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Depresión Posparto ¿También para él?

María Isabel Martínez

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La mayoría de las mujeres, tras el parto, sufren un estado de tristeza pasajera debido a los cambios hormonales del puerperio, a las noches agotadoras, al cansancio y sobretodo, a la adaptación que le va a suponer su nueva vida. La ayuda de nuestra pareja y entorno más cercano se hace necesaria aquí más que nunca.

Este estado de tristeza y/o labilidad emocional, suele ser limitada a dos o tres semanas como máximo, por lo tanto, es de esperar que, pasado este tiempo, la mujer se recupere en todos los aspectos: vuelva a estar contenta, motivada, le apetezca salir, estar con su bebé, etc.

Si tras este periodo inicial observamos que la situación no va mejorando, sino que, al contrario, va empeorando, hay que tener en cuenta que se podría estar iniciando una depresión posparto.

Las claves para detectar una depresión posparto son:

  • Tristeza, ganas de llorar la mayor parte del día.
  • Irritabilidad casi constante.
  • Trato frío con su propio bebé y personas que le rodean.
  • Desinterés por actividades rutinarias, incluso aquéllas que le podrían producir placer, incluido el sexo.
  • Insomnio, o lo contrario, hipersomnia.
  • Alteraciones del apetito, por aumento o disminución.
  • Sentimientos de culpa, de incompetencia ante la nueva situación.
  • Somatizaciones: palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad para respirar...

Es muy importante que la madre tome conciencia de lo que le está pasando y busque ayuda, se apoye en sus seres más cercanos, hable con ellos y exponga su situación para que puedan ayudarla, pero esto no es siempre posible, a veces la madre ni siquiera es consciente de que algo va mal. Es por tanto el papá quien debe ser capaz de reconocer con rapidez estos síntomas para poder hablarlo con ella y tomar rápidamente medidas: buscar ayuda profesional. Es determinante para revertir la depresión de forma inmediata la rapidez con la que se detecte. Una depresión que se deja evolucionar en el tiempo es mucho más difícil de tratar y puede hacerse crónica.

Mucho hemos hablado y en general hablamos de la depresión materna, pero bien poco de los cambios que experimenta el papá. ¿Le afecta al hombre el posparto? ¿Puede desarrollar una depresión también?

El hombre no es ajeno a esto en absoluto, es más, incluso hay descrita una especie de depresión para él, debido a que a veces son difíciles de encajar todos estos cambios con relación a lo que era su vida anterior. No siempre es fácil para el hombre comprender que se ha pasado a un segundo plano y que la madre al principio sólo tenga ojos para su hijo. Las parejas que están muy unidas pueden llevar muy mal no ser ahora el centro de atención como antes. Podríamos incluso describir esta situación como un problema de celos por parte del padre.

El hombre tiene su propio papel en el embarazo, parto y puerperio y es distinto del papel que pueda ejercer su pareja. Para las mujeres, el proceso de la maternidad se va gestando a fuego lento: los cambios conscientes en nuestro cuerpo, el parto y la conexión con el bebé en ese momento, estar juntos en contacto piel con piel con el bebé mientras lo amamanta....todo eso nos ayuda a tomar conciencia de la realidad y a vincularnos con nuestros bebés desde mucho antes de nacer. Pero ¿Y el padre? que no experimenta estas sensaciones sino a través de la madre, ¿Qué ocurre con sus vínculos con el bebé? pues que tendrá que empezar a desarrollarlos poco a poco y con paciencia una vez haya nacido su hijo.

Al principio, ni siquiera le parecerá al padre que la relación con su bebé sea de la misma intensidad que la que se mantiene en el binomio mamá-hijo.  Es normal, tu hijo necesita ahora más a su madre, simplemente porque ella es quien le ofrece el alimento y la seguridad, que ahora son la prioridad para tu hijo, pero tranquilo, todo llegará. Muy pronto el bebé irá despegándose de su madre y tú estarás ahí. Estarás para enseñarle todo en la vida, para resolver sus dudas, para consolarle, para darle confianza y hacerle sentir seguro...pero mientras tanto, tómale en brazos siempre que puedas, acúnalo, aséalo, háblale y tócale constantemente para fortalecer vuestros vínculos afectivos y, sobretodo, acepta con dignidad este segundo puesto. Fíjate qué curioso, que más adelante, tu hijo es probable que prefiera permanecer más tiempo contigo, ya que le ofreces diversión, juegos, complicidad...y ahora, es la madre la que se siente relegada a un segundo plano.

Otra cuestión importante que el hombre que acaba de ser papá debe aceptar, es que su vida amorosa, incluso sus sentimientos y necesidades, van a dejar de ser las mismas durante algún tiempo, y que igualmente, tendrán menos prioridad que las necesidades de su bebé. El padre debe aceptar y comprender los cambios físicos de su pareja: quizás pueda estar ahora algo más gordita y redondita, aceptar que sus pechos estarán goteando casi constantemente, que  estará sangrando al menos un mes, que no dispone de mucho tiempo para sí misma y eso la hace estar algo más descuidada con su imagen..., que está cansada la mayor parte del tiempo, y, ni que decir tiene, mantener relaciones sexuales como antes... ¡imposible!. No obstante, el papá debe comprender que aunque las relaciones sexuales necesiten algo más de tiempo para volver a ser las de siempre, la madre necesita abrazos, cariños, besos y atención. Sentirse cuidada y arropada facilitará el acercamiento entre vosotros.

Aceptar las cosas como vienen es fundamental para mantenernos a flote en esta nueva experiencia. Fíjate en aquello que puedes hacer por el bienestar de tu familia, cómo puedes hacer que tu pareja se sienta más tranquila y descansada, intenta dejarle un tiempo para sí misma y encárgate tú del bebé y sus necesidades durante este momento. Tú eres importante, recuerda que sin ti no es posible el milagro de la vida.

Muchas mujeres experimentan sensaciones de admiración ante un padre que se preocupa por ella y su bebé, que los protege y cuida, que se muestra servicial, complaciente y comprensivo ante situaciones rutinarias, cambios de humor, apatía sexual etc. Mantener esta actitud, mostrar paciencia y tratar de aceptar los cambios con empatía, cariño y voluntad, no hace otra cosa que acercaros poco a poco para recuperar esa armonía perdida.

A veces resulta bastante consolador e instructivo  asistir a charlas “sólo para hombres” que seguro te pueden ayudar a organizar tus sentimientos y compartir esa experiencia con otros padres, que se sienten exactamente igual que tú. Podrás informarte sobre éstas a través de los cursos de educación maternal. Está demostrado que los padres que se implican más durante el embarazo, conectan mejor con su pareja en el posparto y se vinculan antes con sus hijos.

¡Ánimo, tú eres importante, sólo tienes que sentirlo dentro de ti!

Más info: www.cemlosarcos.es

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