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Del deber a la salvación

Los blanquiverdes festejan el gol de Alfaro | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Relájense, pero no del todo. Aún existe una rocambolesca combinación que podría comprometer lo que el Córdoba, en una de sus actuaciones más inspiradas y maduras de los últimos tiempos, consiguió en El Arcángel. Los blanquiverdes cumplieron con su deber en una tarde que empezó de un modo sensacional y concluyó con un profundo suspiro de alivio del cordobesismo. La vida seguirá en el mismo sitio que hasta ahora. El Córdoba es de Segunda y seguirá siéndolo en cuanto sume un punto más en las dos últimas jornadas -en Vallecas y en casa ante el Girona- o sus perseguidores no hagan un pleno. Ya lo tiene el equipo de Carrión casi hecho después de un triunfo rotundo, inapelable. Despachó al Oviedo sin que los azules supieran por dónde le venían los golpes. El Córdoba estuvo a la altura de las circunstancias, consciente de que no resultaba nada recomendable postergar la certificación de la permanencia ni dar pie a especulaciones. Hizo lo que tenía que hacer y cuando tenía que hacerlo. Tuvo suerte -se la ganó- y terminó llevándose tres puntos fundamentales.

Carrión no repitió el once por tercera vez. Dejó fuera a Pedro Ríos y le dio un sitio a Alfaro, goleador en el Carranza. El onubense volvió a dejar su firma, pero antes lo hizo por dos veces Federico Piovaccari en un brutal arranque de partido. El tanque de Gallarate compartió con el público una delirante celebración cuando aún no se había cumplido ni un minuto de juego. Cazó un balón que Cristian Fernández no supo controlar. El defensa carbayón cayó de culo y Pio se quedó con todo de cara. Se fue hacia Juan Carlos y lo batió con un trallazo con la derecha que se coló por la escuadra. El ariete gritaba como poseído alzando los brazos para llevar al éxtasis a la grada. Muchos se acordaron del otro gol tempranero, uno que marcó Florin Andone. La imagen del rumano se le vino a la mente a muchos seguidores igual que viene siendo una ensoñación recurrente en los despachos del club, donde se relamen con el beneficio que reportaría -un treinta por ciento- un hipotético traspaso de Andone desde el Depor hacia alguno de los pretendientes del delantero. En fin, cada uno vive el fútbol (o de él) a su modo.

La cuestión es que al Córdoba le quedó un escenario idílico. Si el Oviedo se jugaba el último billete en el tren por el play off es algo que diría la estadística, pero que no se reflejó del todo en El Arcángel. Un disparo raso y lejano de Toché que detuvo Kieszek fue su primer testimonio en ataque. Cuentan los de Fernando Hierro con gente de calidad. Nando, Toché, De Pena, Susaeta... Tipos capaces de liarla en un momento dado. Pero no andan finos. El Córdoba no les dejó. A los once minutos, un explosivo Javi Galán se internó por su banda con coraje y armó un disparo que rechazó Juan Carlos. La pelota le volvió a llegar al extremo pacense, que optó por entregársela a Piovaccari para que el italiano firmara su doblete. En El Arcángel había aires de fiesta. Cuando Arcediano Monescillo enseñó una amarilla al exblanquiverde Nando por un piscinazo al borde del área, se escucharon cánticos de mofa. El Córdoba estaba pasando por encima de un adversario timorato.

Todo pudo cambiar a la media hora. El árbitro señaló penalti por derribo de Antoñito a Carlitos De Pena. Tomó la responsabilidad el especialista ovetense, Toche, que disparó duro a la derecha de Pawel. El polaco lo vio y detuvo el lanzamiento, provocando un estallido en una grada que, por cierto, estuvo lejos del lleno. Al Oviedo no le salía nada y al Córdoba le funcionaba todo. Cuatro minutos después, Erice sacó un remate de cabeza de Alfaro tras un centro de Javi Lara. Segundos después, el onubense recogió un rechace del portero tras un tiro de Sergio Aguza y puso en el marcador un 3-0  que no se veía desde hace muchísimo tiempo. Habituados a triunfos en el descuento y apuros sin fin, los seguidores blanquiverdes se entregaban al jolgorio con la carga de exceso que la ocasión merecía. Al filo del descanso, un latigazo de Nando se estrelló en el larguero de Kieszek, pero allí nadie se angustió. Los acontecimientos, con una eficacia extraordinaria del Córdoba y una colección de desgracias del Oviedo, habían generado una sensación de invulnerabilidad en el Córdoba. Los asturianos, que habían fallado un penalti y lanzado un tiro al larguero, se marcharon apaleados a la caseta.

Tras el intermedio, Hierro introdujo a Saúl Berjón para buscar más mordiente en un partido que tenía ya muy descontrolado. La pérdida de papeles fue aún mayor cuando Javi Lara, en un lanzamiento de falta desde el borde del área, agrandó la herida con otro tanto más. Piovaccari se abrió y el montoreño la metió por el hueco, con la ayuda del cuerpo de Carlitos De Pena. Con 4-0, el público entonó con potencia los cánticos habituales en el minuto 54 -“González, vete ya”- y se dispuso a contemplar el final del festín.

Con el partido metido en una dinámica parsimoniosa, con una brecha en el marcador amplia y el Oviedo sin demasiado entusiasmo, llegó el 4-1. Saúl Berjón marcó, aunque la reacción de sus compañeros evidenciaba que aquello no era más que una mano de maquillaje a una actuación muy fea. En el Córdoba estaba ya en cancha Rodri, que sustituyó a un extenuado Piovaccari. Con Javi Lara, Aguza y Edu Ramos sobando la pelota, el Córdoba encontraba en la inagotable efervescencia de Javi Galán su argumento principal en ataque. Al pacense se le veía ansioso por hacer gol, un deseo que le llevó a precipitarse en algunas acciones. Pero en días como éste todo se perdonaba. El Oviedo acortó al final con un penalti -inexistente, por una caída de Toché que acabó con tarjeta para un sorprendido Bíttolo- que marcó Linares. Al final, un marcador rotundo, un plan que sale, un problema menos y una solución a la vista. El paraíso para un cordobesista.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 4: Pawel Kieszek, Antoñito, Caro, Deivid (Luso, 79'), Bíttolo, Edu Ramos, Sergio Aguza (Carlos Caballero, 76'), Alfaro, Javi Lara, Javi Galán y Piovaccari (Rodri, 66').

OVIEDO, 2: Juan Carlos, Johannesson, David Fernández, David Costas, Christian Fernández, Lucas Torró (Saúl Berjón, 46'), Erice, Susaeta, Nando (Linares, 54'), Carlos de Pena (David Rocha, 63') y Toché.

ÁRBITRO: Arcediano Monecillo (Colegio Castellano-Manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Antoñito, Rodri, Bíttolo y Sergio Aguza y a los carbayones Nando, David Fernández, Johannesson y Saúl Berjón.

GOLES: 1-0 (1') Piovaccari. 2-0 (11') Piovaccari. 3-0 (35') Alfaro. 4-0 (52') Javi Lara. 4-1 (68') Saúl Berjón. 4-2 (93') Linares, de penalti.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 40 del campeonato nacional de Liga 1|2|3, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 14.751 espectadores.

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