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Javier Fernández y Ana Ramos: “¿Hay algo más popular que la literatura?”

Ana Ramos y Javier Fernández | MADERO CUBERO

Marta Jiménez

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La pareja que escribe, edita y traduce unida no podemos afirmar si permanece unida, pero desde luego sí que se divierte y se ama sin medida. Al menos eso es lo que transmiten Javier Fernández y Ana Ramos, agrónomo y filóloga, escritores, traductores y editores. Antes lo fueron en Plurabelle y Berenice, dos exquisitas editoriales cordobesas, y ahora dirigen desde nuestra ciudad nada más y nada menos que la colección Letras Populares de Cátedra.

Un hecho que les hace convivir entre las paredes de su casa con El mago de Oz, Conan, El Coyote, El jardín secreto, Peter Pan o El gólem, lo que convierte su vivienda en una eterna fiesta literaria que invita a meterse en la mente de escritores como Huxley, Lem, Ende, Chandler, Lovecraft o Hodgson Burnett. El sueño de tantos escritores. Hablamos de libros tomados muy en serio, que comenzaron a editarse en 2012 y que se convierten en novelas enriquecidas con introducción (de 60 y 70 páginas), bibliografía, notas y, en algún caso, con las imprescindibles ilustraciones.

Estos monarcas de la edición literaria, que formarán parte del próximo equipo de Cosmopoética, eligieron La República de las letras para la charla con Cordópolis, en la que derrocharon paz y felicidad y en la que dejaron más que claro que por encima de editores son escritores.

P. ¿Qué es ser un buen lector?

R. (Ana) Me gustaría pensar que es alguien que no tiene prejuicios a la hora de enfrentarse a un libro y que aborda distintos géneros sin ceñirse a uno concreto.

(Javier) Hoy que va todo tan deprisa se habla mucho de cuántos libros te has leído, y en realidad creo que un buen lector es una persona que lee despacio, que lee pocos libros si me apuras, pero que los exprime bien y realmente le saca jugo. Esto no es una competición de a ver quién lee más libros, sino que los libros te pueden cambiar la vida, se instalan dentro de ti, son puertas a pensamientos, a universos. Yo creo que un buen lector, y estoy de acuerdo con Ana, es una persona inquieta, que lee libros diversos y que además los hace suyos.

P. Cátedra suena a canon. De los clásicos hispánicos e internacionales ¿cómo conquistasteis a la editorial?

R. (Javier) Estábamos viviendo en México y ya conocíamos a la directora de Cátedra (Josune García), curiosamente en Grecia y en dos viajes distintos, uno en Atenas y otro en Tesalónica. Y en este último ella nos lanzó una pregunta trampa muy complicada: “¿Pero hoy esto de la literatura qué es?”. Nosotros dejamos nuestra editorial, nos fuimos a México, lo pensamos durante mucho tiempo para poder darle respuesta  a una pregunta que viniendo de quien venía nos dejó algo descolocados. Yo creo que ella quería expresar que hasta hace un tiempo esto es algo que está sucediendo en todos los ámbitos del pensamiento, en donde antes todo estaba más o menos delimitado. Pero hoy día las etiquetas ya no se aplican de la misma forma. Así que nuestra respuesta fue proponerle una colección de lo que nosotros creíamos que es literatura, de lo que a nosotros nos gusta de la literatura, bien porque dejamos Berenice y teníamos el gusanillo de seguir editando, pero ahora solo los libros en los que realmente creemos y disfrutamos como lectores. Y ese es el germen de Letras Populares. Mandamos un proyecto muy bien hecho, como nosotros hacemos las cosas, y le entusiasmó desde el principio.

(Javier) Creo que un buen lector es una persona que lee despacio, que lee pocos libros si me apuras, pero que los exprime bien

P. O sea que en realidad fue una respuesta trampa

R. (Risas) (Javier) Eso es, le dijimos contestando a tu pregunta, mira qué te parece esto... Le enviamos un listado con cien títulos.

(Ana) Luego hicimos el diseño de la colección, muy inspirado en el entorno mexicano, por eso son una portadas muy coloridas y también gustó mucho a la directora.

