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¿Cómo reparamos la grieta?

Josema, Kieszek y Galán discuten en Granada tras encajar un gol | ANTONIO L. JUÁREZ/LOF

Rafael Ávalos

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Todavía es pronto para que salten las alarmas. No en vano, la temporada es tan larga que un mal comienzo no ha de suponer, no al menos a la fuerza, el adelanto de un desenlace dramático. Lo cierto es, sin embargo, que la situación es preocupante para el Córdoba, que encara su futuro más inmediato con cierta inquietud. Sobre todo, con un nuevo encuentro lejos de El Arcángel y ante un rival, a priori, de gran dificultad. El conjunto blanquiverde mira al próximo sábado, día en el que visita a un Valladolid que aunque perdiera este domingo ante el Huesca se ocupa en la zona noble de la tabla. Y el pucelano es además el segundo conjunto con más gol de la categoría. Un dato que, desde luego, no es alentador para un cuadro califal que hasta el momento completa un más que discreto balance inicial. Está al borde del descenso, es el que más pierde y el segundo que más tantos recibe en Segunda A.

La derrota del pasado sábado reabre de nuevo una crisis que bien pareciera resuelta tras vencer al Tenerife. En Liga, porque antes de caer en Granada el Córdoba perdió por un contundente 1-4 ante los canarios para decir adiós a la Copa. Sea como fuere, el tropiezo en el Nuevo Los Cármenes supuso un golpe cuyo efecto primero fue el aturdimiento generalizado. Quizá porque el precedente era otro mazazo. El principal problema fue en tierras nazaríes, una vez más, la fragilidad defensiva. Probablemente escaseó el acierto en ataque, pero es atrás donde el conjunto blanquiverde se mostró peor en lo que va de campaña. Tanto que hoy por hoy queda claro que es necesario dar un giro radical al comportamiento en la retaguardia, y no sólo por parte de la zaga sino de todo el plantel. Con los tres goles que encajó en el derbi del reencuentro con José Luis Oltra, la escuadra de Carrión alcanzó la cifra de once dianas en contra.

Sólo un rival de plata recibió más en las primeras seis jornadas. Se trata de la Cultural Leonesa, con trece. Mientras, por detrás los que más se le aproximan por ahora son el Gimnàstic de Tarragona con diez tantos y el Albacete con nueve. Esa estadística ya resulta llamativa por sí sola, pero existe otra más dolorosa. En los tres partidos más recientes del campeonato de Liga, y en las dos últimas salidas, el Córdoba encajó un total de siete goles. Un guarismo que, no cabe duda, es impropio de un equipo que quiere pugnar por lo máximo. Aunque sea por la vía del play off. Ese boquete es, por tanto, el quebradero de cabeza fundamental de los blanquiverdes, que habrán de recomponer la figura ante el que es, precisamente, segundo máximo goleador de la categoría. El Valladolid marcó tanto como recibió el cuadro califal.

Ese dato aparece como esclarecedor a la hora de entender otro que viene a ser una consecuencia directa. El Córdoba cerró la sexta jornada del campeonato de Liga, y aunque aún deben jugar -este lunes- el Barcelona B y el Lugo, como el conjunto con más derrotas de Segunda A. En total, perdió cuatro encuentros, dos de ellos en El Arcángel y los otros dos con contundencia (4-0 en el Mini Estadi y 3-1 en el Nuevo Los Cármenes). Luis Miguel Carrión repitió en no pocas ocasiones que no le gustan los empates, pero a buen seguro nunca pensó que la alternativa fuera ceder tanto. Los califales acumulan tantos tropiezos como el Albacete, en posiciones de descenso. Y eso que los manchegos se impusieron en la tarde del domingo al Real Oviedo (2-1). De ahí que sea sencillo comprender cómo la escuadra blanquiverde mira a su último duelo de septiembre al borde del precipicio: es decimoséptimo con un punto de ventaja sobre el Lorca, ya en zona de caída directa a Segunda B.

La inquietud es mayor si se tiene en cuenta el balance, ya concluido, del equipo en Copa del Rey. El Córdoba consiguió superar su primera eliminatoria -segunda ronda- con claridad, pero encajó dos tantos. Después de colocarse con un rotundo 0-4 a su favor, rebajó su nivel de tensión y permitió al Lorca anotar dos tantos. Aun así, nadie imaginaría entonces lo que vendría poco después. El Tenerife visitó El Arcángel sólo tres días después de perder en Liga y le endosó a los califales un claro 1-4. Es decir, los de Carrión encajaron otros seis goles en el torneo del KO, lo cual eleva la cifra global -en competición oficial- a diecisiete. Con los números en la mano queda claro, de esta forma, que es prioritario, y tiene carácter de urgencia, el arreglo en labores defensivas. La pregunta de estos días es siempre la misma: ¿Cómo reparamos la grieta?

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