¿Qué papel juega tu familia en esta historia?

R. Tienen un papel fundamental. Provengo de una familia muy humilde. Mis padres son trabajadores del campo y han tenido que hacer un sacrificio enormemente gigantesco.

P. ¿Pero cómo lo ven ellos?

R. Ahora bien, porque vivo de ello. Pero al principio, cada gasto que tenía en las competiciones, en los viajes... Eso me lo tenían que pagar ellos. Si me tenía que comprar una bicicleta, ellos. Si tenía que hacerme alguna adaptación en la prótesis para poder montarme en la bici, ellos. Y ellos se quitaban cosas de su casa para ayudar a su hijo. Somos tres hermanos y yo soy el menor de todos. Los mayores ya tienen su vida y digamos que en casa en ese momento sólo estaba yo. Mis padres se dedicaron en cuerpo y alma a conseguir el sueño de su hijo, que era ser ciclista olímpico. Al día de hoy lo he logrado, porque he sido campeón del mundo y campeón olímpico.

Provengo de una familia muy humilde. Mis padres son trabajadores del campo y han tenido que hacer un sacrificio enormemente gigantesco"

P. ¿En qué momento viste claro que tu vida iba a ir por este camino?

R. En ninguno. Si te digo la verdad, nunca ha habido ningún momento concreto en el que yo haya dicho: 'Mira, pues puedo vivir de esto'. Porque mis padres siempre me han insistido mucho en lo de tener los pies en el suelo. Me dicen: 'Alfonso, que yo entiendo que esto es tu sueño, que puede ser tu pan, pero tienes que seguir estudiando porque esto no sabes dónde te puede llevar. Nosotros te apoyamos, pero sigue estudiando'. Yo lo hice, no he dejado los libros, aunque a un ritmo menor que un joven que no tenga tantas responsabilidades deportivas y tantos viajes. Yo lo voy sacando.

P. Pero hay carreras que te marcan el destino.

R. Hombre, la de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Yo allí llegué a darlo todo. Con 17 años me fui a vivir solo a Mallorca con el poco dinero que había podido ahorrar después de las competiciones que había hecho. Decidí apostar el todo por el todo en esos Juegos. Yo de hecho fui a Londres por una invitación directa del comité organizador, el IPC, y gracias a esa invitación logré competir. Lo de Mallorca fue una experiencia dura, pero irme allí a entrenar al mejor velódromo de España fue fundamental para el resultado que conseguí en los Juegos. Logré el oro y a partir de ahí ya he podido vivir de esto.

P. Las becas deportivas van en consonancia con los resultados. Si no ganas, no cobras. ¿Cómo vives esa presión de tener que conseguir medallas para seguir adelante?

R. El deporte es así. Si tienes resultados consigues becas para poder sostenerte y si no los consigues, pues las becas se acaban y lo tienes que dejar. Por suerte, gracias al entrenador, a mi familia, al esfuerzo diario y a que las cosas me están saliendo muy bien, en este ciclo paralímpico he logrado hacerme con títulos en el kilómetro, que es mi especialidad, y otro de velocidad por equipos. Cada vez los requisitos son más difíciles. Las ayudas son pocas, pero como he logrado ser campeón del mundo me han mantenido la beca. Ahora bien, el día que baje al quinto clasificado de un Campeonato del Mundo no percibiré ni un euro. Entonces tendré que pensar si sigo en esto o no. Al día de hoy sigo adelante y me centro en ganar, no me queda otra.

P. Esto es como decía Luis Aragónes: ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Si no lo haces se acabó. Parece muy duro que no haya segundas oportunidades.