(Javier) Claro, en ese tiempo ella estaba muy abierta a nuestra colaboración. De alguna forma Cátedra quería tomar el pulso de otras cosas. Es muy reconocida en su canon y su bagaje pero también le apetecía entrar en otras cosas. Y es verdad que a nosotros nos han dado una libertad muy grande desde el principio, tanto en el diseño que hacemos nosotros, como en la elección de títulos, autores, colaboradores. Desde el primer día nos sentimos como en casa.

(Ana) Sí

P. Estabais en casa, en Córdoba

R. (ambos) Claro.

(Ana) La verdad es que nosotros estamos aquí muy contentos. Después de haber venido de México de vivir una experiencia única, estamos aquí más felices incluso. Y hacer lo que nos gusta desde este sitio, rodeados de nuestra familia y de nuestros amigos para nosotros es...

(Ambos) Un lujo.

(Javier) Cuando monté Plurabelle una de las primeras cosas que pensé cuando hablaba con los socios era qué podemos editar. Daba igual que estuviéramos en Córdoba que en Madrid o Barcelona. Íbamos a editar lo que quisiéramos. Y hoy día con las redes y el mundo globalizado es que es tan fácil de llegar a cualquier lado. Tratamos de demostrar que vivimos en Córdoba pero que nuestro mercado es global.

Le propusimos a Cátedra una colección de lo que nosotros creíamos que es literatura, de lo que a nosotros nos gusta de la literatura

P. Es que es un poco absurdo pensar ya en esa clave tan centralista

R. (Javier) Claro, pero eso se viene criticando desde siempre. Centralia le llamaban al eje Madrid-Barcelona en los años 60. Si quieres editar a alguien, te preguntas ¿ y por qué no editar a J.G. Ballard, un autor que ha hecho Crash o El imperio del sol? ¿Y qué hace Ana? Busca su teléfono en la guía de Shepperton y lo llama y habla con el señor Ballard y no pasa nada.

(Ana) Y el hombre era muy simpático, nos dio el contacto correcto y publicamos su libro gracias a esa llamada.

(Javier) Lo que queremos decir es que se puede hacer y que así te lo pasas mejor.

P. ¿En serio creéis que la literatura es popular?

R. (Ana) Por supuesto que sí ¿hay algo más popular? (risas). No sé, creo que a los niños les gusta leer desde pequeños y eso es algo que les imponen. Claro, es más fácil si  tienen una familia que cultive la lectura y a lo mejor es mi punto de vista, pero yo creo que sí. Se lee mucho.

(Javier) Sí, ya entiendo por dónde va la pregunta. Es verdad que popular a nivel del McDonalds o del fútbol, pues no, porque la literatura no llena estadios, es verdad. Lo que pasa que la influencia de la literatura en la sociedad va más allá en lo que se venda o se deje de vender un libro. En realidad, conforma nuestra cultura, entonces sí es popular. Todos sabemos quién es Don Quijote aunque no lo hayamos leído.

(Ana) La Biblia también es un libro muy popular

(Javier) Sí, por supuesto. Cuando tú analizas los porcentajes y dices ¿cuántos lectores hay en España? y lectores, lectores a lo mejor hay veinte o treinta mil solamente.

P. ¿Tan pocos?

R. Fijos, que estén al tanto de las novedades, incluso menos.  No hablo de gente que ocasionalmente coge un libro. Igual que sí hay gente que le gusta el cine y sabe cuál la última película de estreno, hay pocos lectores que se interesen por eso, ahora que se hayan leído 50 sombras de Grey seguro que hay muchísimos. Si lo miras así el porcentaje es muy pequeño, sin embargo la influencia de la literatura trasciende estas cifras.

Tratamos de demostrar que vivimos en Córdoba pero que nuestro mercado es global

P. El tratamiento crítico que acompaña a las novelas de Letras Populares en su introducción amplifica su lectura, desde luego, pero ¿también puede asustar a otros lectores?

R. (Ana) No necesariamente porque son textos muy populares. Por ejemplo, Javier ha hecho la edición de los textos de Conan de Howard, y entonces el lector piensa en ese texto, pero normalmente esos textos no han estado acompañados de una explicación. Nosotros intentamos que los prólogos tampoco sean académicos, sino que cuenten una historia, que hablen del autor, que se entienda el contexto. Que sean divulgativos.

