La (última) esperanza del “tres de tres”

“El objetivo pasa por El Arcángel”. Eso dijo -entre otras cosas, como que se necesitan “hechos” y “sobran las palabras”- Deivid, el capitán del Córdoba, después del triste evento del Coliseum Alfonso Pérez. Allí perdió el equipo por 2-0 ante el Getafe, añadiendo un eslabón más a la pésima cadena de decepciones en que se ha convertido la segunda vuelta en los desplazamientos. Solamente arrancó un punto lejos de casa y fue ante el penúltimo, el Mallorca (1-1). Todos los demás los perdió. A la vista las circunstancias, parece procedente colocar el calificativo de hazaña épica a cualquier resultado positivo que el Córdoba pueda lograr en los dos encuentros que le quedan lejos del hogar: en Carranza ante el Cádiz y en Vallecas ante el Rayo. Por lo que pueda pasar, los cordobesistas se han apresurado a colocar el reto en los compromisos caseros. Carrión también se refirió a la necesidad de “no perder mas puntos en casa” después de la pasada jornada. Será la oportunidad definitiva: un “tres de tres” garantizaría matemáticamente la permanencia y permitiría lanzar un fantástico bufido de alivio.

Reus, Oviedo y Girona. Para el choque ante el equipo catalán, el próximo sábado, el Córdoba se ha apresurado a lanzar una promoción que le permita llenar las gradas. El club regalará una entrada a cada uno de sus 16.000 abonados y ha lanzado además un pack de dos entradas por 5 euros para el resto del público. En esta temporada se roza un promedio de diez mil aficionados por partido, una cifra que ofrece una lectura ciertamente amarga: muchísimos socios se quedan en casa. Para este tramo final puede resultar clave el apoyo de la afición. De hecho, los protagonistas insisten en que “las valoraciones tienen que hacerse al final” y reclaman un respaldo incondicional. Esa cuestión, sin embargo, es ingobernable y lo cierto es que la fractura emocional entre el Córdoba y su masa social es un hecho incontestable.

Después de su victoria ante el Zaragoza, el Reus ha sumado 48 puntos y tiene prácticamente apalabrada la permanencia. Con quince empates sumados -el que más en la categoría-, es una formación que marca pocos goles y recibe aún menos. El Córdoba tendrá que saldar la cuenta de su duro tropiezo casero ante el Mirandés, que le privó de dar un pequeño salto en la clasificación y le descuadró las cuentas. El Oviedo, que está ya en tierra de nadie, y el Girona, que podría llegar a Córdoba con el ascenso directo a Primera División en el bolsillo, se presentan como adversarios accesibles si uno es amante de aferrarse a ese tipo de ecuaciones que no siempre funcionan. Porque esto es Segunda División y mejor no despistarse.

Bien lo sabe el Córdoba, que durante muchos años fue un experto en moverse el este tipo de situaciones al límite. Ahora, en una especie de homenaje a esos viejos tiempos, persigue como un loco los cincuenta puntos. Si gana tres seguidos en casa lo habrá logrado, pero... ¿desde cuando no lo hace? Esta misma temporada, en su mejor racha casera, logró dos veces siete puntos sobre nueve posibles. Ganó a Alcorcón (1-0) y Zaragoza (2-1), para empatar después con el Numancia (0-0). Después ganó a Elche (1-0) y Almería (1-0), con un triste empate ante el Mirandés (1-1) en su comparecencia más reciente. Es muy probable que repetir esa secuencia de resultados en los próximos tres le baste para salvarse, pero mejor no comprobarlo. Por si acaso.