R. Para que te hagas una idea. Antes, como la situación económica en España estaba mejor, te dejaban oscilar un poco en tu rendimiento, una libertad mayor. Ahora la presión es constante. Como hay tan poco dinero, el deportista que sigue con beca es porque tiene unos resultados no excelentes, sino al límite de lo imposible. Porque ganar tres campeonatos del mundo en tres ediciones consecutivas es impensable. Entonces, claro, a ti te dicen que para mantener tu beca tienes que ganar, ganar y ganar. Antes, tú por ejemplo venías de ser campeón olímpico y te decían: durante los próximos cinco años te tienes que mantener entre los cinco primeros del mundo. Eso es difícil, pero asequible para alguien que ha sido el mejor del mundo. Ahora ya no. Ahora te dicen que tienes que ser primero y si no te bajan la beca. Hay una cantidad para el segundo y otra para el tercero. A partir del quinto, ya no hay beca. Yo tengo compañeros que han sido quintos en un Campeonato del Mundo y han tenido que dejar la práctica del ciclismo y dedicarse a otras actividades al margen del deporte. Por desgracia, las cosas son así. Pero esto yo no lo puedo cambiar.

Si tienes resultados consigues becas para poder sostenerte y si no los consigues, pues las becas se acaban y lo tienes que dejar"

P. Y si te llega una lesión...

R. Claro. Eso te deja ya en una situación imposible. Yo no he tenido lesiones graves, y toco madera, pero estar todos los días entrenando a tope conlleva estar siempre lidiando con los dolores. Un deportista de élite jamás se levanta de la cama sin que le duela nada. Este último Campeonato del Mundo lo disputé un poco lesionado porque llevaba una inserción en el recto interior del cuádriceps, que tenía una bursitis. Eso mermó un poco mi rendimiento. Pero gracias a los grandes profesionales de los servicios médicos del Comité Paralímpico pude paliar la situación, aguantar, competir y estar a un nivel bastante aceptable. Hasta ahora nunca he tenido ninguna rotura de nada ni ningún rollo raro.

P. ¿Recuerdas la primera carrera que ganaste?

R. Sí, precisamente fue aquí en Pozoblanco. El año no lo sé, pero era alevín de primer año y era una carrera con otros niños de mi edad, 13 o 14 años. Llegué a una prueba de ciclismo escolar y gané. Era la primera vez que un niño con alguna discapacidad y sin freno de delante en la bicicleta había conseguido ganar a otros niños sin discapacidad en igualdad de condiciones. Ahí empecé a creerme que podía llegar lejos con la bicicleta.

P. ¿Mantienes a tus amistades de entonces? ¿Qué te dicen?

R. Por supuesto. Aunque he viajado mucho siempre he mantenido contacto con ellos. Ellos me ven que me he entregado al ciclismo, que pongo todo mi esfuerzo y todo mi tesón en esto. Ellos ven normal lo que yo he conseguido, que para 22 años que tengo, cuando me pongo a mirar atrás, veo que es mucho. Pero vamos, que no me gusta eso del pasado. Yo siempre miro a lo próximo que viene. Cuando tienes algo conseguido, eso ya está ahí y no se mueve. Ahora lo que importa es lo próximo. Tu puedes ser campeón del mundo un año, pero ese mismo título se pone en juego al año siguiente y lo coges tú o lo coge otro. Y tienes que ir a por él. Yo vivo el día a día, trabajo duro y mis rivales me pondrán en mi sitio.

P. Pero cuando eres campeón del mundo te conviertes en la referencia. Tú eres el enemigo a batir.

R. En España tengo un rival muy duro, que aparte de eso es compañero, que se llama Pablo Jaramillo. En el Campeonato del Mundo del año pasado, el que yo gané, él se quedó tercero. Este año ha sido quinto clasificado. Y estando entre los cinco primeros de un Campeonato del Mundo no tiene plaza para la Olimpiada ni puede seguir luchando por vivir de este deporte. Más que rival es amigo. Sólo competimos cuando estamos encima de la bicicleta. Es lo que te comentaba antes. Es una persona con cualidades para el deporte, pero debido a las pocas ayudas ha tenido que dejarlo. Él es mayor que yo, tiene treinta y tantos años. En el deporte tienes los días contados, pero no te puedes agobiar. Tienes que dedicarte a hacerlo lo mejor posible durante el máximo tiempo. Y luego, cuando lleguen otros mejores que tú y te quiten el sitio, pues dedicarte a otra cosa. Pero que sea el propio deporte el que te marque el camino. Lo duro es que quien te saque de lo que más te gusta y de lo que haces bien es el no poder tener ayudas.