(Javier) También vivimos en una sociedad del hipertexto, en donde todos queremos buscar todo en Google. De cualquier cosa necesitas más información. Que nuestros libros lleven ese algo más de información que  ya es marca de la casa de Cátedra, pues los diferencia de otros textos que ya hay en el mercado desde el punto de vista puramente comercial. Como dice Ana, nuestras ediciones no buscan ser eruditas y eso nos dijo la directora desde primera hora.

P. ¿Pero no puede haber mucha erudición en la divulgación?

R. (Javier) Bueno depende de la persona.

(Ana) En nuestro caso los libros no llevan notas a pie de página sino que van al final para no interrumpir la lectura. Tú buscas la erudición que quieres. También intentamos en los libros que se empiece hablando de la vida del autor para luego hacerse algo más eruditos y que cada cual llegue donde quiera.

(Javier) Lo que pasa que luego, pues claro, con los artistas no se puede contar. Tenemos un libro de Chandler que tiene 150 páginas, le encargamos el prólogo a Julián Díez, que es un especialista en la materia, y te presenta un prólogo de 200 páginas cuando le habías encargado 50. El hombre se emociona pero yo creo que eso el público lo agradece. Hay otras ediciones, la nuestra es esta. Si buscas nuestros libros sabes que vas a encontrarte ese extra.

Nuestro deseo es acercar la cultura al público

P. Adonde quería llegar es que creo que la ciencia ha divulgado muy bien desde hace tiempo, algo que no ocurre con las letras y el arte en general

R. (Javier) Que hable la filóloga

(Ana) Hemos publicado El espejo en el espejo de Michael Ende ¿y qué texto podías consultar sobre el autor y sobre la obra? No existía. Y lo mismo con El mago de Oz o Conan, libros que hemos publicado y en los que encuentras un ensayito bastante amplio sobre la novela.

(Javier) Tú hablas de la divulgación científica en donde hay algo a lo que agarrarse pero esto es arte. Es verdad que hay muchos críticos que se la cogen con papel de fumar y estoy seguro que Aristófanes en la Grecia antigua diría lo mismo de los críticos. Buenos, pues sí, yo creo que hoy día con internet o ediciones como estas, de las que hay muchas en inglés, yo creo que se está haciendo una labor para acercar la cultura al público en general. Ese desde luego es nuestro deseo. No solamente hablamos del aparato crítico, sino que Letras Populares también tiene a gala el cuidado de los textos. Que las traducciones sean buenas porque en muchas ocasiones las traducciones de los best-sellers, con algunas excepciones, son bastante malas. Tratamos de respetar el texto original. En el caso de Conan, por ejemplo, las ediciones previas que existían a los cuentos que yo traduje les faltaba texto y tenían extirpados pasajes.

P. ¿Se han diluido las fronteras entre la alta cultura y la cultura de masas o cada vez los muros son más altos entre ambas?

R. (Javier) Yo qué sé (risas).  Todo esto es muy relativo. La frontera entre la baja y la alta cultura ya es algo que pertenece al antiguo régimen. Es verdad que hoy día Stephen King se estudia en las universidades.

(Ana) Internet lo ha cambiado todo.

(Javier) Cátedra publica los relatos de Conan, quiero decir ¿qué es la alta y la baja cultura? Hay personajes recalcitrantes, pero yo creo que al final sí que se han difuminado bastante las fronteras. Ahora, que sigue existiendo un espacio para alta cultura, me refiero a un espacio económico, con una élite que invierte en determinados artistas, y eso es porque hay un determinado interés en que eso exista. En realidad, el mundo actual es un circo cultural en donde  se hacen tuits poéticos, en donde existe Lady Gaga o Bob Dylan puede estar nominado al premio Nobel.

(Ana) Creo que en esa ventana en la que tú puedes mirar cualquier cosa las barreras son económicas.

(Javier) De todas formas, eso no significa que sea bueno o malo. Para el consumidor está bien. Para el hecho cultural en sí, hombre pues siempre he pensado que hay obras más elaboradas, pensamientos complejos que solo se pueden expresar a través de la elaboración del lenguaje artístico porque el mercado va a lo grueso, a los números, al mucho. Un amigo matemático dice que escribe para 300 personas en el mundo porque no más saben leer sus teorías, pero eso es importante, es como la quilla del barco. Si nos quedamos todos en el centro del barco esto no va a avanzar. Hace falta. Y no hay, a lo mejor, un espacio más allá del mercado pero, por suerte, sigue existiendo mucha resistencia, gente que hace esto porque realmente lo siente e incluso hay quien tiene éxito.

