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No hemos aprendido nada

Alfonso Alba

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2018 será un año redondo. Pero por la cifra. Se cumplirán 50 años de la revolución de la primavera del 68 y una década de la explosión de la mayor burbuja inmobiliaria que hinchó España en su historia contemporánea. El año arrancará con muchas incógnitas. La recuperación económica del país pende de un hilo: que sigan llegando turistas como si no hubiera un mañana, que el precio del petróleo siga siendo bajo y que el Banco Central Europeo siga imprimiendo billetes a destajo. De las tres, a principios del 2018 parece que las dos últimas empiezan a tambalearse. Y si el petróleo es caro y se vuelve a cerrar el grifo del dinero, el turismo acabará resintiéndose.

Pese a este riesgo, pese a que la ciudad de Córdoba depende casi en exclusiva de ese monocultivo llamado turismo (no caben más visitantes y por eso no paramos de construir hoteles y transformar viviendas en apartamentos turísticos), parece que no hemos aprendido nada. Lamento, una vez más, ser tan pesimista. Pero me temo que el futuro no va a ser de color de rosa en una provincia en la que cada año hace más calor que el anterior, llueve menos y nuestro gran tesoro, el aceite de oliva, también está en riesgo.

Por eso, insisto, parece que no hemos aprendido nada de estos últimos diez años de crisis salvaje (la más bestia que he sufrido en mi vida). El boom del turismo nos está llevando a transformar viviendas en apartamentos turísticos sin parar. Eso tiene una consecuencia: nos quedamos sin casas para alquilar o comprar a un precio decente. Y muchos cordobeses vuelven a hipotecarse hasta las cejas al calor del dinero fácil que supuestamente generan estos apartamentos turísticos.

Sin la locura de ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, en Córdoba se sigue construyendo y se sigue fiando casi todo de nuevo al ladrillo. La mentalidad de vamos a forrarnos sin dar ni golpe sigue grabada a fuego en nuestro cerebro. ¿Para qué vamos a transformar económicamente la ciudad y la provincia? ¿Para qué vamos a aprovechar el dinero de más que está entrando en estos años gracias al turismo en construir un sector productivo sólido ante futuros movimientos telúricos en la economía mundial? ¿Para qué vamos a aprender de nuestros errores?

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