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Suelo Pélvico. Preparación para el Parto y Posparto

María Isabel Martínez

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Ya hemos hablado en alguna ocasión de lo que es el Suelo Pélvico y su repercusión en la salud de la mujer. No obstante, nunca hemos hablado de lo que podemos hacer durante el embarazo para evitar desgarros espontáneos, episiotomías innecesarias o trastornos derivados de su incorrecto manejo tras el parto. Es por ello que vamos a dedicar nuestra entrada de hoy a este tipo de cuestiones.

Repasando conceptos, llamamos suelo pélvico al conjunto de músculos que ocupan la zona genital a modo de cierre de la cavidad pélvica. Como podéis intuir y si os fijáis en la foto que lo ilustra, una de las grandes funciones del suelo pélvico o periné, es sostener las vísceras existentes en la cavidad abdominal, además de prevenir incontinencias de todo tipo y mejorar la sexualidad de la pareja.

Viendo el dibujo podéis constatar que el suelo pélvico es una especie de hamaca muscular cuya misión es estar bien fuerte para sostener todas las vísceras que hay por encima suya, que por otra parte, tenderán a descender debido al peso propio y a la acción de la gravedad. Su debilidad hará que la mujer padezca problemas importantes (prolapsos viscerales, incontinencias anales y urinarias, mala calidad de las relaciones sexuales, etc.) que mermarán su calidad de vida.

¿Qué factores deterioran nuestro Suelo Pélvico?

Múltiples son las causas que pueden debilitar el periné, entre otras cosas, por el poco o nulo conocimiento que tenemos la mayoría de las mujeres en lo referente a esta zona anatómica de nuestro cuerpo y por supuesto, por la falta de información que en general, los profesionales médicos, solemos dispensar a las mujeres para que aborden el tema de forma preventiva y eviten los problemas futuros, estrategia que debería ser revisada y reprogramada, pues se me ocurren un millón de sitios donde facilitar el acceso a esta información.

Entre los factores más importantes que debilitan el Suelo Pélvico, destacamos:

  1. La Menopausia: debido a la disminución de estrógenos, que conlleva debilidad muscular general y laxitud musculo-esquelética. Unida al paso de la edad, son uno de los factores más importantes relacionado con la debilidad del periné, de ahí la cantidad de mujeres que se ven afectadas de incontinencia urinaria (entre otras patologías) a partir de la perimenopausia o menopausia.
  2. La Herencia: desgraciadamente, esta herencia se expresa de madres a hijas y no podemos modificarla, pero sí ser conocedoras de su existencia para poder prevenir las disfunciones futuras.
  3. El Deporte de impacto e incorrectamente ejecutado: este es un tema que ya hemos abordado en alguna ocasión y que es sumamente importante, pues determina un aumento de la prevalencia de incontinencias urinarias en las mujeres a edades tempranas. Desaconsejados los ejercicios/modalidades deportivas de impacto (correr, saltar, baloncesto, aerobic, equitación, etc..) y aquellos que impliquen un aumento de la presión intraabdominal (PIA) de forma descontrolada (como ejemplo sirvan las abdominales clásicas o crunch).
  4. El Embarazo, Parto y Posparto: El paso del bebé a través de la musculatura del suelo pélvico conlleva un debilitamiento del mismo inevitablemente, por ello es fundamenteal prepararlo muy bien para este momento, como veremos a continuación. Es el factor más agresivo sobre la zona, con gran diferencia sobre los otros.
  5. El Estreñimiento crónico: mujeres que se ven obligadas a empujar a la hora de defecar con cierta regularidad.
  6. La Obesidad: incontinencia y obesidad tienen una clara relación de prevalencia.
  7. El Ritmo Miccional incorrecto: mujeres que aguantan en exceso la orina, aumentando el peso de la vejiga y sobrecargando a la musculatura sobre la que se apoya la vejiga, debilitándola. El ritmo miccional correcto no debe sobrepasar las tres horas entre micción y micción.
  8. La Tos Crónica: mujeres que por diversas causas (tabaquismo, tos crónica, enfermedades de los bronquios, alergias, asma, etc.) se ven obligadas a toser con cierta regularidad, aumentando la presión intraabdominal que repercute directamente sobre el suelo pélvico.
  9. La Cirugía sobre la zona: a veces es inevitable que puedan quedar pequeños efectos secundarios en la zona tras una cirugía pélvica.
  10. La Episiotomía: conlleva una debilidad directa sobre la musculatura del suelo pélvico, de ahí la necesidad de ser restrictivos a la hora de aplicarla, seleccionando los casos en los que de verdad es aconsejable, evitando hacerlas injustificadamente.
  11. Los desgarros perineales en el parto: Si estos no son tratados a posteriori, pueden dejar una musculatura debilitada de por vida y propensa a desarrollar las patologías asociadas anteriormente descritas.

¿Cómo podemos fortalecer el Suelo Pélvico durante el Embarazo? Vaya por delante, que todas, absolutamente todas las mujeres (hayan sido madres o no), deberíamos proteger y ejercitar nuestro suelo pélvico a lo largo de toda nuestra vida, pero dado que haríamos interminable esta entrada (prometo dedicar algún artículo futuro al tema), la vamos a centrar en la prevención en una etapa concreta, el embarazo, pues el parto es sin duda el factor más agresivo para el periné, por tanto debemos estar preparadas para este momento y evitar así las consecuencias negativas futuras para esa mujer tras su alumbramiento.

