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Daniel Jiménez: “Cervantes era plagiarista”

Daniel Jiménez, con la portada de 'Los detectives salvajes'.

Juan Velasco

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Daniel Jiménez Palencia (Madrid, 1981) no es exactamente el protagonista atormentado de su primera novela (‘Cocaína, Premio Dos Passos), ni tampoco el César Ruiz-Tagle, de ‘Los Escritores Plagiaristas’, el último juego literario publicado en Bandaaparte. No es ninguno de los dos y es los dos al mismo tiempo. Porque Jiménez se presta a aquello que dijo Henry Miller de que “la literatura será autobiográfica o no será”.

Jiménez es todas las voces de su cabeza. Pero también un camarero que trabaja 40 horas y escribe en los huecos que le presta la vida. Eso que, para un escritor, ocurre cuando no está leyendo, escribiendo y, aparentemente, plagiando a todo y a todos.

En uno de esos huecos se ha colado Cordópolis para que el escritor hable un poco del ‘Movimiento Plagiarista’ que lo vincula con Córdoba a través de Bandaaparte.

PREGUNTA. Tras leer el libro, lo primero es saber en qué bar nace 'El Movimiento Plagiarista'

RESPUESTA. El Movimiento plagiarista nace a la salida de un antro cualquiera, se gesta en la sobremesa de El Greco y se expande en bares como Hermanos Campa y la mezcalería La Catrina. Pero, por su naturaleza y sus intenciones, todo esto podría haber pasado en cualquier otro lugar.

P. La puesta de largo con ‘Doce Cuentos del Sur de Asia’ fue un tanto gamberra, casi como una despedida de soltero. Con este segundo volumen ya habéis querido poner blanco sobre negro las reglas del movimiento y llamarlo por su nombre.

R. Doce cuentos del sur de Asia fue la primera traslación de casi todos los postulados del Manifiesto. Los escritores plagiaristas es la plasmación de los que faltaban. Ambos libros funcionan ahora como una radiografía de nuestras motivaciones y de nuestros objetivos. Ambos libros son la explicación de algo que es demasiado difícil de explicar, aunque lo estemos intentando entre todos.

P. Como el El Club de la Lucha. ¿La primera regla es que no hay reglas? ¿Todo es plagiable?

R. Todo está permitido, salvo el plagio vulgar o ilegal. La única regla que está detrás del Movimiento es la lectura. Que otros se jacten de los libros que han escrito, decía Borges, que yo me jacto de los libros que me ha sido dado leer.

P. Por si a alguien no le queda claro, ¿Qué es plagiarismo?

R. El plagiarismo está presente en todos los escritores, porque todos ellos, lo admitan o no, crean a partir de otros textos. Todos venimos de un padre y una madre, y nuestros textos necesariamente están contaminados por los genes de quienes nos dieron la vida. Bolaño no hubiera existido sin Cortázar, que no hubiera existido sin Bioy Casares, que no hubiera existido sin Borges, que no hubiera existido sin toda la literatura precedente a él, y etcétera.

P. Leyendo el libro, hay dos cosas que no se me han ido de la cabeza. La primera es la frase de Jarmusch de que “lo importante no es de dónde sacas las cosas, sino a dónde las llevas”.

R. Bueno, lo cierto es que no es la receta, es el sabor final del plato. Todos sabemos que no hay dos croquetas en el mundo que sepan igual.

P. Lo segundo que me sobrevuela es que habéis hecho el primer trabajo de Sampling literario en España. Aunque más que sampling sean remixes o covers de otros autores. Me recuerda un poco a los discos de Dj Shadow y esa idea de coger lo antiguo, sacarlo de su contexto e insuflarle nueva vida.

R. No te creas. Hay un libro de Agustín Fernández Mallo que pasó más o menos inadvertido y que se llama El hacedor de Borges Remake, si bien es cierto que juega más con el apropiacionismo que con el plagiarismo. En realidad, un repaso a la literatura del siglo XX es suficiente para entender que todo está inventado y que la originalidad solo es una vuelta de tuerca más. Como dicen nuestros haters, con razón, no hay nada nuevo bajo el sol.

P. En el juego literario que proponeis, ¿dónde acaba la copia y empieza el original o viceversa?

R. Los textos de Los escritores plagiaristas son totalmente originales, si eso es todavía posible. Lo que ocurre es que derivan de otro texto, o a veces simplemente del estilo o el espíritu de otro autor, pero en ningún momento hemos actuado como una fábrica de réplicas.

P. Carver, Auster, Borges, Cortázar, Bolaño, y más cerca Vila-Matas y Loriga. ¿Hay poco, mucho o lo justo donde plagiar en España?

R. Amamos y admiramos a un escritor no por su lugar de nacimiento si no por la literatura que hace. Por eso Cervantes, sin ir más lejos, era plagiarista. Y Joyce también. Y Perec, y Calvino, y Stanislaw Lem. Y más, muchos más.

P. En el libro, al menos en espíritu, se aporta una visión un tanto romántica de ciertos autores, y luego una visión completamente triste y frustrante de la profesión -si es que escribir puede ser una profesión-. ¿Se busca en parte la parodia en esa confrontación o es todo, en realidad 'plagiarismo' a la visión sobre la escritura de Bukowski?

R. Es que los propios escritores nos hemos empeñado en hacer de nosotros figuras legendarias, batallando con la vida y con el lenguaje y con la posteridad al mismo tiempo. La literatura siempre ha sido un oficio, un empeño o una obsesión deficitaria y durísima, eso es cierto, pero también la albañilería, la soldadesca o la tauromaquia. Por ejemplo.

P. Pero ¿da de comer la literatura?

R. La literatura de por sí es un alimento. ¡Toma ya! Pero desde luego no creo que podamos vivir de ella si seguimos escribiendo este tipo de libros...

P. Imagino que un premio como el Dos Passos da para unos meses, pero no llena el estómago mucho más allá. Una vez que hemos desacreditado la visión romántica del escritor, hagamos lo propio contigo: ¿Cómo se las ingenia hoy en día un autor joven -de nada- en España?

R. En estos momentos soy encargado de un restaurante vegano en Madrid, y dedico todo el tiempo que me queda a seguir escribiendo. Después de ganar el premio Dos Passos pude dedicarme por completo a la escritura, pero no tengo claro si alguna vez me volverá a suceder algo así. Ocurra lo que ocurra, yo seguiré escribiendo.

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