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Tú podrás contarlo: “Lo vi ganar en Primera”

Victoria del Córdoba ante el Granada en el Arcángel | MADERO CUBERO

Paco Merino

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El Córdoba construye su primer triunfo en El Arcángel en una noche de éxtasis | Ghilas y Florin noquean a un desconcertado Granada

No hay mejor discurso que el de los hechos. Las declaraciones de intenciones, las ilusiones compartidas, los propósitos de enmienda... Todo eso es pura farfolla si no hay algo tangible sobre la mesa. Algo potente y convincente. Algo como tres puntos ante un rival directo y una comunión recuperada con el graderío. En la noche de los niños salieron a relucir los hombres. En una cita con tintes bélicos, el Córdoba rescató su orgullo y ganó algo más que un partido. Sigue vivo.

Esto hay que ganarlo como sea. La frase se repetía como un mantra en los aledaños de El Arcángel, donde el personal no escondía sus fundados temores y se reía, que es una forma como cualquier otra de encarar la realidad, de los que decían aquello de “año nuevo, vida nueva”. Como si sustituir un calendario por otro tuviera efectos mágicos. Se trata, así en el fútbol como en la vida, de tomar decisiones. Y de ser consecuente con ellas. Djukic las tomó, vaya si lo hizo. ¿Que había que ganar? Pues ahí van dos delanteros: Ghilas y Florin. Acompañados de lo que se suele etiquetar como una revolución. Fede Vico, el único cordobés de la plantilla, regresó a la convocatoria y salió como titular. Y de lateral. Ghilas se pegó a la banda y Florin fue el martillo percutor arriba. El rumano debutaba en Primera sin haber pasado por Segunda, toda una metáfora de un Córdoba que precisa madurar a cámara rápida. También tuvo su sitio Fausto Rossi, un creador con el talento anestesiado por las lesiones y las circunstancias. Una puesta en escena de marcado cariz ofensivo para un partido que no admitía medias tintas. El Granada llegaba en crisis, con Caparrós en el disparadero, pero el Córdoba arrastra una racha horrorosa en El Arcángel. En su hogar debe construir el milagro y salió dispuesto a hacerlo, decidido a dar algo a una hinchada que no había visto ganar a su equipo en Primera División. Hasta esta noche. La gran noche.

El Córdoba jugó todo lo bien que se puede jugar en su situación y ante un adversario como el Granada, una formación con mucha angustia y muy poco que ofrecer. Decepcionó el equipo de Caparrós, que llegó a verlas venir y no se encontró sobre el césped. No le dejó el equipo local, que se comía la pelota en cada acción y buscaba la sorpresa con un ataque inédito. De Ghilas hay poco que decir ya. La gente le ha encumbrado como uno de sus ídolos porque representa las virtudes de un equipo que pretende crecer. El argelino va a por todas. A los cinco minutos agarró el balón al borde de su propia área y se lanzó en estampida hacia el marco de Oier. Decidió que lo mejor que podía hacer para cerrar su cabalgada era dar un furioso puntapié, pese a que tenía compañeros desmarcados. El balón se fue al limbo y el público le aplaudió. A los héroes se les disculpa todo, sobre todo si después se redimen con una acción genial. Sucedió al cuarto de hora. Todo comenzó con una combinación por la banda derecha entre Campabadal y Ekeng, dos tipos que dan todo lo que tienen y por eso se han ganado el respeto. El balón terminó en el pico del área y allí llegó Nabil, que pateó con pericia para meterla junto al poste. El delirio llegó a El Arcángel.

El Granada se movia con una coreografía sin gracia, esperando un error del rival. Uno de sus jugadores referentes en ataque, Jhon Córdoba, se retiró lesionado y eso mermó todavía más a los nazaríes, que no veían la forma de hacer daño a un Córdoba cada vez más seguro. Una falta lanzada por Fran Rico al borde del área que salió desviada supuso el momento de mayor apuro para los de Djukic, que golpearon duro al filo del descanso. Fede Cartabia, particularmente intenso -para bien y para mal, pues vio una tarjeta y flirteó con la segunda- en todas sus intervenciones, metió un centro al que llegó Florin Andone para batir a Oier. El tanto del rumano hizo estallar la grada, que llevaba mucho tiempo esperando sentir algo parecido. Con el 2-0 y el Granada claramente sometido, el Córdoba se retiró al vestuario. La hinchada cantaba. Una escena idílica, nunca vista esta temporada.

Djukic dejó en la caseta al hiperactivo Cartabia y sacó a Borja García, que contribuyó al plan de echar el cerrojo y mantener la posesión ante un Granada que debía abrir líneas sin más remedio. A los cuatro minutos, Ghilas protagonizó otra incursión que rubricó con un tiro alto. Los blanquiverdes asustaban a los rojiblancos, que no lograban salidas limpias desde atrás -Ekeng presionaba desde su posición de mediapunta-, y el control era suyo. En la retaguardia, Crespo cogió los galones ante la ausencia de Íñigo López y dio una lección de oficio. Los planes marchaban. Esa sensación estimuló al Córdoba, que esta vez respondió a las exigencias con fútbol práctico y solidario. Hay otras formas de hacerlo, pero ésta le funcionó. Nadie le pide más. La preocupación por la estética se ciñe a la belleza de un marcador favorable, aunque hubo quien intentó algún arabesco y arrancó una andanada de olés en la grada. Nadie puede culparles por venirse arriba. Esperaban una noche así.

Ghilas se llevó la última ovación al retirarse lesionado, en una escena tan conmovedora como preocupante. Fidel salió en el lugar del argelino, que hoy por hoy es el alma del Córdoba. Con el Granada deambulando, el estadio pudo disfrutar de un tramo final plácido. La salida de Xisco, al que le cayó una catarata de improperios cuando suplió a un aclamado Florin, tuvo una carga simbólica evidente. El cordobesismo quiere algo distinto. De momento, ya tiene algo para recordar. Ya ha visto una victoria de Primera.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 2: Juan Carlos, Campabadal, Pantic, Deivid, Crespo, Ekeng, Rossi. Fede Vico, Fede Cartabia (Borja García, 46'), Florin (Xisco, 81') y Ghilas (Fidel, 66').

GRANADA, 0: Oier, Nyom (Riki, 65'), Babin, Javi Márquez, Mainz, Juan Carlos (Larsson, 46'), Foulquier, Fran Rico, El Arabi, Piti y Jhon Córdoba (Ortuño, 36').

ÁRBITRO: Bikandi Garrido (Comité Vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a Fede Cartabia y Campabadal, del Córdoba.

GOLES: 1-0 (16') Ghilas. 2-0 (44') Florin.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 17 del campeonato nacional de Liga BBVA, disputado en El Arcángel ante 13.092 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Rafael Benítez, ex jugador del Córdoba en la década de los sesenta.

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