La frontera entre la baja y la alta cultura ya es algo que pertenece al antiguo régimen

P. ¿Ha cambiado mucho la vida de la figura del editor desde los inicios de Plurabelle (2001) hasta hoy?

R. (Javier) ¿Tú como lo ves?

(Ana) Yo creo que a nosotros nos ha ido muy bien. Hemos evolucionado hacia la tranquilidad. En Plurabelle y en Berenice hemos vivido al límite durante muchos años y ahora vivimos tranquilos, trabajamos en casa a través de internet, juntos. Antes era una locura diaria. Yo no creo que eso para los editores haya cambiado mucho. Para nosotros sí porque hemos cambiado de vida pero para el editor que sigue haciendo lo que nosotros hacíamos entonces, yo creo que todavía tendrán más estrés, más tensión.

(Javier) Además el mercado se está encogiendo día a día, entonces, en realidad, es un drama para los editores vender un libro hoy día. La vida del editor es muy estresante, damos fe de ello. El editor está en todos los fregaos porque cuando un libro está encima de la mesa es cuando empiezan los problemas. Nosotros dimos un paso al lado, no nos salimos del todo. Nos estamos dedicando a la creación, que es lo que a nosotros nos gusta y lo que somos en realidad, porque ya me dijo un día el gran René Palacios More que no se puede ser editor y escritor a la vez, y llevaba toda la razón. O eres una cosa o la otra. Y nosotros nos hemos decantado por la escritura. Lo de Cátedra es algo que te diría que es testimonial porque sacamos 4 libros al año por el gusto de hacerlo, y en estos tiempos de internet que las herramientas te facilitan mucho las cosas, también te da una presión por los tiempos, porque tienes que estar pendiente de todo. Por lo que el mundo del editor hoy día es fácil y también complejo por estresante.

P. Habéis conquistado vuestro lugar en el mundo tras una vida editorial circular que comenzó en Córdoba, se mudó a México con miras a extenderse a otros países latinoamericanos y que volvió a Córdoba

R. (Javier) Más bien es una espiral, no sabemos donde estaremos después porque ahora mismo hemos vuelto pero no sabemos donde estaremos después.

(Javier) Si nos quedamos todos en el centro del barco esto no va a avanzar

P. ¿La experiencia mexicana fue un antes y un después?

R. (Ana) Para nosotros México fue una transformación. Acabamos muy exhaustos de la última etapa de edición aquí y nos fuimos allí a llenarnos de energía. Conocimos en un avión camino a México a una chica que era la tercera o cuarta vez que viajaba allí y que nos dijo “ya veréis, México siempre te da algo”. Pero seguramente no es lo que tú esperas. Nosotros íbamos allí con unas ideas y México nos puso en contacto con nosotros mismos. Con esa espiral de la que hablábamos. Nos hizo mirando hacia dentro, hacia nuestro propio centro y eso es maravilloso. ¿En qué países sucede eso? La gente, la forma de vida...

(Javier) Es verdad que es un lugar de transformación. Mira, vamos a citar a nuestro amigo común Antonio Manuel. Él dice que hay lugares en el mundo que transforman, La India, quizás, México, seguramente Andalucía. Como dijo esa chica en el avión, tú vas buscando algo y México te va a dar algo, a lo mejor no lo que estás buscando. Y es verdad que México te cambia la vida.

P. ¿Qué os dio a vosotros?

R. (Javier) Seguramente esa mirada al centro de nosotros mismos y una generosidad, una explosión, un cariño de todo tipo. La sensación de que el mundo no está escrito. Tú estás allí y las cosas son como son. Mi madre dice “como Dios manda”, pero es que allí hay muchos dioses. Te das cuenta de que vivimos en unos límites demasiado estrechos. Allí tuvimos la oportunidad de conocer a gente maravillosa en un espacio maravilloso. Desde un lenguaje que cuando llegas te conquista y te cambia la forma de pensar hasta las costumbres, su infinita generosidad con nosotros y con ellos mismos, y la libertad que tuvimos durante los dos años intensos que pasamos allí fue la de inventarnos. Quizás volvamos.

