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La tabla de surf

Miguel Ángel Luque

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He tenido la oportunidad de disfrutar de unos días en la playa con la familia. El tomar el sol, los baños en el mar invitan al relax y a resetear la cabeza, aunque lo que no he podido hacer es dejar de escuchar (deformación profesional). Y entre muchas de estas conversaciones escuchadas furtivamente recuerdo la del niño que se acerca a su mamá y le dice: “¡Mamá, Jorge no me deja la tabla de surf!”. La madre responde: “¿pero tu se las pedido bien?”, a lo que el niño setencia:“Síiiii... le he dicho ”¡¡¡Dame la tabla ahora mismo!!!!!.

Cuantos conflictos generamos las personas porque no sabemos pedir, ni tampoco ofrecer. Según Rafael Echeverría, padre de una de las líneas de Coaching más influyentes, el Coaching Ontológico, las peticiones y ofertas son actos lingüísticos fundamentales que se concentran dentro de la categoría de Promesas. Básicamente, una Promesa busca que otras personas u organizaciones, realicen una acción bajo unas condiciones y especificaciones.En el caso de la petición se hace en el presente buscando una acción o acciones en el futuro. En la oferta, se propone a otros llevar a cabo una acción o acciones a futuro. Cuando realizo una promesa, ya sea petición u oferta, me comprometo por 2 vías: primero a que voy a realizarla y segundo a  que poseo la competencia suficiente para poder llevarla a cabo, según unas condiciones de satisfacción estipuladas.

En el caso que nos ocupa, el de la Petición de nuestra tabla de surf, aparecen una serie de incompetencias a la hora de realizarla. Pasamos a enunciarlas:

1. Hacer peticiones incompletas. Ejemplo: “Dame eso”.

2. No hacer peticiones que deseas hacer. En nuestro ejemplo no haberle pedido a Jorge la tabla de surf, por vergüenza, falta de confianza, poca relación, etc

3. No atender el tono de la petición y el impacto de la misma, en esta ocasión un tanto agresivo.

4. No pedir por temor a comprometer el futuro. “No le pido la tabla a Jorge ¡porque mañana me la va a pedir a mi!.

5. Faltar a las promesas sin preocuparse. Jorge dice: “Vale ahora te la dejo”.... y todavía lo están buscando...

Para evitar esto tengamos en cuenta los elementos clave que forman parte de una Petición: Quién pide; Quién escucha la petición; Acción que tiene que realizar; Condiciones de satisfacción; Tiempo; Verbo empleado; Contexto; Grado de confianza.

De los anteriores el verbo empleado es muy relevante sobre todo cuando se emplea en las Organizaciones. No es lo mismo decir “Te ruego que” a un “Te exigo”, “Te ordeno”, “Te aconsejo”. Un antiguo compañero tenía la siguiente teoría: “ A los jefes se les Ruega, a los iguales se les Solicita y a los subordinados se les Pide”.

En resumen, el amigo de Jorge podía haber optado por una petición algo más empática y siguiendo con los tips arriba explicados haber transformado su petición original en algo así como: “Jorgeeeeee..... porfaaaaa ¿me dejas 5 minutitos la tabla de surf para divertirme como túuuuu?” todo esto acompañado de una mirada tierna y emotiva, tipo gato de Shrek. Si no diese resultado, el Plan B sería cambiar el verbo por un  “te lo ruego, te lo suplico, te lo imploro”. El Plan C, quitarle la tabla y salir corriendo. ;-). BE TIM.

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