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Gerardo Olivares preestrenará en Córdoba su última película

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Redacción Cordópolis

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El cordobés Gerardo Olivares volverá a pisar alfombras rojas el próximo junio de la mano de Hermanos del viento (Brothers of the wind), una nueva cinta de naturaleza ya estrenada en países como Austria, Alemania, Polonia, Francia, Italia y Países Bajos, que ahora llega a España protagonizada por el francés hispanodescendiente Jean Reno y por el niño de Entrelobos, el pedrocheño que fue candidato al Goya Manuel Camacho, además de por un águila real. Y su reestreno será en Córdoba.

Según ha informado CineSur El Tablero, el 15 de junio el cordobés estará en Córdoba en la primera puesta de largo de su nueva película. El filme llegará a los cines del resto de España el 23 de junio, en lo que pretende ser uno de los grandes estrenos del cine nacional para este verano.

Olivares no tuvo problemas para dar con Lukas (el muchacho), su protagonista. Cuando hizo Entrelobos realizó una búsqueda exhaustiva de talentos para encontrar al intérprete del pequeño Marcos. Y durante esa búsqueda descubrió a Manuel Camacho. Desde el principio, la colaboración creativa entre el actor y el director fue increíble.“Ya había trabajado con Manuel y sé perfectamente cómo trabajar con él. Es como un hijo para mí, sólo con mirarnos a los ojos sabemos exactamente lo que queremos el uno del otro”, confiesa el director, que no dudó en incorporarlo al filme.

Después de escoger a Manuel Camacho para interpretar a Lukas, el siguiente reto era encontrar al resto de los personajes: Danzer, el guarda forestal y Keller, el padre de Lukas. Danzer tenía que ser un actor con una fuerte proyección internacional pero que encajara en una historia alpina europea con autenticidad. El nombre de Jean Reno era el primero de la lista de Olivares y de su equipo. Además de cumplir con los dos criterios, Jean Reno tenía una voz cálida y sugerente, algo fundamental ya que Danzer también es el narrador de esta historia.

“Gerardo es un hombre tremendamente rápido. Sabe exactamente lo que quiere. No duda dónde tiene que poner la cámara, o que tiene que hacer, es un director tremendamente eficaz”, en palabras de Reno.

Codirigida en su unidad de naturaleza por el austríaco Otmar Penker y producida por Terra Mater, Hermanos del viento cuenta con el apoyo de RTVE y Wanda Vision, en su marco de cine de naturaleza Wanda Natura. Su estreno está previsto para el 23 de Junio, aunque el proyecto surgió hace seis años cuando a Penker y al también realizador Gerald Salmina se les ocurrió la idea de unir su saber hacer en el cine de naturaleza con un drama totalmente guionizado. Su deseo era hacer una película de aventuras “interesante y maravillosamente bien filmada” en los Alpes con dos protagonistas: un águila y un hombre.

El núcleo de la historia, escrita finalmente por la guionista Joanne Reay, fue el tema de cainismo. Este es un fenómeno del mundo animal, en el que las crías luchan entre ellas nada más nacer para que sólo sobrevivan los más fuertes y los más idóneos. Y así lo hacen las águilas reales: nacen dos polluelos pero el más fuerte empuja al más débil fuera del nido y lo condena a una muerte segura, a no ser que alguien intervenga. Este incidente, una intervención humana, poco probable en el destino de un polluelo repudiado, se convierte en el hilo narrativo de Hermanos del Viento. Pero en esta historia no sólo se verá afectada la vida del polluelo. Criar a esta criatura salvaje tendrá un impacto inesperado en su salvador humano.

“Desde el principio, me pareció un proyecto muy singular. Como guionista, nunca me había enfrentado al reto de crear una narrativa humana que tenía que implicarse en una historia natural realista y ya existente, es decir, el ciclo‐vital de un águila”, explica Reay.

Rodar con águilas, volar con las águilas

Para preparar las escenas en las que el joven Manuel Camacho debía trabajar intensamente en el plató con las águilas, le enviaron a la cetrería austriaca de Landskron. Manuel trabajó bajo la experta tutela de Franz Schüttelkopf. Según Wanda films, demostró una afinidad inmediata con los pájaros y aprendió a manejarlos “con confianza y seguridad”. De forma paralela a este entrenamiento, Mercedes Almarcha, su profesora de interpretación, le enseñó técnicas concretas para interpretar su papel mientras interactuaba con las reales aves. Por supuesto, era igual de importante que las águilas confiaran en Manuel, de manera que estuvieran tranquilas en el plató. La relación tan especial que Camacho tiene con los animales, que Olivares percibió cuando trabajó en Entrelobos “adoptó una nueva dimensión en Hermanos del viento. La relación tan auténtica que se establece entre el chico y el pájaro constituye el alma de la película”.

“Franz me enseñó a cuidar a las águilas. En realidad hizo más que eso, me enseñó a hacerlas volar y también a respetarlas”, relata Manuel Camacho.

Para volar junto al águila con una cámara que puede grabar en alta resolución, el equipo tuvo que encontrar nuevos métodos de fotografía aérea. “La idea era mostrar al pájaro volando por encima de los picos de los Alpes y en los cañones de los Dolomitas”, relata Gerald Salmina, productor de naturaleza de la película. “Tomar imágenes de esta ave mágica en zonas que normalmente están reservadas al Rey de los Alpes”.

Conseguir que el águila se quedara cerca del helicóptero (equipado con un sistema de cámaras Cineflex) costó un gran esfuerzo en materia de investigación, paciencia y entrenamiento. Se entrenaron a las águilas para que se acostumbraran a otros objetos voladores, utilizando un avión ultraligero pendular. El piloto del helicóptero tuvo que ensayar volando cerca del ave y Salmina y su equipo de cámaras inventaron nuevas técnicas para permitirles encuadrar y enfocar un objeto impredecible, como es un pájaro que vuela. Todos estos elementos individuales, además de condiciones climáticas ideales, tenían que encajar perfectamente para lograr el impresionante material aéreo de Hermanos del Viento.

Rodada en la primavera y verano de 2014 en el Valle de Defereggen, en el Tirol oriental austriaco, la película llega a las panatallas españolas con las vacaciones escolares de verano para proyectar una mezcla de drama humano y de rodaje en plena naturaleza. Una historia épica sobre la libertad y la amistad, sobre la armonía entre el hombre y la naturaleza con la que el cordobés ¿cierra una trilogía? Veremos.

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