México te cambia la vida

P. En 2007 vuestra editorial Berenice (adscrita al grupo Almuzara y después vendida al mismo) publicó Manual del editor escrito por Manuel Pimentel a sugerencia vuestra ¿Es posible llegar a ser un buen editor siguiendo sus consejos?

R. (Ana) A editar se aprende editando, como tantas cosas que tiene que ver con la creación.

(Javier) Sí. Un buen consejo se puede sacar de cualquier lado. A libros que te explican cómo se escribe un poema, Eduardo García tiene uno, por ejemplo, y ahí no vas a aprender cómo se escribe un poema igual que no vas a aprender a ser editor leyendo un libro sobre cómo serlo. Uno aprende a escribir un poema escribiéndolo y a editar editando. Dicho esto son libros en donde vas a encontrar información y consejos que nunca te van a venir mal. La iluminación viene de la experiencia y yo he encontrado pistas para mi trabajo en los sitios más insospechados. Manolo (Pimentel) hizo la labor más gruesa del libro pero fue una labor de equipo en la que participaron muchos profesionales. Cada uno daba pildoritas de su trabajo para encauzar un camino.

P. ¿Seguís teniendo buena relación con Pimentel?

R. (Javier) Sí, sí. Nosotros dejamos de trabajar juntos por distintas circunstancias, entre ellas un problema de salud que tuve bastante grave, y porque nosotros queríamos ir hacia otra dirección  relacionada con el tema creativo. Tuvimos una conversación muy larga Ana y yo relacionada con esto, discutiendo qué queríamos hacer en la vida. Así que dentro de esa rueda del mundo de la edición, que es una rueda de molino que te va machacando y siempre tienes la sensación de que controlarás la situación y encauzarás tu vida, pero llega un momento en que te das cuenta que eso no va a pasar. Entonces te planteas si esa va a ser tu vida de ahora en adelante o te sales. Coincidió con que en ese momento el grupo editorial pasaba por una crisis financiera muy gorda. Podía haber ocurrido en otro momento, cuando dábamos beneficios, que de los tres años que estuvimos dimos dos, así que hablamos con él, le dijimos que no queríamos seguir ninguna de las tres piezas de la editorial y nos fuimos. Ahora tenemos una relación cordial y yo le tengo mucho cariño.

(Javier) Tenemos una relación cordial (con Manuel Pimentel) y yo le tengo mucho cariño

P. Otra de las partes fascinantes de vuestro oficio es la traducción. Esa acción que cambia la fisonomía de un libro ¿Es verdad que traducís a cuatro manos?

R. (Javier) Y a cuatro pies

(Ana) Y haciendo el pino

(Javier) Y a cabeza y media, que es lo que juntamos entre os dos (risas)

(Ana) El Peter Pan (una recopilación de Ramos de los escritos de J.M Barrie con Peter Pan como protagonista) ha sido el último hecho entre los dos.

P. Debe ser complicadísimo encontrar el tono de un libro en otro idioma en nuestra lengua

(Javier) Sí, es que traducir tiene una problemática grande y hay estudios sobre ello. Los problemas son los mismos siempre. Tienes que partir de un conocimiento grande el idioma, el inglés en nuestro caso, recursos para cubrir las deficiencias de ese conocimiento, también conocimiento grande del idioma al que vas a traducir y un conocimiento grande de la obra, del contexto en el que se ha hecho para encontrar ese tono. No sé si tenemos algo de esto pero lo que sí sé es que nos divertimos mucho haciéndolo. Nos ayudamos mutuamente y trabajamos mucho la traducción. No nos conformamos con la  primera solución sino que damos muchas vueltas y siempre buscamos algo que sea significativo. En el Peter Pan nos dimos un curro estupendo.

(Ana) Es que son varios textos de Barrie y hay cosas escritas prácticamente iguales en los distintos libros ingleses de partida y nosotros queríamos que también fuese así en español. Nunca se había traducido al español por una misma persona, bueno (risas) en este caso las dos mismas personas. Queríamos, por ejemplo, que si el lector ve la palabra cueva en inglés en alguna de las versiones y en otra es gruta, que la diferencia se mostrase.

(Javier) Porque en inglés se utilizan dos palabras diferentes

(Ana) Queríamos que eso pasase al español. En fin, hemos hecho encaje de bolillos porque cada libro tiene su propia vida y queríamos que eso permaneciera.

