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Masaje Infantil, esa Forma Diferente de Querer.

María Isabel Martínez

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Imagino que padres y madres nos hemos preguntado más de una vez ¿de dónde viene el Masaje Infantil? ¿Es algo que proviene de nuestra Cultura o más bien lo estamos redescubriendo en Occidente?

Hagamos pues algo de historia. La cuna del Masaje Infantil reside en la India, allí las madres han practicado masajes a sus hijos desde tiempos ancestrales y esta tradición hindú se ha ido transmitiendo de generaciones en generaciones a lo largo de los años.

Hace algo más de 40 años, el médico francés Frederick Leboyer, autor del libro “Por un nacimiento sin violencia”, descubre esta práctica en la India y decide aprenderla para aplicarla en su consulta y propagarla en Occidente. Inicialmente, él le dio el nombre de Masaje Shantala definiéndolo como el “Arte de Dar Amor”.

Tras él, fue la norteamericana Vimala Schneider en 1976 quien tuvo noticias de esta tradición tras una visita a la India en la cual enfermó de paludismo. Ella nos cuenta en su libro “Masaje infantil. Manual Para padres y madres” cómo las mujeres del lugar la curaron y masajeaban cada día para acelerar su recuperación y por ello quedó impresionada y decidió fundar la Asociación Internacional de Masaje Infantil. Dedicó los siguientes años de su vida a estudiar los beneficios del Masaje Infantil para difundirlo por el mundo occidental. Combinó la técnica original de Leboyer (Shantala) con técnicas suecas (que aportaban algo de estimulación) y con reflexología podal,   y como resultado de este trabajo, nos encontramos los criterios actuales con los que los educadores de masaje infantil nos hemos formado en la Asociación Internacional de Masaje Infantil (AEMI). Criterios que de manera consensuada aprendimos y transmitimos en su sentido más puro a las familias con las que trabajamos.

Reconoceros que llevo ya más de 17 años enseñando a padres y padres las ventajas del masaje infantil y que aún cuesta mucho, muchísimo explicarles a los padres/madres que no es una moda, que no es un capricho, sino que es un beneficio necesario para sus hijos y para ellos mismos.

Es por ello que me he decidido a escribir sobre los beneficios del masaje para daros a conocer esta práctica que a buen seguro os enamorará cuando la conozcáis y practiquéis a vuestros hijos e hijas.

 El Masaje Infantil.

 Beneficios de la Relajación.

Tocar y masajear ayuda a equilibrar nuestro sistema autónomo, lo que permite que podamos liberar las tensiones diarias que todos sufrimos en nuestro día a día, incluidos los bebés.

Ayuda al bebé a regular sus patrones de sueño y ello proporciona a nuestros bebés episodios de sueño profundo más prolongados y reparadores.

Ayuda al bebé a tomar consciencia de sus propias estructuras corporales. Poco a poco el bebé es capaz de ir integrando sus distintos órganos en su sistema nervioso y ello le facilita el conocimiento del propio cuerpo y sus niveles de tensión acumulada.

Los bebés que son masajeados aprenden a relajarse a sí mismos y se muestran más tranquilos y receptivos a estímulos.

Facilita la atención y el contacto visual con sus progenitores y mejora la capacidad de reconocimiento de éstos a través de las miradas, gestos y sonidos.

Beneficios de la Estimulación.

La piel es en extensión, el mayor órgano sensitivo que poseemos en nuestro organismo. Está dotada de millones de receptores sensitivos que la hacen el medio más poderoso de comunicación con nuestro bebé desde que nace. Tocar para transmitir.

La estimulación a través del tacto conlleva una serie de beneficios a nivel del sistema nervioso y del resto de los sistemas regidos por éste.

Sistema Nervioso: Acelera la mielinización nerviosa. La mielina es una sustancia que recubre los nervios y que facilita la sinapsis neuronal. Ello estimula la capacidad del sistema nervioso y lo hace desarrollarse antes y mejor.

Sistema Respiratorio: Ayudaremos a fluidificar las secreciones y a expulsarlas disminuyendo la congestión del pecho, mejorando así la respiración de nuestros bebés.

Sistema Inmune: Facilita la estimulación de éste y acelera la formación de defensas naturales en el bebé, lo cual hará que éste esté mejor protegido frente a enfermedades desde el principio.

Sistema Circulatorio: Mediante unas maniobras muy concretas favorecemos la circulación de la sangre hacia los órganos internos y extremidades superiores e inferiores, además de favorecer el sistema de retorno venoso de la sangre hacia el corazón.

Sistema Digestivo: Al ser aún inmaduro y provocar esto un tránsito intestinal aún lento, suele ser el sistema que más incomoda a los bebés al principio. Con las técnicas apropiadas podemos mejorar problemas cotidianos como los gases, el estreñimiento, los cólicos y el malestar intestinal en general.

Sistema Hormonal: Mejora el equilibrio hormonal favoreciendo la disminución de las hormonas de estrés (ACTH y Catecolaminas) y aumentando los niveles de hormonas relajantes (Endorfinas, Prolactina y Oxitocina).

Sistema Muscular: Los masajes conllevan un efecto relajante y tonificante a nivel de músculos y ligamentos,  lo cual les ayuda a eliminar tensiones y molestias físicas y les alivia las molestias típicas del crecimiento.

Proporciona alivio a las molestias habituales de los bebés.

Los bebés que son masajeados suelen llorar menos en general que el resto de los niños, debido a que con los masajes podemos aliviar las molestias habituales como los problemas intestinales, la salida de los dientes, la congestión nasal y respiratoria, los dolores de crecimiento o el estreñimiento.

También los masajes y el contacto piel con piel, lo que los educadores de masaje llamamos “Nutrición Afectiva” les aporta la seguridad y elimina sentimientos de soledad o abandono, miedos o estrés.

Fortalecimiento de los vínculos afectivos.

Los bebés no hablan pero sí se expresan a través de un lenguaje no verbal muy fluido y extenso. El masaje nos permite reconocer ese lenguaje y estar atentos a las necesidades de nuestros bebés. Eso da confianza y seguridad a los padres y madres y facilita el desarrollo de los lazos afectivos entre bebés y progenitores.

Mediante estos momentos de unión generamos cercanía y transmitimos el amor que sentimos a nuestros bebés. No es sólo querer…es querer y que el bebé lo reciba y lo sienta.

Otros beneficios más....

También está demostrado que los niños que son masajeados crecen más en estatura y peso y hacen ganancias de peso más regulares.

Los bebés que son masajeados y tocados con respeto harán lo mismo con sus propios hijos el día de mañana. Serán adultos más equilibrados emocionalmente y mantendrán relaciones personales y sociales más estables y duraderas.

Aprenderán que su cuerpo les pertenece y que son dignos de respeto.

Pero además…..no hay nada más hermoso que comunicarnos a través de nuestra piel, sin prisas, mirándonos a los ojos, hablándonos, cantándonos y sintiendo esta complicidad que nos une.

Dar un masaje es como entrar en una burbuja de amor donde solo estamos TÚ y YO.

¿Te apetece probarlo?

www.cemlosarcos.es

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