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A todo motor en el inicio del vuelo

Las jugadoras del Adesal celebran el triunfo ante el Alcobendas | ÁLEX GALLEGOS

Redacción Cordópolis

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Ajustado pero agradable. Los triunfos cuando lo son por la mínima también saben muy bien. Incluso, en ocasiones, mejor que si llegan de manera contundente. Aquello de la victoria pírrica es sólo cuestión de grandilocuencia. Más vale resultar vencedor, y más aún si el desenlace es producto de una demostración de virtudes. Así es como, de cualquiera de los modos, se construye el futuro alguien ambicioso por mucho que sea desde la humildad. El sacrificio y la constancia, además de la calidad, son palabras definitorias del carácter del Adesal, que este domingo arranca un nuevo campeonato liguero en División de Honor Plata con fiesta final. Porque el conjunto cordobés supo sobreponerse a los escollos que por delante le pusiera su rival para alcanzar sus dos primeros puntos del curso. Las de Paco Bustos se impusieron, no sin esfuerzo, a uno de los máximos aspirantes al asenso a Liga Loterías, el Alcobendas, por 18-17.

La primera parte resultó extraña. No en vano, los errores predominaron sobre los aciertos. Pérdidas en balón, lanzamientos claros que se marchaban al limbo… Al Adesal le costaba mucho entrar en el choque. Y eso que el Helvetia Alcobendas no estaba demasiado fino. Así, al cuarto de hora se llegó con apenas cuatro goles. Y con un resultado favorable a las madrileñas: 1-3. El encuentro era entonces muy físico y estaba marcado por el nivel arbitral de dejar jugar ante situaciones de peligro para las jugadoras. Hasta tal punto que Raquel Llopis fue descalificada con roja directa por cortar a Alba Sánchez en un contraataque agarrándola del cuello. Pero el cuadro visitante, descendido el año pasado de División de Honor, seguía con elmandato en el marcador.

A cinco minutos del descanso, el 5-9 del electrónico enmudecía el Pabellón de La Fuensanta. Y eso que el conjunto de Paco Bustos lo intentaba una y otra vez con penetraciones de Espe López, Coral Ramos o los intentos de meter balones a seis metros. Tuvo que parar el partido el técnico local casi al minuto 26 para dar las últimas indicaciones a sus jugadoras. En ese tiempo muerto reordenó el ataque y arregló la defensa y consiguió, al menos, recortar mínimamente la diferencia en el tanteador. En la marcha a vestuarios, el tanteador mostraba un todavía abierto 7-10. Todo estaba aún por jugarse y decidirse.

La segunda mitad arrancó como la primera. El Alcobendas marcaba las diferencias en la faceta anotadora. En seis minutos de la reanudación se fue en el marcador con una ventaja de cinco goles (8-13). Pero el Adesal se enganchó a su afición y a su primera línea. Con Fátima Souré, Espe López y Alba Sánchez empezaron a llegar balones a Eva Márquez, Alicia Torres y Andreea Marin. Del 8-13 se pasó al 12-15 a falta de diez minutos. Toda La Fuensanta cantaba el “sí se puede”. Y más cuando a menos de tres minutos del final el luminoso marcaba un 18-17 que hacía que los presentes se frotaran los ojos.

Todo el partido anduvo a contracorriente el cuadro cordobés y en ese momento lo tenía ahí. Pasó de todo en el último tramo del choque. Un fallo en cada una de las porterías, dos tiempos muertos, los dos banquillos a voz en grito y sólo un ganador. Ése fue el conjunto fuensantino, con ese ADN de sufrimiento, de no rendirse ante las adversidades, de luchar más allá de la razón. Con eso consiguió los dos primeros puntos de la temporada ante el gran favorito al ascenso.

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