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Un siglo y medio de cachondeo gráfico en la Casa Góngora

Imágenes de la muestra Sátiras de papel. 150 años de humor gráfico / ALEX GALLEGOS

Juan Velasco

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Hoy en día “hay mas autocensura” en el humor gráfico de la que había en la época de Isabel II. A esta conclusión ha llegado el periodista Juan Luis Pavón, comisario de la exposición Sátiras de papel. 150 años de humor gráfico en España con la firma de diez andaluces, que se podrá visitar desde este viernes hasta el 25 de marzo en la Sala Galatea de la Casa Góngora.

La muestra, que exhibe en el marco de las VI Jornadas de Cómic e ilustración TE-BEO en la calle, traza un divertido recorrido por el humor gráfico andaluz y español, desde una de sus principales figuras, el caricaturista sevillano Luis Mariani, un tipo que “se jugaba la cárcel” y que se “autofinanciaba” allí donde publicaba sus chistes, en los que hacía mofa de “todas las clases sociales”, desde el clero a la monarquía. Algo muy en la línea de lo que podría ocurrir en la España de hoy, con la diferencia, según remarca Pavón, de que esto ocurría en la del reinado de Isabel II.

A partir de la obra de este pionero, la muestra va trazando una imagen del caricaturismo español, del propio país, sus políticos y sus habitantes, con paradas en el primer tercio del siglo XX, con dibujantes como Martínez de León y López Rubio; la dictadura, vista desde el lápiz de Vázquez de Sola, Juan Ballesta, Manuel Summers y Martín Morales; hasta la transición y la época actual, en la que sobresalen, por un lado, José Luis Castro Lombilla y el tándem Idígoras y Pachi; y por otro el sevillano Miguel Brieva, que ya incorpora al humor gráfico español trazos del cómic adulto y underground norteamericano.

Según Pavón, la muestra es una exhibición del poderío andaluz en el humor gráfico español, dado que estos autores, que posteriormente se mudaron a Madrid pues en la capital estaba el poder editorial, dieron sus primeros pasos en Andalucía. Por su parte, Mercedes de Pablos, directora del Centro de Estudios Andaluces -que ha impulsado esta muestra-, remarcaba que es una exposición para pararse a ver los dibujos y aprender. “Tiene muchas lecturas”, remata de Pablos, que resalta que permite ver la evolución de la creación y el diseño español y andaluz en el último siglo y medio.

También permite vislumbrar cómo el progreso ha vuelto a la sociedad menos incisiva y más juiciosa, de modo que incluye chistes que difícilmente tendrían cabida en la actualidad. Bromas machistas, sobre la religión, sobre ETA… A todo le sacaban punta estos dibujantes con su lápices en un país en el que algunos semanarios de humor gráfico llegaron a vender 30.000 ejemplares.

Además, la muestra también permite ver cómo estos dibujantes predijeron el futuro. Algunos, como Juan Ballesta, ya adelantaron la dependencia de las tecnologías, mientras, en otro lugar de la exposición, un dibujo muestra a un nazareno firmando autógrafos a los turistas, algo que bien podría ocurrir en la próxima Semana Santa.

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