(Javier) A veces es un poco desesperante pero al final encuentras satisfacción porque aprendes. Estás en la mente del escritor.

P. En el terreno creativo ¿en qué andáis?

R. (Javier) Cuéntale, que ella está a punto de convertirse en una estrella internacional

(Ana) Estoy trabajando en una novela que saldrá en 2016. Es una novela infantil, con ilustraciones de María González, de estudio Caravan y hechas aquí en Córdoba, que se titula Koko, una fantasía ecológica que voy a publicar con la editorial Océano en México y en España. Ya estamos con la portada.

(Javier) Es un libro estupendo. Aparte de la fábula ecológica, el libro es una singularidad dentro de la literatura infantil y juvenil que creo que va a llamar mucho la atención. La editorial Océano, aunque nació en Barcelona, es más conocida en Latinoamérica, donde es súperimportante. Aquí están reimplantando su catálogo literario. Ana va a ser la primera autora española de la colección y están volcados con el libro.

(Ana) Y también estoy trabajando en la continuación. A ver si este verano le doy un empujón.

P. ¿Y qué leeremos tuyo, Javier?

R. Acabo de terminar un libro de poesía, que llevaba 15 años sin escribir poesía, que se llama Canal.

(Ana) Es un libro brutal.

(Javier) Lo que me pasa es que con la poesía mantengo mis más y mis menos. He escrito poca poesía pero trato que sea significativa. Esto de escribir un libro de poesía cada cierto tiempo, creo que el poeta no puede decidir cuánto tarda en escribir un libro de poemas. Hay momentos en los que las experiencias vitales te llenan y te desbordan y lo escribes. En mi caso cada 15 años, de momento. Es un libro que espero que se publique relativamente pronto y que habla de una tragedia familiar. Es un libro muy intenso y está recién parido, en aquella bolsa (señala a su mochila) hay un sobre con el original para enviarlo. Estoy justo en el proceso  de mostrarlo. Me ha ayudado mucho para terminar de pulir el libro Pablo García Casado, igual que yo  le ayudo mucho con sus libros. Tenemos una relación muy estrecha en este caso. Y aparte llevo escribiendo una novela desde hace varios años. Terminé un borrador de 444 páginas pero la voy a empezar de nuevo porque no estoy contento.

P. ¿Desde cero?

R. (Javier) Bueno de cero ya no porque tengo esto. Está bien pero es una novela muy compleja que abarca casi 2.000 años de historia y tiene un componente de fantasía pero sobre todo de filosofía y religión. Me gusta pensar en ella como una especie de religión-ficción con componentes históricos en distintas civilizaciones. Voy a empezar a escribir otra vez porque al ser tan complicada la historia fui escribiendo con un esquema previo pero es como encender la luz en las distintas habitaciones. Tú vas encendiendo pensando que ahí vas poner la cocina y allí el cuarto de baño, pero cuando llegas al final te das cuenta que donde va la cocina es donde debería ir el salón. Entonces me cuesta menos trabajo reescribirlo que parchearlo. Y ahora ya tengo  un plano muy detallado de la casa.

P. ¿Pero uno está alguna vez plenamente satisfecho con lo que escribe?

R. (Ana) Bueno, yo creo que sí. Por ejemplo este libro de Calma

(Javier) Canal

(Ana) Perdón, es que antes se llamaba Calma. Es un libro del que ya no se puede mover ni una coma. Es intenso, incisivo, duro, difícil... Todo el mundo que lo lee o llora o tiene ganas de llorar o de dar un paseo para que se le refresquen la mente. No puedes no estar contento con ese libro después de tanto y tanto trabajo. Así que yo creo que sí. Hay cosas que te gustarán más que otras pero sí que se puede estar satisfecho, ¿no?

(Javier) Sí, Koko (Ana y la periodista estallan en risas por la admiración mutua que tienen de la obra de cada uno) es el ejemplo perfecto. Ana empezó a escribirlo en 2003 con otro título. Cuando habían pasado seis años hizo una primera escritura del libro y yo le decía que estaba muy bien y ella lloraba diciendo que no, que era una mierda y que no era lo que quería hacer. a lo que yo le respondía “haz lo que quieras hacer”.

