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El Reina Sofía investiga la prevención de enfermedades con elevada mortalidad en prematuros

Los responsables de la investigación, en el área de Pediatría.

Redacción Cordópolis

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El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba investiga la prevención de enfermedades con elevada morbimortalidad en pacientes prematuros de muy bajo peso. Concretamente, profesionales de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Pediatría y del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) desarrollan un proyecto de investigación denominado 'D-PREM: Influencia del estatus materno-filial de vitamina D en recién nacidos prematuros menores de 32 semanas, con menos de 1.500 gramos y morbilidad respiratoria'.

Al respecto, la Asociación Española de Pediatría ha concedido el premio de investigación en pediatría 2017 en el último congreso nacional a este trabajo, en el que participan investigadores de las diferentes áreas pediátricas del hospital cordobés: Inés Tofe Valera, Maria José de la Torre, Victoria Rodríguez, Javier Caballero, de la unidad de Análisis Clínicos, Enriqueta Benítez Ortega, del equipo de Enfermería Pediátrica y el director de la UGC de Pediatría Juan Luís Pérez-Navero, según informa el Gobierno regional en una nota.

El objetivo de la investigación es conocer los niveles de vitamina D en recién nacidos prematuros de muy bajo peso para optimizarlos desde el momento del nacimiento y mejorar la supervivencia a largo plazo. Asimismo, se persigue prevenir y disminuir las secuelas de enfermedades con elevada morbimortalidad, que podrían evitarse en este grupo de edad, que frecuentemente padecen broncodisplasia pulmonar (DBP).

La DBP es una enfermedad pulmonar crónica que provoca una disminución del crecimiento de los pulmones --especialmente de las vías aéreas y de los vasos pulmonares--, como consecuencia de múltiples factores. Este hecho provoca que los pacientes puedan presentar en el resto de su vida una limitación importante en la función respiratoria. La broncodisplasia pulmonar constituye una de las secuelas más frecuentes de la prematuridad.

En este contexto, la investigación desarrollada por la UGC de Pediatría del hospital busca estandarizar los niveles óptimos de vitamina D y conocer sus aportes necesarios reales, dado que podría tener un efecto protector especialmente sobre los recién nacidos prematuros inmaduros de muy bajo peso, dado que estos pacientes reciben fundamentalmente nutrición parenteral y en ocasiones cuando estan más estables nutrición enteral con leche materna o fórmulas lácteas.

Según manifiesta la pediatra del hospital e investigadora principal del proyecto, Inés Tofe, “desde el momento del nacimiento podríamos optimizar los niveles de vitamina D e iniciar una prevención primaria de enfermedades con elevada morbimortalidad. De hecho, se ha demostrado que el 100% de los niños ingresados en la UCI Neonatal que desarrollaron broncodisplasia pulmonar, presentaron déficit de vitamina D en sangre de cordón”.

El déficit de vitamina D está relacionado con un incremento de la patología respiratoria no sólo a edades precoces, sino también durante los primeros años de vida. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el déficit de vitamina D es una nueva pandemia del siglo XXI, siendo prioritario implantar programas que suplementen y de seguimiento, especialmente en grupos de riesgo de la población como los recién nacidos prematuros inmaduros.

En esta línea, el director de la UGC de Pediatría, Juan Luis Pérez Navero, ha manifestado que “dado el efecto antiinflamatorio, inmunomodulador y antibacteriano de la vitamina D, esta línea de investigación abre nuevos retos no solo en los niños, sino también en las gestantes, puesto que se ha descrito una disminución de la incidencia de prematuridad en las embarazadas con niveles adecuados de vitamina D, así como menores pérdidas fetales y menor incidencia de partos instrumentales y cesáreas”.

El proyecto de investigación del Hospital Reina Sofía se desarrolla con recién nacidos prematuros y sus madres, en el hospital Materno-Infantil, con el fin de prevenir patología evitable. “Todo ello repercutirá beneficiosamente en la salud de las gestantes, en el feto y recién nacido prematuro inmaduro, mejorando la calidad y disminuyendo las secuelas y los costes sanitarios que conllevan ingresos hospitalarios prolongados en Neonatología por patología evitable”, añade el responsable de Pediatría del hospital.

Cabe destacar que la vitamina D presenta múltiples funciones a nivel celular y un amplio efecto beneficioso en diversos sistemas del organismo. Entre sus implicaciones clínicas se ha descrito efecto antiinflamatorio, inmunomodulador y antimicrobiano.

El déficit de vitamina D es una patología que alcanza cifras alarmantes con consecuencias perjudiciales en la salud pública. En España, a pesar de que es un país con muchas horas de sol, el nivel de vitamina D3 en la sangre disminuye año tras año debido a los cambios de la población en los hábitos alimenticios y de comportamiento con abandono cada vez más creciente de la dieta mediterránea, lo que conlleva al desarrollo del síndrome metabólico con aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes mellitus tipo 2 y mayor mortalidad.

Los niveles adecuados de vitamina D son claves para evitar el raquitismo en niños, sobre todo en los recién nacido de riesgo. La vitamina D es fundamental para permitir la absorción intestinal de calcio y fósforo en sus formas solubles. Estos dos compuestos son esenciales, en especial para los niños y las personas mayores, puesto que su estructura ósea reclama continuamente calcio, y en menor medida fósforo.

Por tanto, si no hay niveles adecuados de vitamina D en la sangre, no habrá buena absorción intestinal del calcio y el desarrollo óseo no podrá aumentar. El resultado es un crecimiento menor, raquitismo en lactantes y menores de pocos años.

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