P. ¿Te gusta o te molesta que te pongan como ejemplo?

R. Hombre, siempre es bonito. Como buen ejemplo, claro está. En mi pueblo yo sé que hay muchos padres que me ponen como ejemplo a sus niños de lo que yo he sido. Yo soy una persona normal, que viene de una familia normal, y que lo único que he hecho es trabajar por mis sueños y los he logrado. Yo quería ser campeón del mundo y campeón olímpico y lo he logrado. Soy un currante que está cumpliendo sus sueños. No me considero un superdeportista. Sé que hay deportistas más fuertes que yo, pero ninguno que trabaje más.

En el deporte tienes los días contados, pero no te puedes agobiar. Tienes que dedicarte a hacerlo lo mejor posible durante el máximo tiempo"

P. Otro momento crucial. En Aguascalientes, en México. Campeón y récord del mundo.

R. Fue especial. En los Juegos yo sabía que lo iba a hacer bien, pero no sabía hasta dónde podía llegar. Yo lo decía en todas las entrevistas cuando llegué. Iba a hacerlo lo mejor posible, pero ni se me pasaba por la cabeza y por la imaginación conseguir un oro. Sabía que estaba haciendo buenas marcas, buenos registros, con un nivel para estar adelante, pero no me podía imaginar que los nervios no me jugaran una mala pasada en una competición de este calibre. Todo salió rodado, perfecto. Lo de Londres fue algo inesperado. Pero ir al primer Campeonato del Mundo, en Aguascalientes, y volver a hacer lo que ya hice en Londres... Una pasada. Siempre se dice que lo difícil no es hacerlo una vez, sino repetirlo. Yo me convencí a mí mismo de que era capaz de volver a hacerlo. Fue cuando batí el récord del mundo y, además, actualmente es récord de España en esta especialidad para ciclistas sin discapacidad. Fue una satisfacción personal inmensa.

P. ¿Te sigues planteando participar en competiciones con ciclistas sin discapacidad?

R. Sí, sí. Puedo hacerlo. De hecho, en las concentraciones de la selección somos todos ciclistas olímpicos, no hay distinción con los paralímpicos. Hay un grupo de trabajo conjunto. Por rendimiento y por marcas puedo competir perfectamente contra ellos. Ahora, está claro que alguien que tenga una mano y alguien que tenga dos... Yo por mi esfuerzo y mi tesón estoy en igualdad de marcas, aunque no de condiciones. Si no compito en el Campeonato de España de Ciclismo sin discapacidad no es porque no me vez capaz, sino porque por las fechas del calendario es incompatible. No ha habido ningún año en el que haya podido cuadrar los picos de forma de tal manera que pudiera disputar un campeonato sin que me perjudicase en el otro. Pero lo tengo en mis planes. En cuanto pueda compaginarlo lo haré.

P. Pones tu cuerpo al límite.

R. Mira, te lo voy a contar. Yo he terminado pruebas con unas condiciones físicas que los médicos me veían y no se lo podían explicar. Yo me he sentido morir encima de una bicicleta. Va más allá del dolor físico. Es como si te rompieras del todo, vas ya ciego y sin embargo hay algo que te empuja a seguir, sin saber de dónde sacas las fuerzas. Yo me concentro y pienso que nadie puede entregar más que yo. Podrán tener más medios, pero no se van a entregar más porque es imposible. Mi padre me decía: 'Hijo, tú sigue hasta que no puedas más'. Yo he llegado a perder el sentido después de alguna carrera. Me iban a tener que recoger del suelo, pero lo he hecho. No es fácil. No te voy a decir que se pasa bien porque es un sufrimiento extremo, pero dura un tiempo y luego, cuando acaba, puedes encontrarte en la gloria. Yo reviento encima de la bicicleta, dejo todo lo que tengo.

Yo me he sentido morir encima de una bicicleta. Va más allá del dolor físico. Es como si te rompieras del todo"

P. Lo de entrenar en Córdoba, ¿cómo lo llevas? Tú eres uno de los que ha sufrido el velódromo de Posadas, por llamarlo de alguna manera.

