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Conducto lagrimal obstruido en bebés

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María Isabel Martínez

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Hoy vamos a hablar de algo que suelo ver frecuentemente en consulta y que no tiene ninguna importancia, al menos yo intento transmitírselo así a los padres, pero que necesita de su intervención para solucionarlo. Es por ello que es necesario que los padres estén bien informados de la técnica que han de hacer para que se pueda resolver sin ningún problema.

Nos estamos refiriendo a la Obstrucción del Conducto Lacrimonasal o Dacrioestenosis, muy frecuente en los bebés pues afecta a casi el 13% de los niños al nacimiento. El síntoma principal que pone de manifiesto este proceso, es el lagrimeo constante en un ojo del bebé (o de ambos, si la obstrucción es bilateral). Esta lágrima resbala constantemente por la mejilla ante la imposibilidad de drenar hacia la nariz.

Anatomía del conducto lacrimonasal 

Para entender bien lo que pasa, vamos a ver de forma muy sencilla cómo es el conducto lacrimonasal y dónde se genera el problema.

La lágrima se genera en la glándula lagrimal que existe encima del párpado y ésta es vertida al ojo para su posterior evacuación hacia el saco lagrimal que continúa con el conducto lagrimal que a su vez, desemboca en la nariz y garganta, por tanto, las lágrimas que generamos constantemente nos las tragamos también de forma constante.

El problema es si el bebé nace con el mecanismo de drenaje obstruido por su propia inmadurez debida a lo pequeños que son, entonces la lágrima no es drenada y por lo tanto vemos a un bebé con el ojo siempre húmedo y la lágrima cayendo por la mejilla constantemente.

La obstrucción puede presentarse a nivel de canalículos o a nivel de saco lagrimal (ver siguiente imagen) por eso en el masaje que expondremos más adelante, emplearemos una técnica de arrastre.

A veces incluso se forman legañas en el canto interno del ojo por la sobreinfección de la lágrima estancada.

¿Cómo se diagnostica?

Normalmente el diagnóstico es visual, los propios padres observan todo esto que hemos comentado claramente  (el bebé lagrimea constantemente y que las lágrimas le resbalan por la mejilla) y lo suelen consultar con su pediatra quien les confirmará la sospecha. Otras veces, y no pocas, ni siquiera se habían dado cuenta de esto y en ese caso se lo hacemos ver en la consulta. En sí no es un problema importante salvo que se produzcan infecciones de repetición y en el 80% de los niños el problema se suele resolver espontáneamente antes del año.

Por tanto, ante la sospecha, debemos acudir al pediatra para que lo confirme y haga el diagnóstico diferencial con otros procesos que pudieran generar lagrimeo en bebés (conjuntivitis, glaucoma congénito, que es más excepcional aunque grave). En caso afirmativo, éste os recomendará practicar un masaje para intentar abrirlo.

¿Cómo realizar el masaje?

Os dejamos un vídeo ilustrativo donde podéis ver la técnica empleada para masajear el conducto obstruido, aunque a mí, particularmente, me gusta también añadir ese arrastre que os comento más abajo para evacuar el saco lagrimal.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=66Bu3UvgvW8[/youtube]

Pasos a seguir:

  1. Lavamos muy bien las manos antes de empezar y deberíamos tener las uñas lo más cortas posibles para evitar hacer daño al bebé.
  2. Con una mano sujetamos la cabeza del bebé y con la otra masajeamos. Es incómodo para el niño y llorará, pero nos os preocupéis, no es doloroso.
  3. Colocamos nuestro dedo índice entre la nariz y el ojo a la altura del ángulo interno de este.
  4. Comenzamos a dar masaje en círculos en la zona y haciendo algo de presión leve (hasta que la zona palidezca) durante unos 10 segundos.
  5. Acto seguido, arrastramos nuestro dedo por el lateral de la nariz hacia abajo, dos o tres veces.
  6. Vamos repitiendo este masaje al menos tres veces al día.  En muy pocas semanas podremos comprobar que el lagrimal empieza a drenar correctamente. Hay que ser constantes, eso sí.
  7. Además de esto, debemos limpiar las secreciones oculares diariamente para evitar infecciones del ojo con gasas estériles impregnadas en suero fisiológico o bien las toallitas oftalmológicas que hay ya comercializadas para este fin (evitando el algodón y la manzanilla). También limpiaremos las secreciones que se sucedan tras el masaje en el caso de que ocurra. La limpieza partirá del ángulo interno del ojo hacia afuera, hacia el rabillo del mismo, nunca al revés. Debemos cambiar de gasa para el otro ojo. En caso de infección, el pediatra recomendará un colirio o pomada antibiótica.

¿Qué ocurre si el masaje lagrimal no funciona?

Ya os decía que el 80% de los bebés resuelven la obstrucción, pero si el bebé alcanza los 8-10 meses con la obstrucción sin solucionarse, o aparecen infecciones oculares de repetición, tal vez vuestro pediatra recomiende el sondaje del conducto.

La pequeña intervención es muy sencilla pero se realiza con sedación del bebé y resuelve el problema definitivamente. En caso de necesitarla, casi siempre se realiza a partir del año de edad.

Bueno papis y mamis, ya sabéis por qué a vuestro bebé le llora el ojo constantemente, no os agobiéis y manos a la obra con el masajito.

Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz

Médico Especializada en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.

Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil

Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos

www.cemlosarcos.es

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