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Un rompecabezas a falta de piezas

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Paco Merino

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Terminó el partido en el campo del adversario, apretando de manera conmovedora, comido por la rabia y la impotencia, sintiendo cómo una vez más se le escapaba un partido en el que tuvo sus opciones de llevarse algo. El Córdoba quiere pasar de lo imposible a lo improbable. En La Romareda se cruzó con un Zaragoza que no es ni sombra de lo que fue. Los maños lo pasaron francamente mal para quedarse con una victoria que les aleja de los puestos de abajo, esos en los que los blanquiverdes siguen chapoteando dramáticamente.

El equipo es un rompecabezas al que le faltan piezas. En Zaragoza tuvo que sobreponerse a sus taras de fabricación y a los obstáculos que se le presentaron. Edu Ramos, un tipo clave para sostener el debilitado entramado, se lesionó al cuarto de hora. Eso forzó a Romero a meter a Loureiro y cambiar de sitio a algunos. Kieszek estuvo soberbio y salvó a los suyos en los peores momentos -detuvo un penalti a Borja Iglesias, entre otras medallas-, pero no fue suficiente. Alfaro, recién salido al campo, tuvo en sus botas el punto que hubiera puesto a hervir la olla cordobesista. Pero marró su penalti en la misma portería en la que lo había hecho en la primera parte un Zaragoza que tuvo que sudar sangre ante un Córdoba que ansía la llegada de refuerzos para elevar su nivel. Si eso es suficiente está por ver.

Romero hizo debutar a Álvaro Aguado como titular en un once experimental, como otros tantos que se ha visto forzado a componer el joven entrenador cordobés en los últimos tiempos. El mediocentro jiennense resultó la novedad más impactante en un equipo en el que, por otra parte, tampoco había mucho que remover. Lo que hay es lo que se ve. A partir de ahora llegarán refuerzos a un ejército diezmado, que se presentó en La Romareda, un escenario de fuste, con una ilusión erosionada por las dudas y las urgencias.

La puesta en escena resultó interesante por parte de los cordobesistas, que se comportaron con el ardor que exigen sus complicadas circunstancias. En actitud ha habido cambios, resulta evidente. El mensaje del “doscientos por ciento” que lanzó su nuevo presidente, Jesús León -que estaba en el palco-, pareció calar en el grupo. Una falta que terminó saliendo ligeramente por encima del larguero, lanzada por Javi Lara tras una eléctrica incursión de Javi Galán, fue el primer testimonio ofensivo de un Córdoba que salió con nervio. Que el equipo es un imán para los problemas quedó de manifiesto al cuarto de hora, cuando Edu Ramos pidió el cambio entre gestos de dolor echándose las manos a la rodilla y entre lágrimas. Romero metió el campo a Loureiro, enviando a Fernández a la izquierda. Guardiola, hipervigilado, apenas recibía ningún balón. Jovanovic andaba algo perdido en esos instantes -luego fue a más- y Javi Galán era el más incisivo.

En un lugar similar al de la primera falta con peligro, Javi Lara la puso en la escuadra y Cristian Álvarez la rechazó con los puños. El Córdoba iba con decisión, a pecho descubierto. Su arrojo le reportó riesgos. Y el Zaragoza, en su primera llegada, aprovechó para romper el equilibrio en el tanteador. Un balón perdido en el mediocampo terminó con un pase filtrado de Zapater entre los centrales a Pombo, que batió a Kieszek en su salida desesperada.

Un momento crítico llegó en el minuto 35, cuando el colegiado señaló el punto de penalti después de que un disparo de Ros fuera interceptado con la mano por Joao Afonso en su intento de ejercer como muro. Lanzó Borja Iglesias y Pawel le vio la intención. El polaco detuvo en un paradón sensacional y dio vida al Córdoba, que tuvo un subidón inmediato. Jovanovic, pocos segundos después, se plantó delante del portero maño y lanzó un disparo en globo que desvió, con muchísimos problemas, Cristian Álvarez. Y en el último suspiro de la primera parte, otra intervención brutal de Kieszek ante un latigazo en carrera de Pombo evitó males mayores para un Córdoba esforzado, pero con pocas armas y timorato atrás. Joao Afonso dio el cante unas cuantas veces y las bandas dejaban también ciertas dudas.

Una falta lejana lanzada por Zapater provocó el primer susto al Córdoba tras el descanso. Los de Romero insistían en su propuesta. Mantener la pelota y presionar tras pérdida, buscando el desborde por las bandas para atacar especialmente por el flanco de Javi Galán. Y el balón parado de Javi Lara, siempre ahí. El Córdoba apretó. A su modo, claro. Con más rabia que acierto. La posesión era suya, pero los maños picaban cuando podían. Kieszek siguió a lo suyo y metió un pie salvador para evitar el gol de Zapater.

Natxo González hizo debutar el único fichaje invernal de los maños, Jesús Alfaro -hermano de Alejandro Alfaro, capitán blanquiverde-, para abordar el último cuarto de hora en medio de un clima de cierto nerviosismo. El Córdoba no se rendía. Romero metió a Alfaro por Loureiro para incentivar la presencia en ataque. Y al Córdoba le llegó por fin la gran oportunidad que merecía. A falta de poco más de diez minutos, Lasure derribó con claridad a Jovanovic en el área y Sagués Oscoz pitó penalti. Lo tiró Alfaro y Cristian Álvarez lo detuvo, dejando al de La Palma frustrado y al Córdoba fuera de sí.

El árbitro dio cinco minutos de alargue, la grada de La Romareda protestó a tope y los cordobesistas se lanzaron arriba sin ningún tipo de miramientos, al todo o nada. Markovic pudo marcar, pero su  disparo lo rechazó un defensa en la trinchera que tenía ya montada la escuadra maña en torno a Cristian. Salió el central Jesús Valentín -que suena para el Córdoba- con la idea de proteger el resultado en los instantes postreros. Markovic lo intentó hasta de tacón. No hubo manera.

FICHA TÉCNICA

ZARAGOZA, 1: Cristian Álvarez, Alberto Benito, Grippo, Verdasca, Lasure, Zapater, Eguaras, Javi Ros (Jesús Alfaro, 74'), Febas (Vinicius Araújo, 86'), Pombo (Jesús Valentín, 90') y Borja Iglesias.

CÓRDOBA, 0: Kieszek, Fernández, Caro, Edu Ramos (Loureiro, 15') (Alfaro, 77'), Joao Afonso, Javi Galán, Álex Vallejo (Markovic, 67'), Javi Lara, Jovanovic, Aguado y Sergi Guardiola.

ÁRBITRO: Sagüés Oscoz (Comité Navarro). Amonestó con tarjeta amarilla al local Verdasca y a los visitantes Fernández y Joao Afonso.

GOL: 1-0 (19') Pombo.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vigésimo cuarta jornada de Liga 1|2|3, disputado en el Estadio de La Romareda ante unos 11.000 espectadores, con la presencia en las gradas de un centenar de cordobesistas y el nuevo presidente blanquiverde, Jesús León, en el palco.

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