R. Pues sí, por llamarlo de una manera, porque eso está totalmente dejado. Antes de irme a vivir a Mallorca estuve entrenando en Posadas. Como tú sabes el velódromo es una instalación que no se usa, que está cerrada. En su momento se llegaron a organizar allí campeonatos de Andalucía de ciclismo en pista. Allí había un club de triatlón que lo utilizaba. Pero no sé por qué, si porque el Ayuntamiento no le daba uso o si porque allí no había suficiente afición, no lo sé. Yo lo que sí sé es que cuando estuve preparándome para las Olimpiadas de 2012 aquello estaba cerrado a cal y canto. La policía local me abría la puerta y mi padre, antes de que yo empezara a entrenar, se tiraba una hora barriendo los cristales que había allí porque los chavales entraban saltando para hacer botellón los fines de semana. Se ve que allí nadie ponía problemas. Yo estuve preparando unos Juegos Olímpicos en un velódromo lleno de cristales. Mira, al final tendré menos medios que nadie, pero es como dice mi entrenador: apretar un huevo contra otro y darle a los pedales. Y ya está. Ahora no estoy entrenando en velódromo, pero las mismas series que hago en velódromo las hago en la carretera. He estado en Sierra Nevada haciendo series con la bicicleta de pista sin frenos por la carretera. Y así me busco la vida. Los medios que tengo intento aprovecharlos al máximo porque al final, si te dedicas a decir no tengo, no me apoyan, no puedo, no tengo velódromo, es que... Al final es un sinfín de excusas y no puede ser.

P. Pero lo de preparar unos Juegos sobre una pista llena de cristales es fuerte.

R. Ese problema ya no lo sufro desde hace unos años porque me dieron una beca interna en el CAR de Madrid para la Residencia Blume. Y allí tengo un velódromo cubierto, en Galapagar, a 40 minutos en coche. Cuando mi preparación exigía que todos los días entrenara en velódromo, pues yo estaba viviendo en Madrid. Ahora que mi preparación sólo exige velódromo en momentos puntuales de picos de forma, pues hago mi preparación en Pozoblanco, en La Rambla, en Sierra Nevada... Sitios donde hay carreteras y polígonos para que yo pueda hacer mis series. Y cuando me tengo que poner en marcha, pues voy a velódromo.

P. En los últimos tiempos se te ha visto recoger premios de todo tipo entregados por instituciones. ¿Qué sensación te deja esto?

R. En principio, cuando empecé a competir en ciclismo y aún no participaba en campeonatos internacionales, la única beca de la que me beneficiaba era una que había en Andalucía de la Fundación Andalucía Olímpica, que es el organismo competente para apoyar al deporte olímpico y paralímpico en nuestra comunidad. Esa Fundación tenía becas en función de los resultados, que es como las tienen todas las federaciones o instituciones. Si eres medallista olímpico tienes una beca más alta que otro deportista que sea promesa. Yo por aquel entonces tenía una beca de promesa, que eran 2.300 euros al año, y gracias a esa beca deportiva yo pude seguir creciendo y optar a una beca ADOP (programa de ayudas al Deporte Olímpico y Paralímpico), que es lo que tengo ahora. Pues en Andalucía, desde el año 2012, por falta de presupuestos para esa Fundación, no hay nada. Y no es porque ellos no quieran o lo hagan mal, que hacen lo que pueden, pero es que no hay dinero. Las becas por rendimiento se quitaron y las únicas becas que siguen son las que se llaman future o de promesas. Eso está muy bien, porque el poco dinero que tienen lo dedican a la base y a los que quieren llegar a ser. Pero claro, los deportistas que con todo su esfuerzo han llegado y han logrado éxitos, pues en Andalucía no tenemos ningún tipo de ayuda. Eso no pasa en ninguna otra comunidad. En todas tienen sus becas, más grandes o más pequeñas, pero las tienen. Hace unos años la Diputación dispuso unas ayudas, pero se quedaron estancadas en 2014 y desde entonces nada. Entre el mal hacer de la Federación Andaluza de Ciclismo y que en Andalucía no existe ninguna ayuda para el deportista olímpico ni paralímpico, pues me he tenido que ir. En Murcia, por lo menos, me llevan al Campeonato de España con unos medios.

