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Donde el Corazón te Lleve
“Al abandonar las pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena, lo único que había logrado, y ahora se daba cuenta, era olvidar quién era ella realmente.” Nicholas Sparks
Bienvenidos a la revolución del poder.
Me llama poderosamente la atención que las mujeres hoy tenemos mucho más claro y qué es lo que queremos, cuándo lo queremos y con quién lo queremos, le pese a quien le pese.
Hemos pasado de ser una marioneta movida por los hilos del patriarcado a romper esas ligaduras y volar con alas diferentes, con horizontes definidos y con motivación propia. La mujer de ahora, nada tiene que ver con la mujer de antes. Es fuerte, sabia, poderosa y no tiene miedo al fracaso o a la crítica. Se sabe empoderada, pues ahora conoce muy bien dónde quiere ir y lo que ha de hacer para lograrlo. No es una prolongación de nadie, es ella misma en esencia única y vibrante.
Bienvenida esa mujer que rompe con los esquemas impuestos para su existencia. Esa mujer que no se rige por lo que se espera de ella, sino por su corazón y lo que éste siente.
Bienvenida esa mujer que decide parir con dolor y conscientemente, sin interferencias que le resten atención a la experiencia de ver salir la vida de su vientre. Y bienvenida la que pide medios para estar más serena y atenta a la experiencia, porque atrás quedó el castigo de “parirás con dolor”, pues la ciencia nos ayuda a vivirlo diferente. Y la que se emociona con el momento y llora, y le late el corazón con su hijo en el pecho y repetiría una y mil veces la experiencia de esta forma. Y nadie la juzga por vivirlo así.
Bienvenida esa mujer que decide quedarse en casa con sus hijos y verlos crecer sin despegarse de ellos un instante, para no perderse un momento de sus vidas. Esa mujer que renuncia a formación, profesión y un sinfín de responsabilidades varias porque su corazón palpita sincrónicamente con el corazón de sus hijos. Y nadie la juzga por renunciar.
Bienvenida esa mujer que amamanta, colecha o portea, porque es así como siente su maternidad y como siente que sus hijos la necesitan. Y bienvenida la que no lo hace, porque también es el camino que ella escoge libremente. Y nadie la juzga por ello.
Bienvenida también esa mujer que al contrario, entiende que es mujer por encima de cualquier cosa, incluida su maternidad, o bien, que ambas opciones son compatibles y pesan igual para ella. Y necesita su trabajo, su momento de relax con las amigas o sus dos horas de gimnasio a la semana. Y dejan al papá a cargo de la descendencia porque por encima de ser madres, se sienten mujeres, anhelan su espacio y ansían sentirse vivas y como un ser independiente.
Bienvenida esa otra mujer que renuncia a la maternidad. Mujeres que te dicen que no sienten ni han sentido nunca la llamada del instinto maternal para el que parece que nacíamos abocadas, sin más perspectiva ni meta que criar a nuestros hijos nacidos del amor y velar por ellos hasta el infinito y durante toda la vida. Atrás queda esa mujer que necesita siempre de alguien para ser completa. Atrás queda esa mujer que vive a través de sus vidas engendradas y hola a esa mujer que es libre de decidir lo que hace, cuándo lo hace y con quién lo hace. Y nadie la juzga por sentir así.
Bienvenida esa mujer que se libera de los estereotipos que le vienen impuestos de serie, que le marcan cuándo tiene que reír y cuándo llorar, cuándo sentirse bien o cuándo arrastrar culpa por no cumplir con las expectativas marcadas. Y también, esa que no necesita ataduras y se quiere libre y con alas propias.
En definitiva, bienvenida esa mujer que se siente libre para decidir y luchar por ello sin remordimientos ni críticas. Y bienvenida la Sociedad que lo alimenta y respeta.
Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz
Médico Especializada en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.
Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil
Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos
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