A por un buen principio y un mejor final

¿Y si marcamos primero? ¿Y si sucede al contrario? ¿Cómo nos comportamos ante un empate? ¿Qué hacer en unos últimos minutos apretados? Sandoval lleva días trabajando en todos los escenarios posibles. No quiere que se le escape detalle. En su última comparecencia ante los medios en Córdoba se mostró brutalmente sincero. “Me preocupan los últimos veinte minutos, que sepamos qué hacer y cómo conseguir nuestro objetivo”, advirtió. El reto, obviamente, es solo uno: ganar. Los tres puntos darían a los blanquiverdes un billete de salida de la zona de descenso -donde llevan enquistados desde el mes de octubre del año pasado- a falta de una jornada. Un premio de lo más suculento.

En la Ciudad Deportiva Dani Jarque ha trabajado su plan un Córdoba que se llevó a 21 futbolistas. Todos los disponibles exceptuando a Josema y Javi Noblejas, los dos descartes habituales. Sandoval ha querido hacer un último ensayo con la mayor fidelidad posible. Nada de desentumecer músculos, pegar unas carreritas y al hotel. No era el caso. Quiere el de Humanes que el nivel de activación mental de los suyos sea espectacular. Mejor incluso que el que demostraron hace un par de semanas en Madrid venciendo al Rayo en Vallecas. Fueron capaces de doblegar, de manera convincente, a un conjunto que va camino de Primera. Ahora se cruzan con un Reus que ya lo tiene todo hecho -está salvado desde hace unas jornadas- y que tiene en sus estadísticas globales sus argumentos más intimidantes: en su estadio solamente ha perdido dos partidos de los 20 disputados. Eso sí, ha empatado 16 veces en lo que va de curso; el que más. El Córdoba, por su parte, no es un adicto a las igualadas. Sin goles no lo ha hecho jamás esta temporada y es el único equipo en las tres primeras categorias del fútbol español que presenta ese dato.

La ausencia de Guardiola fue la gran novedad de la última sesión blanquiverde. El futbolista jumillano, a punto de ser padre, regresó a Córdoba con el permiso del club para asistir al alumbramiento de su primera hija. La entidad, a través de un comunicado, expresó que hará lo posible para que el máximo goleador esté presente en Reus este domingo. Su ausencia, sin embargo, no es descartable. Sandoval ya perfila un plan alternativo.

El Reus recibe un promedio inferior a un gol por partido -37 en 40 jornadas-, pero tiene una espina con el Córdoba. Los blanquiverdes les endosaron en la primera vuelta un 5-0 que queda como la mayor paliza recibida por los catalanes en la categoría de plata. En aquella ocasión llegaban como el equipo menos goleado de la competición, pero esa etiqueta la hicieron trizas los blanquiverdes con una actuación impecable. Aquel tanteo, sin embargo, no sirvió como punto de arranque para una reacción. Esta llegó más tarde, cuando se fraguó el cambio en la propiedad y llegó para ocupar el banquillo José Ramón Sandoval. Con el madrileño al frente, el Córdoba siempre ha marcado. Lleva un total de 16 partidos consecutivos firmando goles en Liga; si lo vuelve a hacer en Reus habrá batido un récord histórico del club. Si además le sirve para ganar, la fiesta será tremenda.

“Son partidos en los que, si te adelantas en el marcador, varía el sistema de ambos equipos. Hay conjuntos que, adelantándose en el marcador, son difíciles de contrarrestar. Adelantarse en el marcador significará el arriesgar lo suficiente, temporizar y jugar a que se equivoquen. Si se adelantan ellos tendremos que ir a tumba abierta. El que arriesga muchas veces se lleva los puntos. Hay que jugar con mucha inteligencia”, manifestó Sandoval antes de partir hacia Barcelona. El Córdoba, por cierto, no suele marcar en los primeros quince minutos y concentra su mayor producción goleadora en el último cuarto de hora.

El once es una incógnita. Sandoval puede meter alguna de sus clásicas sorpresas para batir al Reus en un partido clave, rodeado de suspicacias -la rivalidad entre los reusenses y en Nástic, directamente perjudicado si el Córdoba gana- y en el que la grada volverá a ser uno de los centros de atención. La peña Sangre Blanquiverde ejercerá como anfitriona de la caravana de valientes que se desplaza desde Córdoba. El grupo hizo piña y recordó en plan previsto en las instalaciones deportivas del Espanyol, que acogieron el último entrenamiento del Córdoba lejos de su hogar en esta turbulenta temporada.