En Andalucía no tenemos ningún tipo de ayuda. Eso no pasa en ninguna otra comunidad. En todas tienen sus becas, más grandes o más pequeñas, pero las tienen"

P. En cierto modo, eres un emigrante.

R. Pues sí. No me gusta decirlo. No me siento orgulloso de ello. Pero si mi comunidad no me lleva a un Campeonato de España, ¿qué voy a hacer? Tengo que irme donde me ayuden. Yo no tengo millones para gastar. No puedo hacer otra cosa. Esto es una práctica deportiva muy cara. Tengo que comprarme el material, las adaptaciones de mis prótesis... Todo lo que necesito de viajes, concentraciones, material... Eso sale de mi dinero. Vale, yo tengo un sueldo, pero cuando hago las cuentas al final de mes me sobra poco y a veces me falta. Me mantengo, puedo vivir de ello, pero si estuviera en otra comunidad o fuera de otro país, podríamos hablar de que mi situación sería totalmente distinta. Podría vivir dignamente y hasta ahorrar. Ahora mismo, nada.

P. Vives al día.

R. Si fuera un campeón olímpico de Italia o de Gran Bretaña estaría cobrando una beca cinco veces mayor que la que cobro aquí. Y todo lo que te estoy diciendo que me cuesta el dinero como bicicleta, material, prótesis... estaría costeado por la Federación por los méritos deportivos. Aquí no pasa eso. Tienes que luchar contra rivales que tienen una infraestructura infinitamente superior a la tuya, que tienen más capacidad económica que tú para una bicicleta, un mecánico, un fisio o lo que sea, y encima te exigen que para lo poco que te dan tienes que ganar para seguirlo manteniendo. Entre el Comité Paralímpico, pese a que las becas son menores que las de los olímpicos, y los patrocinadores privados puedo seguir viviendo de esto.

P. ¿Cómo te planteas los Juegos?

R. Voy a participar en el kilómetro y en velocidad por equipos. Yo voy como favorito ahora. Es todo distinto. Cuando fui a Londres en 2012, con 17 años, nadie sabía quién era Alfonso Cabello ni de dónde había salido ese niño. De hecho, me conocen más fuera de España que aquí. He ido a competiciones a Italia y Gran Bretaña y me ha parado gente por la calle, que no sabía ni lo que me estaban diciendo, y se ponían a hacerme fotos. En España, salvo en mi pueblo, no hay la difusión del deporte paralímpico ni del ciclismo que hay en otros países. A nivel personal, yo voy a Río igual que fui a Londres. A hacerlo lo mejor posible, rendir lo que mi cuerpo puede rendir, y los rivales serán los que me pongan en mi lugar. Yo lo único que puedo hacer es luchar contra el crono. Si hay alguno que lo hace mejor que yo, pues a felicitarlo. Y el podio me pondrá en mi lugar.

P. ¿Qué reto te queda?

R. Yo quiero empezar a hacer un calendario no paralímpico. Creo que en 2016 lo podré hacer. La bicicleta es mi pasión. Ojalá el nivel del deporte en España y en Andalucía mejore. Lo primero, para igualar en condiciones a los deportistas olímpicos y paralímpicos, que es algo que todavía no hemos podido lograr. Y segundo, para luchar en igualdad de condiciones contra rivales de otros países. En Gran Bretaña, el ciclismo en pista es un deporte rey, lo que yo viví allí en Londres es impresionante. El entrar a un velódromo lleno a reventar con siete mil personas y cuando el ciclista se ponía a calentar no se oyera ni una mosca... Eso impresiona. Una vez que el deportista empezaba su prueba, el velódromo se venía abajo porque animaban al ciclista de su país y a todos. Es otra cultura. El ciclismo allí es como el fútbol. Es una institución. Lo viven al máximo. Habían vendido todas las entradas un año antes.

P. ¿Y si te nacionalizas inglés?

R. (Risas) No, no. Bastante follón he liado ya con lo de irme a Murcia.

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