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Una familia denuncia el trato de Sadeco hacia su perro tras ser atropellado

La familia muestra una imagen del perro y la hoja de reclamaciones en Sadeco | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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Una familia ha denunciado públicamente el trato que Sadeco tuvo hacia su perro atropellado el pasado martes 5 de septiembre. Los hechos ocurrieron en la Avenida de Libia, cuando el animal fue arrollado por un coche. La familia, del barrio de La Fuensanta, estuvo durante doras buscando al can. Sin embargo, una foto de un perro subida a un grupo de Facebook hizo que los dueños reconocieran a aquél como su perro. Tras varias horas “de incertidumbre”, el cadáver del animal acabó en el vertedero de la carretera de Granada, de donde no se puede recuperar. Sadeco ha pedido disculpas a la familia por haberse saltado el protocolo y el trabajador ha sido expedientado. Pero la familia se plantea acudir a los tribunales.

La noche del martes, el perro se encontraba jugando “suelto durante un rato y se despistó. Fue ahí cuando nos dimos cuenta y empezamos a buscarlo”, explica Marina Romero, hija de los dueños del perro y que ha difundido su caso por redes sociales. Sobre las dos de la mañana, la familia vio en Facebook la imagen de su perro, contactaron con la autora de la foto y ella les relató lo que había ocurrido. “Un coche arrolló a mi perro, lo apartaron de la carretera y lo pusieron en la acera. Después, llamaron a Sadeco para que se hiciera cargo del perro. A la media hora aparecieron y se lo llevaron”, cuenta Romero.

Tal y como comenta la joven, “fueron los trabajadores de ese camión los que explicaron el protocolo a seguir. Aseguraron que llevarían al perro al Centro de Control Animal (CCA) de Sadeco para pasarle el lector del chip el miércoles por la mañana ya que ahora por la noche no había personal”. Aún así, la familia de Marina llamó al CCA pero nadie les atendió.

Tras esto, los familiares de Marina decidieron llamar a Sadeco para ver “si podíamos ir al centro”. Sin embargo, “nadie tenía constancia de que mi perro hubiera sido recogido”. Después de realizar varias llamadas tanto a Sadeco como a la Policía Local, fue el propio capataz de Sadeco quien se puso en contacto con la familia. “Fue él quien nos dijo que ningún camión de su ruta había dejado constancia de haber recogido a un perro, por lo que toda la basura se tiró al vertedero”. Entre los residuos, el cuerpo del animal. Tal y como cuenta Romero, el capataz les reconoció “el trabajador no siguió el protocolo establecido y llevó al perro directamente al vertedero, de donde ya no se podía recuperar por la cantidad de basura que habían vertido”.

Ante esta situación, los familiares de Marina acudieron al día siguiente a Sadeco e interpusieron una hoja de reclamaciones tras ser asesorados por Facua. Después de diez días, Sadeco ha contactado con la familia “lamentando los acontecimientos” y asegurando que se esclarecerán los hechos. Además, han declarado fuentes municipales a este periódico, Sadeco ha reconocido los errores cometidos y ha asegurado que al trabajador se le ha abierto un expediente.

Según establece el artículo 19 de la Ordenanza Municipal de Sadeco en materia de control animal, “los perros vagabundos y los que, sin serlo, circulen dentro del caso urbano o vías interurbanas desprovistos de collar serán recogidos por el órgano gestor o servicio municipal competente y conducidos al Centro de Control Animal establecido al efecto”. Asimismo, el artículo 18 también señala que no se considerará perros vagabundos si el animal tiene una medalla de control sanitario. Según cuentan los familiares, su perro tenía este collar y su chip identificativo.

Dado que ningún órgano puede certificar la muerte del animal -y ningún veterinario puede constatarlo, como recoge la ordenanza municipal- el perro de la familia Romero consta como vivo y no pueden desactivar su chip identificativo, con los gastos que ello supone. Por ello, los propietarios del can consideran que “seguirán actuando porque una hoja de reclamaciones es insuficiente para lo que ha pasado. Por último, recuerdan que ”el artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de los animales dice que hay que tratarlos con respeto, ya sea muertos o con vida“. Paqui Trenas, la mujer que realizó la fotografía al perro, ha iniciado una recogida de firmas a través de Change.org ”para que esto no vuelva a pasar“.

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