(Ana) Pero es que es difícil

(Javier) Entonces seguía y seguía, no lo abandonó y llegó un día que sintió que el libro estaba hecho. Que había llegado adonde quería. Así trabajamos nosotros. No en plan ya haremos otro mejor, sino dando lo máximo que podemos dar. ¿Cómo no vas a estar satisfecho con eso?.

(Ana) Él es una persona muy exigente y perfeccionista. Yo no tanto. Soy de las de ya, por favor, así, y él dice, vale pero un momentito que vamos a darle otra vuelta...

(Ana) Él es una persona muy exigente y perfeccionista. Yo no tanto.

P. Pero conozco a demasiados escritores nunca satisfechos con lo que escriben que si pudieran estarían infinitamente dándole vueltas a su obra. Y ese es un látigo muy duro

R. (Javier) Es verdad sí los hay. Eso son inseguridades personales de cada uno. Desde primera hora ¿tú qué querías hacer? Pues eso se puede mejorar hasta un punto. Al final es tomar decisiones, confiar y creer en lo que estás haciendo. Al final, por mucho que toques un texto no mejora. Yo también creo como Ana que un autor puede estar satisfecho con lo que escribe. Luego pasa el tiempo y puede que ya no te satisfaga porque han pasado años y ya no eres esa persona, pero estuvo bien en su momento. Yo tengo libros míos publicados que ahora veo y digo madre mía, y luego lo miro otra vez y digo pues este era yo entonces. A mí me sirvió mucho escribir en prensa.

P. ¿No me digas?

R. Mucho, me cambió la vida. De hecho, sigo escribiendo en El Día una página entera de reseña de Cómic y también sale en otras cabeceras del grupo (Joly). Me gusta porque tienes un deadline, lo tienes que entregar y lo tienes que entregar te pongas como te pongas. Como a veces tienes menos tiempo, entregas cosas que son regulares y al día siguiente las  tienes que leer ya impresas. Pero eso es bueno porque dices esto es escribir. Escribir es confiar en ti. Es decir lo voy  a hacer, lo voy a entregar y lo voy a publicar y no pasa nada. Es una gimnasia, tener una mecánica fija que te pone los pies en el suelo. Aprendes mucho de esta forma. Lo que tienes que dar como creador lo das en lo mínimo aunque sea imperfecto. Eso es escribir. Lo miras, lo reconoces y lo aceptas. Eso es lo que tú eres, lo que has escrito.

(Javier) Escribir en prensa me cambió la vida

P. Adelantadme próximos títulos de la colección Letras Populares

R. (Ana) Acabamos de entregar la traducción de La máquina del tiempo, que también hemos hecho a medias, de H.G. Wells y en donde Javier escribe el prólogo y las notas. Vamos a sacar un libro que gusta a mucha gente y que es ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

(Javier) También conocido como Blade Runner de Philip K. Dick hecho por Julián Díez

(Ana) Esos son los dos próximos, que salen en otoño y esta semana vamos a Cátedra para perfilar cuáles serán los siguientes.

(Javier) Pero para el año que viene hay otro Philip K. Dick, tenemos seguramente una novela de Joan Manuel Gisbert

(Ana) Seguramente Mary Poppins, pero aún tenemos que hablar con la jefa.

(Javier) Eso es lo que tú eres, lo que has escrito

P. Se intuyen los gustos de ambos en los libros que editáis

R. (Ana) Sí, pero que conste que La historia interminable de Michael Ende es el tótem de nuestras familias. Compartimos muchos gustos Ende, Baum, Hodgson Burnett y El jardín secreto

P. ¿Formaréis parte del equipo de Cosmopoética en la próxima edición?

R. (Javier) Bueno, aún no se ha firmado pero sí estamos en el proyecto de Eñe que ha ganado el concurso público y que ahora está en periodo de alegaciones. Ana se encargaría de toda la sección infantil de Cosmopoética, con un proyecto nuevo, fresco y totalmente revolucionario que mola mucho.

(Ana) Hemos inventado una cosa que se llama... ¿puedo decir el nombre?

(Javier) Mejor que no, vaya a ser que alguien se enfade. Y yo me encargaría del apartado formativo del festival si finalmente sale adelante este proyecto.

Ana se encargaría de toda la sección infantil de Cosmopoética (...) y yo  del apartado formativo del festival si finalmente sale adelante este proyecto

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