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Mil y una tonterías y pegoletes sobre la fruta

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Vanesa Cortés

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Si tienes Facebook, te darás cuenta de cómo a diario somos bombardeados por páginas sin rigor científico que proclaman a los cuatro vientos remedios caseros para terminar para siempre con la celulitis; dietas para eliminar la tripa que te sobra tomando ese jugo maravilloso; envolturas plásticas para quemar grasa (la grasa no se quema, se oxida); la solución a tus problemas de peso si mezclas ancas de rana con aleta del dragón de Daenerys Targaryen y haces veinte horas de aeróbico a la semana; o las que más me gustan, tonterías por doquier sobre el consumo de fruta. Entre ellas tenemos:

  • La fruta por la noche engorda. Pues va a ser que no. El aumento de peso no es debido a que comas fruta por la noche, se debe a otros factores. No porque ingieras una pera por la noche vas a coger peso. Las calorías que tiene son las mismas por la mañana, a medio día o por la noche.
  • La fruta de postre engorda. Otra vez con la misma cantinela. Puede ser que te resulte indigesta, pero no hay ganancia de peso si la comes de postre. De hecho, prueba a terminar tu almuerzo con una rodaja de piña natural, verás que buen proceso digestivo vas a tener.
  • Es mejor no mezclar las frutas. Esto es falso, la macedonia está buenísima y no ocurre nada perjudicial, lo ideal es no hacerla con mucho tiempo de antelación para que no se oxide.
  • Los zumos naturales equivalen a una pieza de fruta. Esto no es cierto. Al exprimir las naranjas dejamos de lado la fibra y el nivel de azúcar libre aumenta disminuyendo el efecto saciante.
  • La piña ayudar a quemar grasa. Esta me encanta. Me imagino a una piña con un soplete sobre el tejido adiposo. No, la piña no ayuda a quemar grasa, la piña es rica en bromelina, una enzima proteolítica que ayuda en la asimilación de los aminoácidos, por eso es tan digestiva. Pero no se parece para nada al Fairy, y como he dicho antes, la grasa no se quema, se oxida, y este proceso se produce dentro de nuestras células.
  • No mezclar la fruta con la verdura. Entonces si hacemos una ensalada y le ponemos manzana estamos cometiendo un sacrilegio. Esta afirmación tampoco tiene fundamento científico, además, como diría mi abuela “el estómago está a oscuras” y “el orden de los factores no altera el producto”.
  • Ni se te ocurra comerte un plátano que los carga el diablo. Pues no, un plátano no suele llegar a tener 100 kcal, y un paquetito de galletas marrones con pasta blanca en medio 300 kcal, además el plátano es saciante y está riquísimo.
  • Cuanto más dulce es una fruta, más calorías tiene. Pues va a ser que no, que una cosa es su contenido calórico y otra muy diferente su sabor. Por ejemplo, el aguacate tiene más calorías pero poco azúcar, y una granada tiene menos calorías y más azúcar. Así que es mejor no mezclar churras con merinas, pues se nos va el rebaño de las manos. Mejor untarle al pan aguacate que margarina (de ella hablaremos la próxima semana).
  • No debemos comer entre horas, no debemos comer sin hambre, pero si tienes hambre, antes de consumir cualquier snack saludable promocionado y vendido por la industria (como galletas, tortitas, barritas, etc.) mejor que consumas una pieza de fruta y unos frutos secos de los crudos o tostados.
  • “El melón por la mañana oro, a medio día plata y por la noche te mata”. Esto no es cierto, porque si no, servidora ya no viviría. No fermenta, no agua la digestión y tampoco es dañino para el intestino. Peor es no comerlo.

Lo que hay de verdad en todo esto es que la fruta es rica en vitaminas, antioxidantes, fibra ,macro y micronutrientes, por lo tanto, hay que consumirla, y es el mejor tentempié si nos entra un hambre atroz que no nos deja aguantar hasta la cena.

"Fruta y camino diario para ser un centenario". Refranero popular.

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