Si estás embarazada, sigue estos sencillos consejos:

Ejercicios de Kegel:

Estos ejercicios han de realizarse a diario desde el principio del embarazo y durante todo él, ya que son inocuos y facilitan el fortalecimiento de la zona. He de advertir, que nunca habremos de hacerlos en el váter, mediante el llamado “stop-pipí” (cortar el chorro de orina mientras miccionamos) pues ello puede generar infecciones urinarias, que en la embarazada son especialmente predisponentes a debutar con contracciones y/o amenaza de parto prematuro. Se harán pues, fuera de éste y en una posición cómoda para la mujer (tumbada, sentada, de pie, en cuadrupedia, etc.). Son ejercicios selectivos de la zona genital y no debemos de implicar a los glúteos u otros músculos en proximidad o a distancia, ya que ello dispersaría nuestro ejercicio. A pesar de ser ejercicios fáciles de explicar, no siempre se realizan correctamente, por eso debemos estar muy pendientes de esa mujer a la hora de ejecutarlos. Entre unas modalidades y otras -las cuales os expongo a continuación- deberíamos hacer en total, 100 ejercicios cada día (por tandas, lógicamente no seguidos, porque aburriría y además agotaría la musculatura).

  1. Ejercicios rápidos: contraeremos ano y vagina de forma rítmica y seguida, en tandas de 10 ejercicios y descansaremos entre medias. Haremos 4 tandas de 10.
  2. Ejercicios lentos: contraeremos la musculatura durante 4 segundos y relajaremos durante 8. Haremos tres tandas de 10.
  3. Ejercicios del “ascensor”: contraer la musculatura lentamente como si estuviésemos ascendiendo (y posteriormente descendiendo) planta por planta en un ascensor, tres en total. Otras tres tandas de 10.

Masaje Perineal: Dar elasticidad a toda la zona del periné mediante unos masajes en la zona con aceite de rosa mosqueta (particularmente es lo que más me gusta, aunque podría hacerse con aceite de almendras dulces templado o con una crema existente en el mercado llamada Carelle). Se practicará a partir de la semana 34 del embarazo de forma diaria, tal y como se indica en la imagen que os adjunto. Puede hacerlo la embarazada o la pareja, si la posición para realizarlo le resulta especialmente complicada a ésta. Se realizará una vez al día, con una duración de entre 5 y 10 minutos. Importante, realizar una exhaustiva higiene previa en nuestras manos y uñas antes de comenzar a realizarlo. No debe de doler, aunque no es una técnica especialmente agradable, pues resulta molesta, al menos al principio. Con el tiempo, los tejidos va cediendo al igual que las molestias.

Foto obtenida de la página oficial de Natalbén

Uso del “EPI-NO”: Este aparato es un ejercitador del suelo pélvico, que tiene como finalidad ir dando elasticidad a la musculatura del introito vaginal y periné mediante una sonda que se introduce en la vagina, la cual se va insuflando con un manguito que lleva acoplado. La mujer va experimentando así la elastificación y flexibilización de la musculatura mediante el hinchado progresivo de la sonda, lo cual emula también la sensación que experimentará más adelante en el parto. Está dando buenos resultados pero tiene alguna desventaja, fundamentalmente la económica. Particularmente, aunque le reconozco las ventajas (como puede ser una flexibilización de la musculatura perineal y un fortalecimiento de la misma, de cara a evitar desgarros y episiotomías innecesarias) no suelo recomendarlo mucho, o al menos, advierto de su elevado precio, más de 100 € y la limitación de recomendación de uso exclusivamente por encima de la semana 37, para que la mujer valore su adquisición. Y claro, si después de hacer el desembolso, se te presenta el parto un poco antes de lo esperado.... te quedas con las ganas de usarlo. Para quien ya lo tenga, decirle que también lo puede usar después del parto, para recuperar el tono muscular  (aunque particularmente, prefiero la terapia de conos intravaginales, de los que hablaremos también en alguna ocasión y con los que obtengo muy buenos resultados) . También está dando buenos resultados en las mujeres afectadas por problemas de vaginismo (aquí, sí le veo la aplicación clara).

Y hasta aquí lo que podemos hacer para fortalecer y flexibilizar nuestros suelo pélvico durante el embarazo. Bueno, hasta aquí, no exactamente, pues otra recomendación es mantener relaciones sexuales saludables (si no hay contraindicación obstétrica que lo desaconseje) y ejercitar la vagina apretando con fuerza mientras está el pene dentro de ella, como si hiciéramos los ejercicios de Kegel. Y así implicamos al papá...jejeje.

Ya tenemos tareas para ir acondicionando la zona de cara al parto y a su recuperación tras él. Conste que todas estas medidas ayudan también a evitar la famosa episiotomía, los desgarros espontáneos y a mejorar nuestra sexualidad como hemos apuntado anteriormente, por lo que os recomiendo encarecidamente que los realicéis.

Reconozco que en mis clases de Educación Maternal y Preparación al Parto, soy muy insistente con este tema, pero como médico, me merece la pena “ser pesada” si con ello puedo evitar que alguna mujer padezca los problemas derivados de una mala prevención y una mala información sobre el tema que nos ocupa. No en vano me he ganado mi apelativo de “Doctora Periné”, como me llaman mis pacientes cariñosamente (¡¡o eso espero!!) y sí, reconozco públicamente mi obsesión y además, no me arrepiento en absoluto. De hecho, siempre las amenazo diciendo: “Chicas, en esto soy pesada, muuuuy pesada”

Terminando, otro aspecto importante por el que no quiero pasar de largo, es la necesidad (por no decir obligatoriedad) de hacer una recuperación tras el parto, para revertir todas estas disfunciones derivadas de éste y evitar su prolongación en el tiempo, lo cual dotaría a la mujer de una muy mala calidad de vida, desgraciadamente, a veces de por vida si no se interviene precozmente. Te recomiendo que leas este artículo para saber más sobre la Recuperación tras el Parto.

Venga, manos a la obra.

Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz

Médico Especialista en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.

Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil

Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos

www.cemlosarcos.es

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