Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Rafaela Carrasco logró espolear un sentir femenino sin ambages

Rafaela Carrasco anoche en el Gran Teatro | TONI BLANCO

Francisco Martínez Sánchez

0

Siglo de Oro, cuatro mujeres que vivieron en el XVI y XVII, siglos de esplendor y también sombras; cuatro mujeres que afrontaron sus vidas sin ambages: Teresa de Jesús, María de Zayas, María Calderón “La Calderona” y sor Juana Inés de la Cruz. La intemporalidad de la palabra y el texto parido desde la firme convicción en una concepción de la vida que solo fecunda rechazo e inconfesables acciones en sus coetáneos ha sido metamorfoseada en clave flamenca por Rafaela Carrasco. Nacida sombra se presentó ayer en el Gran Teatro con motivo del 37 Festival de la Guitarra Flamenca de Córdoba, despejando dudas a cerca de si el lenguaje flamenco debe solo amoldarse a determinadas normas estéticas establecidas como canónicas. La bailaora y coreógrafa Rafaela Carrasco desmonta con “Nacida sombra” estereotipos y tópicos asumidos como certezas. La dramaturgia de Álvaro Tato, como la voz en off de Blanca Portillo fortalecieron el mensaje pretendido, desde una feminidad combativa en aquellos años dramáticos; el convento o la defenestración como destino. 

El dramatismo de la seguiriya y Rafaela Carrasco encarnada en Teresa de Jesús, comienzo de una obra para la reflexión, porque los tiempos han cambiado poco. Baile ensimismado por momentos, arrebatador otros, como todos los que fueron sucediéndose: tarantos, romance, fandangos de Huelva, alegrías, guajiras, soleá… Florencia O’Ryan, Carmen Angulo y Paula Comitre encarnando a las históricas protagonistas, insuflando de nuevo vida al recuerdo, también al padecimiento, la soledad desencadenada por la incomprensión y el rechazo. Sin perder el epicentro flamenco, los bailes realizados fluctuaron con armoniosa originalidad, detalles de danza española y firmes trazos del flamenco más exigente, hilvanados perfectamente en el argumento sonoro. Rafaela Carrasco ha sabido elegir a sus bailaoras, dándole a cada una de ellas el protagonismo merecido. Desde una escueta puesta en escena que por momentos llega a ser austera, el desarrollo de la obra captó al espectador; colocación y movimientos del baile acorde al argumento expuesto, sin ningún detalle técnico que pudiera resultar redundante o de fácil recurso estético. La firmeza expositiva de Nacida sombra no dejó a nadie indiferente, por el nivel artístico exhibido y el explícito argumento; sin duda una obra para el goce del flamenco en mayúscula y también para la reflexión sobre  el “femenino plural” al que se hace referencia.

“Nacida sombra, al cielo encaminada, / escalar pretendiendo las estrella”, de Sor Juana Inés de la Cruz subrayó el acento místico que late en la obra que tuvo como epílogo el equilibrio y sobriedad de la soleá con los versos de Teresa de la Cruz “Vivo sin vivir en mi”. Y María Calderón “La Calderona”, actriz, cantante, bailaora, bruja, alcahueta.. amante del rey Felipe IV y madre del bastardo real Juan José de Austria resultó el necesario y preciso contrapunto femenino para completar el puzle de mujeres que continúan siendo referencias para un feminismo no de escaparate postmoderno. Ahí radica el acierto de la dramaturgia y de la coreografía, la interrelación que se hace entre cuatro mujeres distantes años pero idénticas en espíritu. Los textos cantados por Antonio Campos y Miguel Ortega, cantaores de garantía, profesionales que explicitan un flamenco de calado emotivo, y en esta ocasión con sólido argumento. Los guitarristas Jesús Torres, Juan Antonio Suárez “Cano” fueron el hilo conductor de una música original, partiendo desde el clásico marchamo del toque flamenco, alternando con composiciones musicales de Antonio Campos, Jesús Torres y Pablo Suárez.

Cuatro mujeres a las que les toco vivir años de escolástica, reforma y contra-reforma, picaresca… en definitiva el siglo de Oro abordado en perspectiva flamenca por Rafaela Carrasco para mostrar, como así lo hizo en el Gran Teatro, que la danza y el flamenco, el texto, la palabra y la música cuando no se les corta el cordón umbilical, une en el tiempo, así pasen siglos.

Etiquetas
stats