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El Padre de la Novia

Miguel Ángel Luque

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Hace dos semanas, celebramos la boda de mi Prima Ana con Paco, dos personas encantadoras a las que le deseo toda la felicidad del mundo. Fue una boda extraordinaria, con momentos superdivertidos y también con momentos emotivos. Para nuestra familia esta emoción estuvo asociada a una ausencia, la de mi tío Manuel, el padre de la novia, fallecido hace unos años.

De él podría destacar muchas cualidades, gran conversador, culto, valiente, apasionado, bueno, aunque uno de los rasgos que más le definían era su inconformismo, con cierto toque de rebeldía. Y al contrario del protagonista de la película Rebelde sin Causa James Dean, mi tío Manuel sí tuvo causas, motivos para ser rebelde. La vida no le trató con demasiada consideración, cuando a los pocos años de estar casado perdió a su mujer de 26 años en lo que iba a ser una operación rutinaria, quedándose solo con una hija de 2 años, mi prima María. Nunca hablé con él de este tema, pero estoy seguro que este hecho dejó una cicatriz en su corazón que le dolió gran parte de su vida. Pero como estoy hablando de un  valiente, consiguió rehacer su vida como no podía ser de otra manera.

En el aspecto profesional, también sacó su carácter y de ser un directivo prometedor en una reconocida empresa optó por hacer las cosas a su manera. Pidió la cuenta y montó su propio proyecto. Un negocio en el que estratégicamente acertó de lleno pero donde equivocó los compañeros de viaje...  de poder tener una vida absolutamente acomodada, le tocó volver a pelear... pero ya sabemos que los guerreros no rehuyen el combate.

En la última etapa de su vida, se las tuvo que ver con otra gran piedra en el camino, un cáncer, contra el que luchó hasta el último suspiro, se aferró a la vida hasta que no le quedaron fuerzas, tal y como hizo su madre Julia años antes a la edad de 92 años, poniendo de manifiesto que estamos hablando de una familia de luchadores.

Tras este relato vital realizado, se podría plantear que Manolo no tuvo suerte en la vida. Yo quiero pensar que vivir con intensidad la vida, ser fiel a tus principios, luchar con todas tus fuerzas, sentirse querido y amado, tiene que ver con ser afortunado y ser exitoso. Y en este sentido lo bordó.

De todo lo bueno que ocurrió ese día, me quedo con su recuerdo y con su presencia no presente, porque pienso que los que son Grandes nunca se van, permanecen para siempre en el pensamiento y en el corazón con lo que compartieron experiencias con ellos. No sé cuando me iré de este mundo, sólo sé que lo que gustaría dejar en la gente con la que me relacione (mi familia, mis amigos, mis compañeros) la impronta y la inspiración que él dejó.

Te queremos, te echamos mucho de menos, te sentimos con nosotros. BE TIM.

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