Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La transición necesaria II

Alfonso Alba

0

En una entrega anterior me comprometía a señalar cual sería a mi entender algunos apuntes para orientar la senda para la transición energética necesaria en sectores diferentes al eléctrico, y aquí lo intento.

Es frecuente cuando se habla de energía esta conversación queda reducida a solo una parte de nuestro sistema energético, el sector eléctrico, pero este solo supone en nuestro país entorno a una cuarta parte de nuestros consumos energéticos y por ello debemos acometer la transición también en el resto de los sectores como el industrial, la calefacción y transporte, no electrificado, el más energívoro de ellos.

En el caso de los desplazamientos urbanos de personas, la transición tiene dos alternativas básicas, además de reducir las necesidades de desplazamiento, los desplazamientos no motorizados y los desplazamientos en transporte público colectivo eléctrico, para acelerarlo es vital desincentivar el uso del vehículo privado para que los usuarios migren hacia las propuestas más sostenibles.

En los desplazamientos largos la carretera y el vehículo privado acaparan el  grueso de transporte de personas y el porcentaje es aún mayor en el caso de mercancías. La migración hacia el tren eléctrico convencional es la alternativa a promocionar.

Si bien el transporte es el sector de mayor consumo de energía y menor presencia de tecnologías renovables o susceptibles de usarlas es también el que mayores dificultades presenta en la transición, por la fuerte dependencia del mismo, por los cambios de comportamiento y tecnológicos necesarios o nuevas infraestructuras a construir.

El transporte aéreo, tal como se realiza actualmente, apenas tiene posibilidades de conseguir introducir energía de origen renovable.

El sector agrícola industrial vigente es intensivo en energía, tanto en las labores agrícolas como en los insumos utilizados, provenientes de la industria química, el tránsito hacia una agricultura con menos energía fósil y más mano de obra así como la reducción de insumos químicos y el tránsito a la generalización de la agricultura ecológica es el camino a seguir de manera urgente, aumentando simultáneamente los niveles de soberanía alimentaria y junto con ello el cambio de la dieta actual por otra menos intensiva en alimentos de origen animal, son aspectos fundamentales en la transición en el sector agrícola.

Una parte de la producción industrial tiene la posibilidad de usar electricidad de origen renovables para sus actividades, otra va a necesitar mayores cambios tecnológicos, a la transición ayudará la reducción de los actuales niveles de consumo, el aumento de la durabilidad, facilidad de reparación de los bienes, reducción drástica de la obsolescencia y el fácil reciclado de los materiales de los bienes irreparables.

La buena noticia es que todas las medidas anteriores son intensivas en creación de empleo, más saludables tanto para quienes trabajan en estos sectores como para quienes consume los productos, a la vez que pueden reducir las importaciones liberando de cargos la balanza de pagos, incrementando los fondos disponibles para servicios sociales y comunitarios.

Prácticamente todos los combustibles fósiles a usar de aquí en adelante, sin poner en peligro irreversible nuestro clima, deben de ser dedicados a construir los componentes e infraestructuras necesarias en la transición.

La transición que proponemos es urgente, tenemos buena parte de la tecnología necesaria, sabemos cómo iniciar la senda, pero necesitamos la capacidad política para embridar la economía en esta dirección y ardua por lo que para hacerla posible necesitamos de convencer de la necesidad de la misma a la mayor cantidad de fuerzas sociales y políticas posible.

José Larios Marton. Coordinador del Grupo de Energía y Cambio Climático y miembro de la Ejecutiva Federal de EQUO

Etiquetas
stats